Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Sin “mal clima social”: qué le dicen los informes al gobierno

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

   Un informe que habría llegado en las últimas horas a manos del presidente Alberto Fernández no prevé por el momento un “desmadre de mal humor social” por la cuarentena obligatoria para combatir la pandemia de coronavirus en los sectores más postergados de la pirámide social que habita en 2.500 villas de emergencia. La mayoría de ellas ubicadas en los dos cordones del conurbano bonaerense, en el sur de la Ciudad Autónoma y también en el Gran Córdoba y el Gran Rosario, como en general en las provincias del norte del país..

   El informe reservado directamente descarta al menos en este arranque la posibilidad de actitudes de protesta de los habitantes que más padecen la falta de alimentos o el hacinamiento colectivo que se registra obligadamente en esos asentamientos. Concretamente no hay indicios de que se puedan producir reclamos extemporáneos ante comercios y supermercados.

   El alerta sobre posibles casos de ese tipo por parte de grupos aislados había sido llevado por algunos intendentes del conurbano a la reunión que el presidente Fernández y el gobernador de Buenos Aires, entre otras autoridades nacionales, mantuvieron el lunes con cerca de 135 jefes comunales de los dos cordones del conurbano y del interior de la provincia.

   En aquel informe reservado que se le habría entregado al presidente se sostiene que puede haber “casos muy aislados” de intento de reclamar comida en almacenes y supermercados, y que según se ha detectado la mayoría de ellos “podrían ser inducidos y no espontáneos” por parte de los habitantes de los asentamientos que más sufren la falta de alimentos.

   Ante la preocupación que plantearon algunos intendentes durante esa reunión con la plana mayor del gobierno nacional, a la que también asistió el vicejefe de gobierno porteño Diego Santilli en representación de la Ciudad, el presidente aseguró que la seguridad para evitar que se produzcan acontecimientos de ese tipo “está absolutamente garantizada”.

   De todos modos, y con el objetivo de subsanar en el menor plazo posible el reclamo de dirigentes barriales que advierten que el hambre ha comenzado a hacerse sentir en los sectores más profundos de las villas, el ministerio de Defensa a cargo de Agustín Rossi y por una expresa instrucción presidencial adelantó desde este fin de semana la presencia de efectivos del Ejército en asentamientos y villas de emergencia del conurbano bonaerense para repartir viandas con comida. Lo mismo ya ocurrió en los alrededores de la capital cordobesa, según informes del gobierno de Juan Schiaretti.

   La base de esos datos que ahora maneja el presidente provienen de sendos reportes que en su momento elevaron los responsables de la seguridad en la provincia de Buenos Aires y en la Capital Federal. El secretario de Seguridad de la provincia, Sergio Berni, y su par de la capital, Marcelo Villalba, aportaron informes de sus respectivas áreas sobre un “mapeo” de la situación de seguridad que fueron complementados con otros datos que maneja el ministerio de Seguridad nacional a cargo de Sabina Frederic y del ministerio de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, de estrecho y diario contacto con los líderes de las organizaciones sociales que actúan en las barrios precarios y los llamados “curas villeros”.

   “No hay ninguna posibilidad de que ocurran situaciones de ese tipo, está todo bajo absoluto control del gobierno y de las fuerzas de seguridad, y por el contrario el gobierno tiene un informe sobre el alto grado de apoyo que en esos barrios se expresa ante la actitud del presidente frente a la pandemia y a las medidas de asistencia”, dijo en medio de esas especulaciones una alta fuente del ministerio de Desarrollo Social.

   El tema, que según las fuentes se maneja en estricta reserva para no generar preocupación, se sabe que es monitoreado casi a diario por el presidente y su gabinete de crisis como también con los habituales contactos telefónicos que Fernández mantiene con gobernadores e intendentes de las zonas más vulnerables para que lo mantengan al tanto de cualquier situación que se pueda detectar.