Un juez ordenó 6 medidas para mejorar la situación de la cárcel de Bahía
El doctor Gabriel Rojas cuestionó la ineficiencia de los gobiernos para resolver problemas estructurales en el servicio penitenciario pero concluyó que existe más riesgo afuera que adentro con el Covid-19.
El juez Gabriel Luis Rojas resolvió una batería de medidas para la cárcel local, en el marco del habeas corpus colectivo que presentó la Defensoría Oficial de Bahía Blanca por denuncias de malas condiciones de salubridad y ante el incremento del brote de Covid-19 (con 11 casos, 7 entre los internos y 4 agentes).
El titular del Juzgado en lo Correccional N° 2, después de analizar todos los informes recabados, criticó duramente la ineficiencia de los últimos gobiernos para resolver cuestiones estructurales del Servicio Penitenciario Bonaerense, aunque concluyó que, al día de hoy, existen más riesgos afuera que adentro del presidio por el coronavirus.
Destacó en principio la sobrepoblación (exceso en más de un tercio de la capacidad) y las dimensiones de las celdas, que no se ajustan a las reglas mínimas impuestas por la ONU, según espacio y cantidad de personas.
Aunque advirtió que estas falencias son prepandémicas, a partir de "legislación procesal errática, mayor delictuosidad o razones de seguridad pública" y que, por otro lado, no se construyeron nuevos penales en la medida de las necesidades, lo cual era "imprescindible".
"Fuerza es concluir que la irrupción de esta nueva pandemia pondría en crisis la necesaria respuesta preventiva institucional; al igual que ha ocurrido extramuros con los hospitales, sectores de terapia intensiva, instrumental, dispositivos y profesionales aptos para esa labor, en ambos casos por una desidia u olvido permanente de los gobernantes de turno, que son quienes planifican la infraestructura y cuentan con los recursos necesarios para ello", manifestó Rojas.
Dijo que el aviso fue cursado "en forma permanente y a través de los años" a quienes manejan esos recursos, "sin obtener respuesta alguna".
En el mismo sentido, señaló la demanda de una respuesta urgente a la clausura de calabozos en comisarías y a la incorporación de otros recursos al servicio penitenciario, teniendo en cuenta que "recién en la gobernación anterior" se dotó a la cárcel de la ambulancias de las que carecían y vehículos de traslado acordes".
Afuera está peor
Sobre la contingencia actual, dijo que la cuestión pasa porque los internos tengan en la emergencia un trato asistencial y preventivo igual al que tendrían si estuvieran en libertad.
Destacó que el nivel de contagio en la provincia, a nivel extramuros, es "francamente alarmante" y que las medidas sanitarias están en peligro de crisis, con lo cual concluyó "que el universo actual de riesgo y carencias de una ciudad ante la pandemia es muy superior al que existe en el establecimiento en cuestión".
De todas maneras, analizó todos los informes recibidos desde la dirección de la UP4, el área de sanidad, el hospital de campaña y los pabellones, que marcan la existencia de material suficiente para higienizar y medicación necesaria, así como barbijos para todos los presos y un canal de diálogo abierto para que reciban información.
También destacó que el control médico es "diario y permanente", con un facultativo en guardia activa de lunes a sábado y otro con guardia pasiva los domingos y que, hasta el informe del martes pasado,la unidad sanitaria contaba con 13 de las 47 camas ocupadas, con internos afebriles y sin síntomas respiratorios, con evolución favorable y sin pacientes críticos.
"Es dable presumir que la circunstancia de encontrarse el penal por casi 3 meses de cuarentena libre de infectados permite presumir razonablemente que los mecanismos de control y prevención implementados han sido eficientes. Máxime cuando no ha ocurrido lo propio en esta ciudad -ámbito al cual pretenden ser trasladados muchos de los internos-", explicó.
Sostuvo que los reclamos informalmente incorporados a través de videos e insuficiente prueba aportada desde la Defensoría "en modo alguno pueden equilibrarse con la prueba informativa analizada".
Para Rojas, está claro que al menos por ahora estar en la cárcel no implica un mayor riesgo al que afrontarían con detención domiciliaria, sin perjuicio de lo que corresponda rever o ajustar.
Lo resuelto, punto por punto
1- Un sistema de registración y documentación (con la firma de un interno por pabellón) de entrega de insumos médicos y/o sanitizantes cuya cesión a la población carcelaria resulte impuesto por el protocolo, como la instalación de dispenser o dispositivos con gel al ingreso a los pabellones.
2- Acondicionar o mantener -en su caso- los sistemas de calefacción y agua caliente apropiados en el hospital de campaña y en los restantes pabellones de dicha dependencia.
3- Disponer con personal equipado una profunda desinsectación de todas las dependencias carcelarias para erradicar cucarachas y otros insectos. Puede efectuarse con mochilas rociadoras adecuadas.
4-Ajustar las porciones y calidad proteica de la comida a aquello que aconsejen los médicos de la unidad sanitaria. De ser necesario dar intervención a una nutricionista de hospitales públicos.
5- Filmar y remitir al juzgado el estado de salubridad del sector de hospital de campaña y prácticas preventivas diarias, tanto en el ingreso al penal como en otras dependencias.
6- Efectuar, con las limitaciones que impone la pandemia, una recorrida para asegurar en las celdas el adecuado funcionamiento de los inodoros, lavabos y rejillas.