Más de 300 personas fueron al estadio de Vélez para recibir ropa de abrigo y un plato caliente
Es otro de los clubes que se suma a la iniciativa de ayudar a la gente que está en situación de calle.
Más de 300 personas se congregaron hoy en las instalaciones del club Vélez Sársfield, en el barrio porteño de Liniers, para recibir ropa de abrigo, frazadas y un plato de comida caliente, a raíz de las bajas temperaturas que afectaron toda esta semana al área metropolitana bonaerense.
Provenientes muchas de ellas del conurbano bonaerense, hombres y mujeres hicieron una larga fila para recibir las donaciones y la comida que acercaron socios del club y público en general, en una acción organizada por la Red Solidaria que dirige Juan Carr.
“Vengo desde José C. Paz, tengo cuatro hijos y necesito de todo porque estoy sin trabajo”, dijo a Télam Esteban, un hombre de 32 años, mientras esperaba que abrieran las puertas del club.
Pasadas las 16, y con más de 300 personas esperando, la organización decidió comenzar a repartir las miles de donaciones que la gente fue dejando en el club desde el viernes pasado.
“Separamos la ropa según si es para hombre, mujer o niño. Para cada talle armamos un bolsito con un pantalón, remera, medias y ropa interior”, contó Jorgelina, madre de una nena que practica handball en el club y que se ofreció como voluntaria.
Además de la muda de ropa, los voluntarios entregaban frazadas, calzado, pañales y camperas.
“Lo que más nos piden las mujeres son pañales y abrigo para sus hijos”, aseguró Franco, socio del “Fortín” que se acercó a colaborar.
Martín Rivero, miembro de la Comisión Directiva de Vélez, señaló que “desde el primer momento” el club se contactó con Juan Carr de Red Solidaria para poner a disposición las instalaciones.
“Estuvimos en River la primera noche y observamos cómo trabajaban. Así que desde el viernes estamos recibiendo donaciones y clasificándola”, expresó.
Mientras la gente seguía de manera ordenada, Alicia revisaba junto a su marido y dos de sus hijas las prendas que les habían dado.
“Tengo 12 hijas y vivo en Moreno. No me dieron todo lo que esperaba pero igual agradezco porque todo me sirve. Ahora nos volvemos para casa porque dejé a mis hijos solos y no sé cómo estarán”, explicó la mujer.
Paula, en tanto, vive con sus diez hijos en San Miguel. Estaba acompañada por uno de ellos, que es hipoacúsico. “Se nos quemó la casa y nos quedamos sin nada. No pude ir a River por eso vengo hoy acá”, expresó.
Muchas personas tienen su casa en el conurbano bonaerense pero vienen a Capital Federal y se quedan toda la semana buscando trabajo, como Jorge, de 25 años.
“Vivo en José C. Paz y durante la semana trato de juntar cartones para ganar algo de plata. A veces duermo en bancos y otras en paradores”, contó.
En el club de Liniers, a diferencia de River, no hay pernocte: las puertas permancerán abiertas hasta la una de la madrugada, tras lo cual habrá móviles disponibles para trasladar a paradores a las personas que así lo requieran.
El club millonario abrió las puertas de su estadio la semana pasada y alojó a personas en situación de calle. (Télam y La Nueva.)