Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Vaca Muerta se apaga por la caída de precios y menor venta de combustibles

Mientras el gobernador neuquino prefirió hablar de nuevos desarrollos “en stand by” en lugar de “paralizados”, cada vez es menor la actividad en la cuenca neuquina.

Adrián Luciani

aluciani@lanueva.com

 

   Muchas veces se ha hablado de la tormenta perfecta que amenazaba con aparecer en el futuro de Vaca Muerta. Indudablemente, ese momento llegó.

   Tanto la abrupta caída de los precios del petróleo a nivel internacional como el derrumbe del consumo interno como consecuencia de la cuarentena que impone el coronavirus, terminaron por complicar un panorama que ya venía siendo difícil para la captación de inversiones a causa del aumento del riesgo país y la falta de definición en torno a la deuda externa.

   Días atrás la empresa Ferrosur presentó un Procedimiento Preventivo de Crisis ante el Ministerio de Trabajo con el fin de “modificar el esquema de trabajo” de sus 1.207 empleados, buscando que acepten suspensiones rotativas y el pago del 70% del salario, algo que el gremio la Unión Ferroviaria rechazó.

   Sin embargo, el pedido de la empresa que ahora se dedica mayormente al transporte de arenas de fractura para los pozos neuquinos se fundamenta en la importante disminución de la demanda, la cual ha caído en más de un 80 por ciento.

  Si bien, en términos generales, la caída en el valor de los productos que exporta Argentina afectó a casi todos los rubros por la recesión mundial, el peor escenario se dio en el energético, ya que los granos, por ejemplo, sufrieron caídas menores.

   Hace una semana desde estas mismas páginas el titular de una empresa dedicada al transporte de combustibles a granel advertía que la caída de las ventas rondaba el 80 por ciento en la región y luego se conocía que a nivel nacional el derrumbe rondaba el 70 por ciento.

   En definitiva, la encrucijada energética argentina está dada por la falta de interés en el exterior por el crudo porque no lo necesitan y, por otro lado, mientras que no hay consumo en el país ya se agotó la capacidad de almacenamiento.

   Hasta ahora sigue en veremos el denominado barril criollo de crudo, con un valor nacional e independiente al del mercado mundial, capaz de sostener la producción, aunque si se prolonga la cuarentena tampoco habrá a quién vendérselo en el país.

   ¿Realmente será realidad un precio sostén cerca de los 45 dólares para el barril de crudo cuando en el resto del mundo ronda los US$ 32?

   Las petroleras, como nadie, quieren perder y de hecho harán todo lo posible para que las heridas sean lo menos profundas posible. Según la Cámara Empresarial de la Industria Petrolera y Afines de Neuquén (Ceipa), de acá a fin de año aparecen tres escenarios posibles.

   El primero es el más optimista, pero también el menos probable, y habla de barril internacional a 45/50 dólares. Si eso se concreta, la actividad petrolera se elevaría al 20% y que para septiembre/octubre retornaría al nivel previo a la cuarentena, siempre contando con que se aplique un precio sostén o barril criollo de 45 dólares. De todas formas calcula una pérdida de 1500 millones de pesos en sus ingresos netos por trabajar durante seis meses al 40%.

   El segundo escenario, el más probable, pronostica un petróleo en el mundo a u$s 35/45 y prevé que recién para fines de este mes la actividad petrolera local llegue al 20% del nivel previo a la cuarentena. Incluso estima que para septiembre/octubre el nivel será de sólo el 50% y que recién se regresará a una actividad similar a la previa al Covid-19 en el primer trimestre del 2021.

   En este escenario cerrarán entre el 15 y el 20% de las pymes y se perderán el 30% de los puestos de trabajo, junto con una pérdida de ingresos para el sector pyme de 2.000 millones de pesos.

   El tercer escenario es el pesimista y parte de un precio para el petróleo internacional de 25/35 dólares. Si bien contempla también la aplicación de un barril criollo de 45 dólares, prevé que el mismo se vea licuado por una inflación de hasta el 70%.

   Estima que para septiembre/octubre recién se llegue al 50% del nivel previo de actividad y que para el primer trimestre del año que viene no se haya normalizado aún. Para las pymes, estima que se perderán entre el 25 y el 35% de las empresas y el 40% de los puestos de trabajo.

   Días atrás el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, intentó poner paños fríos a la situación al señalar que se trabaja en un acuerdo amplio con Nación, empresas y sindicatos del sector petrolero para contener la crisis.

   Incluso fue más lejos al señalar que “paralizado” no es el término apropiado para describir el ritmo de producción de shale oil y prefirió señalar que los nuevos desarrollos se encuentran "stand by", esperando que se supere la crisis y se reactive la demanda.