Bahía Blanca | Sabado, 04 de mayo

Bahía Blanca | Sabado, 04 de mayo

Bahía Blanca | Sabado, 04 de mayo

Entre el maltrato y el apoyo: qué sintieron los bahienses que volvieron del exterior

"Nos generó mucha tristeza que nuestros propios compatriotas nos deseen tanto mal", dijo una de las personas consultadas por La Nueva.

Fotos ilustrativas: Emmanuel Briane-La Nueva.

   Tras semanas varados en el exterior, muchos bahienses volvieron a la ciudad en los últimas días.

   Coincidieron en el buen trato que recibieron tanto en los aeropuertos de partida como en los de llegada, incluso en el posterior traslado a Bahía Blanca. Para algunos lo complicado fue antes, estando a miles de kilómetros y leyendo una catarata de críticas y maltrato en las distintas redes sociales.

   Redes que, de algún modo, se regulan solas: uno ataca, otro defiende, un tercero contrataca, un cuarto responde y así hasta que la noticia se agota.

   En La Nueva. cada vez que se publicó la historia de un bahiense varado que quería volver aparecieron cientos de comentarios en contra del regreso, como los que se transcriben a continuación.

   La gente se fue sabiendo la situación, que se queden allá y listo. Los que estamos guardados hace días y nos cuidamos pagamos por los irresponsables que viajaron.

   Plata no les falta. 

   Cero responsabilidad.

   No vuelvan, los esperamos en diciembre.

   Sean coherentes y no vengan con el virus

    Que sigan disfrutando de los placeres que la vida les permitió con virus y todo, bien lejos.

   Se fueron, se quedan.

   Enseguida, la contracara:

   Cuantos comentarios con resentimiento y sin fundamentos. Solo quieren regresar al país como tantos otros argentinos varados en distintos países y que están siendo excluidos de sus derechos. Hablan sin tener conocimiento de lo que es vivir una situación así en un país lejano y sin recibir ningún tipo de ayuda por parte de las autoridades correspondientes de nuestro país.

   Qué flojos venimos de empatía.

   El que gana la plata honestamente la puede gastar en lo que tenga ganas.

   Las autoridades debían cerrar las fronteras.

   Rezamos por ustedes.

   No sé si es envidia o pura ignorancia: están encerrados no tomando sol en una playa, ojalá nunca les pase. 

   En estas crisis se ve a lo mejor y a lo peor de la condicion humana. Querer que no vuelvan es lo más bajo que puede caer la sociedad.

   Dejen de hablar al pedo, esta gente no está infectada: se aislaron para poder volver al país sanos.

   —El primer día fue muy fuerte porque dijimos no volvemos más, somos la peste —le dijo a La Nueva. una bahiense que retornó el fin de semana tras estar varias semanas varada en el continente asiático.

   Aseguró que les generó "mucha tristeza que nuestros propios compatriotas nos deseen tanto mal" y que con el tiempo pudieron borrar ese dolor gracias a los llamados solidarios de gente impensada, catalogada como "ángeles" que conocieron en el exterior.

   Pudo volver con sus compañeros de viaje en un auto particular desde Ezeiza tras superar todos los controles en el aeropuerto y en la ruta. Desde entonces no salen: la familia se encarga de hacerles las compras y dejarlas en la puerta; incluso los vecinos, "súper amorosos", colaboran con la comida.

   Otro joven bahiense que pudo regresar hace unas semanas tras un paso laboral por Norteamérica contó que él no sufrió maltrato en las redes o "al menos no me enteré". Reconoció que mucho no quiso exponerse por miedo a que le pase. 

   —Tengo compañeros de trabajo que reclamaron públicamente que se les dé una solución para volver y sí recibieron insultos y maltratos por miedo a que traigan el virus. También desde una mirada como patriota al decir "se van a buscar el sueño americano, ahora que no vuelvan". 

   Una joven bahiense que la semana pasada regresó de Europa sostuvo que leyó muchos comentarios en su contra al contar su historia, pero "me resbala bastante lo que piensen".

   —Decían "que se joda por haberse ido", "no le voy a pagar el regreso con mis impuestos", "ahora pide ayuda del Estado para volver gratis pero se fue de vacaciones a Europa"... Solo aclarar que me esforcé mucho y ahorré durante mucho tiempo para poder viajar. Además, el vuelo de repatriados se pagó, nadie viajó gratis; y la verdad cuando me fui no había una pandemia declarada y circulaba muy poca información.

   Otro bahiense que también volvió tras unas semanas sin respuestas en México señaló que él no recibió maltrato aunque desconoce cuál será el comportamiento de la gente cuando termine el aislamiento. Desde el 6 de mayo cumple la cuarentena en su casa y responde a un seguimiento telefónico.

   —Lo único que sí puedo decir como negativo es que nos dijeron que nos iban a llamar a diario para ver si teníamos algún síntoma y nos llamaron recién una semana después. Ahora ya no nos llaman, nos mandan WhatsApp.

   Por último, una bahiense que vive en Capital Federal y pudo volver hace más de un mes de Europa contó que en el aeropuerto de Río de Janeiro —donde hicieron escala— hubo maltrato del personal de la compañía aérea hacia aquellos pasajeros que no habían comprado ticket. Ella, que lo tenía, pudo regresar sin problemas.

   —Los vecinos no levantaron objeciones por nuestra llegada (escucharon nuestros movimientos); siempre pedimos todo a domicilio. Sé que hay una especie de estigma o prejuicio que se acentúa en el interior del país por la resistencia al regreso de varados a la Argentina.

¿Qué pasa?

   La psicóloga Sonia Reale (M.P. 00125) dice que la reacción negativa que manifestó parte de la sociedad por los extranjeros varados en el exterior que pedían regresar "tiene que ver con una actitud defensiva frente a algo que se vive como amenazante".

   —El otro deja de ser un semejante al que le pasa algo que me podría pasar a mí y se transforma en alguien ajeno, como un enemigo que me perjudica, me expone. Los miedos más primarios aparecen en situaciones donde se ve amenazada la vida y eso potencia algo bueno o algo más persecutorio —explica la profesional.

   —¿Puede tener que ver con una especie de resentimiento porque el otro puede hacer algo que tal vez yo no?

   —Sí, también. Puede ser un ataque envidioso al logro de otro, a sus posibilidades; como pasa con muchas situaciones de logro de alguien. Las diferencias económicas y a veces los discursos politicos potencian ese resentimiento y ataque.