La historia del fanático que le rindió tributo a la Misión Argentina
Marcos Palacios estuvo presente en la Fortaleza de Oreste Berta, en el aniversario por los 50 años de la epopeya nacional en las 84 horas de Nürburgring.
Por Tomás Arribas / [email protected]
(Nota publicada en la edición impresa de hoy)
“Me enteré por una vecina”. Ese fue el punto de partida de la aventura vivida días atrás por Marcos Palacios (71), uno de los 500 presentes en la Fortaleza de Oreste Berta, en el marco del 50° Aniversario de la Misión Argentina en las 84 Horas de Nürburgring.
“'¿No va a ir a Córdoba?', me preguntó. 'Debe estar confundida, señora. Creo que se hace en Balcarce', le dije, porque allí también se hacía un homenaje. '¡No!, a Córdoba, al taller de Oreste Berta', me respondió. Así que no me quedó otra que ponerme a buscar e investigar”, nos cuenta Palacios, nativo de Puan, pero radicado en la ciudad desde hace muchos años.
Casi circunstancialmente, quien llevara a la orden del día la contaduría de LU2 Radio de Bahía Blanca durante casi 40 años, se encontró, con su impecable réplica del Torino 380W-TC N°2, en un lugar emblemático y conmemorando uno de los sucesos más representativos del automovilismo argentino.
“Hubo de todo. Los primeros días se los dedicaron a los actos emotivos, exposiciones, entregas de placas alusivas y demás. El fuerte del encuentro fue el sábado a la mañana, con el desfile de máquinas que prácticamente coincidió con el cumplimiento de los 50 años de la aventura”, destacó Palacios.
“El padrino de la misión--agregó- fue Luis Landriscina, que en pocas palabras dice mucho y te hace llorar y reír al mismo tiempo. Berta tiene en sus instalaciones una pista de pruebas, y ahí estaban las tres cupé Torino originales, con la N°3, la que condujeron Alberto Rodríguez Larreta, Eduardo Copello y Oscar Franco (NdR: arribó en 4° lugar) en primera fila. Se entonó el himno nacional y, como cierre, habló el propio Berta, agradeciendo la presencia y el comportamiento de todos los presentes. Fue una alegría inmensa”.
“Con mucho cariño"
Como se aprecia en la fotografía, la cupé Torino modelo 73' que Palacios tiene un su poder es una verdadera ¡pinturita!
“Un día, ya jubilado, hubo una posibilidad de conseguir un buen casco de Torino estandard, y así fue cómo llegó a casa. Salvo los guardabarros, los trabajos hechos fue todo mano de obra propia. Lo más grande que hizo falta hacer fue una modificación en el chasis para acoplar las ruedas. Al girar, con semejante tamaño, el neumático tocaba el chasis, así que hubo que meter mucha mano”, resaltó.
“Está todo hecho con mucho cariño y pasión. Soy hincha del automovilismo, no de ninguna marca en particular. Si surgía la posibilidad de comprar otro auto, no dudaba en hacerlo”, cerró Palacios.