“Olimpo tiene que ascender, demostrar que está de paso por este Federal A”
Fabricio Germán Lenci es el “9” donde el aurinegro deposita todas las esperanzas de gol. “Va a ser un torneo duro, pero me encanta el desafío que acabo de asumir”, indicó uno de los 15 refuerzos del conjunto que conduce Sergio Lippi.
Por Sergio Daniel Peyssé / [email protected]
“Soy 9 de área. Me encanta estar cerca del gol, jugar entre los centrales rivales y ser el referente de ataque de mi equipo”.
Pavada de presentación, ¿no? Fabricio Germán Lenci dejó en claro cual será su misión en este Olimpo que se armó con artillería pesada para el torneo Federal A que comenzará el próximo 1 de septiembre.
Fue uno de los primeros en arreglar su vínculo con el club aurinegro, pero su llegada se demoró más de la cuenta y en el mundo aurinegro algunos mal pensados llegaron a creer que el “Toro”, de 35 años y con casi 250 cotejos en el fútbol argentino, no iba a llegar.
“Después del descenso que sufrí con Los Andes (en la pasada edición de la B Nacional, al igual que Olimpo), me fui a Ecuador, donde estuve un mes pero no pude jugar. Firmé el contrato con el equipo Fuerza Amarilla, pero esa entidad, por mantener deudas con la Asociación de Fútbol de aquel país, se encontraba imposibilitada de inscribir y habilitar jugadores extranjeros. Solo podía entrenar, me perdí cuatro fechas del campeonato y me cansé. En esa dulce espera recibí el llamado de Olimpo, y me interesó, pero no me podía volver sin resolver el tema contractual y administrativo”, sostuvo quien registra 15 equipos distintos en su derrotero profesional.
Lenci llegó a nuestra ciudad la semana pasada y en sus primeros minutos de fútbol, en el amistoso frente a Liniers, marcó un gol.
“Ojalá pueda convertir todos los goles que no pude hacer la temporada pasada, que fue muy mala en lo personal y también en lo deportivo”, indicó con toda la ilusión del mundo.
“Acepté venir a Olimpo porque en torno al equipo hay un montón de expectativas. Se formó un plantel competitivo, con jugadores con pasado en la B Nacional y Primera, lo que nos puede llegar a permitir sacar ciertas ventajas”, agregó.
—¿Fue muy traumático el descenso con Los Andes?
—Lo fuimos asimilando. Ya en la fecha 3 del torneo veíamos que no podíamos remontar. En el primer semestre no ganamos ni un partido y me acuerdo que a Olimpo le empatamos de casualidad acá en Bahía. No había salvación posible.
“La responsabilidad del descenso cayó en el cuerpo técnico y en los jugadores, pero el club y el fútbol profesional estuvieron mal manejados y no nos ofrecieron nada de lo que nos tenían que ofrecer como para poder aspirar a mantener la categoría”.
—Después del descenso con Los Andes te pudiste ir a la serie A de Ecuador, a un equipo que se llama Fuerza Amarilla, para muchos desconocido en el mapa futbolístico mundial.
—Es de la ciudad de Machala (ubicada a 200 kilómetros de Guayaquil, a orillas del océano Pacífico, al sur de la región litoral del Ecuador). Fue todo muy raro. Me llamó un amigo (Matías Tatángelo) y le dije que si. Me fui solo y no sabía con qué me iba a encontrar. Pero me sorprendió la infraestructura del club, muy lindo y moderno. Lo único negativo fue que no pude jugar por una deuda que jamás pudieron levantar.
“Estando allá surgió lo de Olimpo, en el momento justo, cuando mi cabeza estaba a punto de estallar. Respondí que si de una, pero me tuve que quedar allá porque nadie sabía cuales eran los pasos administrativos a seguir. No quería firmar dos contratos a la vez, correr el riesgo de que me suspendan. Aunque al cerrar el libro de pases, Fuerza Amarilla no pudo presentar ni legalizar mi contrato y quedé en libertad de acción para volverme a la Argentina”.
—Tenés razón: todo muy raro.
—Ufff... ¡no sabés! En el club me dijeron que firme el transfer y me quede tranquilo. El contrato que había firmado era oficial, pero no llegó a ser legal. Cuando arribé acá a Bahía hablé con Alfredo (Dagna, vice primero de Olimpo) y me dijo que estaba todo bien, que me mentalice en lo futbolístico.
“Igualmente, si los papeles hubiesen estado en regla, no me hubiese quedado en Ecuador. Estaba muy lejos y extrañaba mucho. Volví a mi país para quedarme; de acá no me muevo más”.
El “9” volverá a actuar en un torneo Federal después de 4 años, aunque acotó que se encuentra muy bien físicamente y listo para saltar a la cancha si el técnico Sergio Lippi así lo dispone.
“Hablé con Iván (Furios) sobre las exigencias de la categoría. Seguramente será muy duro el camino, pero Olimpo tiene que demostrar que en esta temporada está de paso. Nos van a respetar, pero también todos nos van a querer ganar. Primero hay que hacer el grupo y después ver para que estamos”, agregó el portentoso centrodelantero.
“Acepté este desafío porque tengo muchas ganas, toda la fe y porque hay un equipo con grandes nombres y muchas pretensiones. Es Olimpo y tenemos que ir por el ascenso. No nos queda otra que subir a la B Nacional”, recalcó.
—Voy a ser reiterativo: es fundamental hacerse fuertes de local.
—Tal cual. Vas a tener posibilidades siempre y cuando sumes en tu cancha. Más allá de la paridad y la exigencia de la categoría, no todos los partidos son televisados y algunos estadios son tierra de nadie. No hay que temerle a nadie; me encanta el desafío.
—¿Furios ya te adelantó que está permitido y que no dentro y fuera del vestuario?
—Me puso los puntos... (ja, ja). Iván es un tipo de experiencia, muy querido en el club. Acá ascendió, jugó en Primera y es un referente para los hinchas y para los chicos del club. Es la primera vez que comparto plantel con él, aunque tengo las mejores referencias sobre su persona y su manera de ser. Tiene 40 años y está impecable físicamente. Es un animal. Conoce el club, a la gente y el vestuario, y te puedo asegurar que eso se nota y se percibe.
—¿Sos un 9 de que tipo?
—Bien de área. Trato de estar atento a los centros y de especular con el error rival, muy común en esta categoría. Me gusta jugar entre los centrales y ser referente de cada ataque de mi equipo.
—En Olimpo no se piensa en otro objetivo que ascender. ¿Ya te lo hicieron saber?
—Es una pena que en un año haya descendido dos categorías. Los que lo vemos de afuera no podemos entender que Olimpo esté donde está. Todos tenemos en la cabeza la palabra ascenso, mentalmente no nos queda otra que intentar subir, y con esa premisa arrancamos la pretemporada.
—¿Cuántos goles prometés?
—Uhhh... Prometo sacrificio, una mano a la hora de la presión, de correr y de meter si hay que meter. Tengo 35 años pero físicamente estoy impecable. Ojalá sea el goleador del equipo y podamos ascender; sería más que redondito.
15 equipos y 5 países
Su trayectoria: Ancona Calcio (2003-2004), Matera (2005-2006), Campobasso (2006-2007), todos elencos italianos; Central Córdoba de Rosario (2007-2008), San Telmo (2009) y Deportivo Morón (2009-2010), en la B Metro; Jorge Wilstermann, de Cochabamba (2010); Sport Ancash, de Perú (2011-2012); Crucero del Norte (2012-2013), Atlético Tucumán (2013), Douglas Haig (2015), Juventud Unida de Gualegaychú (2016), Argentinos Juniors (2016-2018) y Los Andes (2018-2019), en B Nacional; San Martín de Tucumán (2014-2015), en Federal A.
Cuenta con 293 presencias y 81 goles en su carrera.
—De esos 15 equipos por los que pasaste, ¿en cual triunfaste y a cual no volverías nunca?
—El primer semestre de 2016 en Argentinos Juniors fue de lo mejor que me pasó en mi carrera. Después, para la segunda parte, me lesioné (se rompió los ligamentos cruzados de su rodilla izquierda), aunque el equipo consiguió el tan ansiado ascenso. En la temporada anterior había estado en Juventud Unida de Gualguaychú, donde fui el segundo goleador del torneo de la B Nacional.
“El lunar de mi carrera, sin dudas, fue cuando pase de Atlético Tucumán al clásico rival: San Martín. Me equivoqué, porque tomé una decisión en caliente y realicé declaraciones muy desacertadas. Me hice odiar por la gente del Decano. Te puedo asegurar que la pase muy mal; me destrozaron con los comentarios en las redes sociales. No puedo volver nunca más a ese equipo. Lo único que quiero aclarar es que me arrepentí de las boludeces que dije, de la infantilidad que cometí. Hoy, con 35 años, no actuaría igual ni con un revolver en la cabeza”.
“¿Qué fue lo que pasó? Me enojé con el técnico (Diego Herroz), quien me ubicó en otra posición y me quería convencer de que yo podía jugar de punta por afuera. Me negué a hacerlo, y como percibé que no iba a tener lugar en mi puesto, me fui a San Martín. Una locura total”.
—Si hoy arranca el torneo, ¿estás listo para jugar?
—Sí, vengo entrenando y Lippi sabe que sólo me falta algo de rodaje futbolístico. Físicamente estoy pleno, y mentalmente súper tranquilo de haber llegado a una institución ejemplar como Olimpo.
“¿Hasta cuándo voy a seguir insistiendo? Ja, ja... Hasta que me de el cuerpo. No pienso en el retiro. Entreno con absoluta normalidad, me cuido mucho, me alimento bien y soy responsable con mi vida personal y deportiva. Eso me permitió estar donde estoy, en un club enorme y con una gran historia. Olimpo merece volver a la B Nacional; su gente tiene que volver a ser feliz”.
“Olimpo es Olimpo y ojalá yo pueda aprovechar esta oportunidad que me dan. Cualquier jugador quisiera estar acá pese a que Olimpo bajó al Federal A.