Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Tiempo de “protocolos de gobernabilidad” en la Provincia

La columna semanal de Ricardo Salas, corresponsal de La Nueva. en La Plata.

NA y Archivo La Nueva.

   La pandemia de coronavirus sigue castigando cada vez más duro y no hay margen para la relajación ciudadana. El riesgo de contagio sigue vigente.  De acuerdo con la situación epidemiológica, la Provincia mantendrá aperturas en la región del AMBA, pero agudizará estrictos protocolos sanitarios en ciudades del interior bonaerense, sobre todo en distritos turísticos sabiendo de antemano que será una temporada veraniega completamente diferente a las tradicionales.

   En pleno preparativo de los protocolos y todavía con algunos puntos grises, un “dato positivo” de los anuncios del gobernador Axel Kicillof fue haber dado certezas sobre la temporada “ampliada” de verano 2021, con lo que eso significa para la industria del turismo, como así también que se haya descartado como requisito para los turistas llegar a los destinos con un testeo Covid-19 previo.  

   Se sabe. Entre los principales desafíos que enfrenta la Provincia sobresale la necesidad de superar la crisis ocasionada por la pandemia sanitaria que se ensambló sobre el laberinto económico generado por la gestión anterior de Cambiemos. 

   La protesta en intendencias municipales “nacionalizó en términos mediáticos” una fuerte problemática habitacional también en el interior bonaerense -como se pudo visibilizar antes con las usurpaciones ilegales en un predio de Guernica- pero también sacudió el tablero político institucional.  

   La demanda y episodios de violencia sucedidos en los edificios municipales de Olavarría y Junín, fue calificada por la oposición de Juntos por el Cambio como una "movida política" vinculada con el dirigente social Juan Grabois. 

   “No se tratan de hechos azarosos, hay una utilización sistemática con fines partidarios de la necesidad de los vecinos y trabajadores en municipios gobernados por nuestro espacio político”, expresaron desde el espacio. 

   El pánico opositor giró en ese sentido advirtiendo que podría replicarse en otros distritos gobernados por alcaldes de ese mismo color político. De hecho, los incidentes activaron una fuerte avanzada de intendentes y legisladores de JxC pidiendo la intervención de Kicillof. 

   En la Gobernación de calle 6 se optó por el silencio y dejar que los jefes comunales encaren las resoluciones. Días atrás se anunció la elaboración de un “mapa de la tierra de la Provincia” que permitirá identificar qué parcelas son urbanizables para avanzar sobre una política única en materia de Tierra y Vivienda. 

   La tarea que Kicillof le encomendó a la ministra de Gobierno, María Teresa García, tiene que ver con la articulación de la problemática junto con los intendentes, las representaciones sociales que trabajan en el tema como la Iglesia, organizaciones y sindicatos. 

   “Estamos atravesando un bombardeo mediático crítico de 'desocupados políticos' que parecen extrañar el 'maxikiosco amarillo' que les proponía el gobierno de Macri”, dicen dentro del campamento legislativo oficialista del Frente de Todos, donde confluyen distintas “terminales políticas” del kirchnerismo puro y la agrupación La Cámpora y, en menor medida, el massismo, la liga de intendentes peronistas del Conurbano y los movimientos sociales.  

   Pero en el tejido gubernamental del peronismo K no es el único lugar donde pasan cosas. Dentro del campamento opositor amarillo, la exgobernadora María Eugenia Vidal hizo un Zoom con militantes, dando el puntapié a su regreso activo a la política, luego del silencio autoimpuesto. 

   Esa movida de Vidal se suma a la reaparición pública del expresidente Mauricio Macri con declaraciones bastante agresivas hacia un sector del espacio que se identifica con Emilio Monzó, el extitular de la Cámara de Diputados de la Nación, y que provocó una catarata de respuestas, todas más o menos en la misma sintonía. 

   Algunos radicales, más el vidalista Cristian Ritondo en el Pro, y hasta el senador bahiense que responde a Elisa Carrió, Andrés De Leo, coincidieron en que Macri hoy no representa ni conduce el espacio. 

   Parece que el ala de las palomas avanza en paralelo, y coincidiendo con lo que viene haciendo y diciendo Monzó, incluso cuando JcX todavía estaba al frente del Gobierno. 

   Macri ya no es presidente, y deberá dar varias batallas para retomar su liderazgo dentro del espacio. En el caso de Vidal, ¿tendrá un escenario igual de difícil o su derrotero bonaerense le será un poco más agradable? 

   Dentro de la Legislatura hace tiempo que las aguas, por debajo de la superficie, también se comenzaron a mover. A partir de la llegada de Kicillof al poder bonaerense, las miradas criticas puertas adentro de JxC se volvieron un poco más críticas. 

   Dicen en las diagonales que algunos legisladores opositores, por lo bajo, le reclaman al actual jefe del bloque de senadores cambiemitas, Roberto Costa -que viene en ese cargo desde los tiempos de Vidal- un poco más de músculo a la hora de pararse frente al oficialismo del Frente de Todos. 

   Se menciona un presunto “entendimiento” en el Senado -el recinto de sesiones donde JxC puede hacer valer su mayoría-, con la número 2 del oficialismo en la Provincia, la vicegobernadora matancera Verónica Magario. 

   Esta situación, si bien saludable a los efectos de la gobernabilidad tan necesaria para Kicillof, es poco efectiva a la hora de la acumulación política para la alianza opositora. 

   En ese contexto, semanas atrás se lanzó un nuevo espacio dentro de Juntos por el Cambio, llamado “Unidos”, que aspira sumar a sectores por fuera de los tres partidos que integran la coalición opositora. 

   Más de un senador del Pro se preguntó, si esto se traduciría en alguna “fuga” como paso previo a desembarcar en el espacio de Monzó.