Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Primer aniversario del fallecimiento de Beto Cabrera, sin Lito Fruet

Se cumplen 19 años de la muerte de Mandrake. Y esta vez, también falta su ladero.

Beto y Lito, rivales y compañeros. Foto: archivo-La Nueva.

Por Fernando Rodríguez / ferodriguez@lanueva.com

 

   Inevitablemente, el 12 de agosto dejó de ser, desde hace 19 años, un día más en el ambiente basquetbolístico de la ciudad.

   Esa madrugada de 2000 se apagó la vida de Alberto Pedro Cabrera. A pesar de que en la cancha ya había dejado todo, tenía apenas 54 años. Le quedaba mucho por recorrer y compartir.

   El vacío que dejó Beto, el básquetbol bahiense jamás podrá llenarlo.

   Una buena manera de disfrutarlo, sin tenerlo físicamente, era hablando con sus compañeros de esos años gloriosos, escuchando anécdotas, rememorando hechos, situaciones, alegrías o tristezas.

   De alguna manera, mantener vivo su recuerdo.

   Fruet fue su mejor ladero cuando compartían las camisetas de Bahía, Provincia o Argentina (“¿Mi mejor compañero? Fruet”, respondió Beto en su última entrevista) y, también, su principal rival (“¿Mi mejor rival?: podría decirte que también Fruet”, dijo), cuando él se ponía la 14 de Estudiantes y Lito la 10 de Olimpo.

   Se alimentaban mutuamente. Cada uno hacía mejor al otro.

   "Fue el mejor jugador de básquet que vi. Y tuve la suerte de compartir el juego con él. Era distinto", elogió Fruet.

   Lito también nos dejó. El 23 de octubre de 2018, hace menos de un año.

   Y, con todo el dolor, se asume a esta altura que se perdieron esas charlas cargadas de nostalgia, recuerdos y vivencias en primera persona.

   No obstante, todo, o casi todo quedó en la memoria.

   Apoyados también en el archivo, es un buen día para recordar lo que el propio Beto opinaba de Lito.

   "Explicar lo que Fruet representaba como compañero o jugador útil para el equipo no es tarea sencilla. Tenía una personalidad desbordante y la expresaba en todo momento y en todo lugar. Era un jugador vivo, despierto, rápido, firme defensor, de gran tiro y con mucha capacidad de salto. Además, tenía una notable tenacidad y se agrandaba en los momentos más bravos, cualidades que lo hacían sobresalir y admirar. Fue el basquetbolista con quien mejor me entendí y quien me facilitaba todo tipo de pases. Yo las tiraba a cualquier lado y de cualquier manera, porque descontaba que 'Lito' las iba a agarrar... Y se iba a encargar del resto", definió Cabrera.

   A los dos, el básquetbol los extraña. Y más aún, un día como hoy...