Bahía Blanca | Domingo, 13 de julio

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Más de 300 personas fueron al estadio de Vélez para recibir ropa de abrigo y un plato caliente

Es otro de los clubes que se suma a la iniciativa de ayudar a la gente que está en situación de calle.

Fotos: Télam

   Más de 300 personas se congregaron hoy en las instalaciones del club Vélez Sársfield, en el barrio porteño de Liniers, para recibir ropa de abrigo, frazadas y un plato de comida caliente, a raíz de las bajas temperaturas que afectaron toda esta semana al área metropolitana bonaerense.

   Provenientes muchas de ellas del conurbano bonaerense, hombres y mujeres hicieron una larga fila para recibir las donaciones y la comida que acercaron socios del club y público en general, en una acción organizada por la Red Solidaria que dirige Juan Carr.

   “Vengo desde José C. Paz, tengo cuatro hijos y necesito de todo porque estoy sin trabajo”, dijo a Télam Esteban, un hombre de 32 años, mientras esperaba que abrieran las puertas del club.

   Pasadas las 16, y con más de 300 personas esperando, la organización decidió comenzar a repartir las miles de donaciones que la gente fue dejando en el club desde el viernes pasado.

   “Separamos la ropa según si es para hombre, mujer o niño. Para cada talle armamos un bolsito con un pantalón, remera, medias y ropa interior”, contó Jorgelina, madre de una nena que practica handball en el club y que se ofreció como voluntaria. 

   Además de la muda de ropa, los voluntarios entregaban frazadas, calzado, pañales y camperas.

   “Lo que más nos piden las mujeres son pañales y abrigo para sus hijos”, aseguró Franco, socio del “Fortín” que se acercó a colaborar.

   Martín Rivero, miembro de la Comisión Directiva de Vélez, señaló que “desde el primer momento” el club se contactó con Juan Carr de Red Solidaria para poner a disposición las instalaciones.

   “Estuvimos en River la primera noche y observamos cómo trabajaban. Así que desde el viernes estamos recibiendo donaciones y clasificándola”, expresó.

   Mientras la gente seguía de manera ordenada, Alicia revisaba junto a su marido y dos de sus hijas las prendas que les habían dado.

   “Tengo 12 hijas y vivo en Moreno. No me dieron todo lo que esperaba pero igual agradezco porque todo me sirve. Ahora nos volvemos para casa porque dejé a mis hijos solos y no sé cómo estarán”, explicó la mujer.

   Paula, en tanto, vive con sus diez hijos en San Miguel. Estaba acompañada por uno de ellos, que es hipoacúsico. “Se nos quemó la casa y nos quedamos sin nada. No pude ir a River por eso vengo hoy acá”, expresó.

   Muchas personas tienen su casa en el conurbano bonaerense pero vienen a Capital Federal y se quedan toda la semana buscando trabajo, como Jorge, de 25 años.

   “Vivo en José C. Paz y durante la semana trato de juntar cartones para ganar algo de plata. A veces duermo en bancos y otras en paradores”, contó.

   En el club de Liniers, a diferencia de River, no hay pernocte: las puertas permancerán abiertas hasta la una de la madrugada, tras lo cual habrá móviles disponibles para trasladar a paradores a las personas que así lo requieran.

   El club millonario abrió las puertas de su estadio la semana pasada y alojó a personas en situación de calle. (Télam y La Nueva.)