Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Iacovino: “Hay un techo laboral que a las mujeres siempre les va a costar superar”

La primera supervisora mujer de Mc Donald's en toda la Argentina visitó a las Mujeres Empresarias Profesionales bahienses y dio su opinión sobre el presente de la relación mujer-trabajo.

Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Por Federico Moreno / fmoreno@lanueva.com

   Gabriela Iacovino es porteña, tiene 50 años, una hija de 6 y allá por los principios de la década del 90 se transformó, en una sociedad donde el hombre acaparaba aún más que hoy los puestos jerárquicos del mundo laboral, en la primera supervisora femenina de la multinacional Mc Donald's a los pocos años de desembarcar en la Argentina.

   Hoy, la licenciada es directora de Recursos Humanos de la cadena de supermercados Día y esta semana estuvo visitando nuestra ciudad para intercarmbiar experiencias con el grupo Mujeres Empresarias y Profesionales.

   Consultada sobre el rol y el protagonismo de las mujeres en el trabajo actualmente, Iacovino sostuvo que “hoy tiene más presencia en el mundo laboral, y hasta cierto punto de su vida personal y profesional no encuentra problemas en las empresas”.

   “Pero cuando empieza a tener hijos y comienza a tener prepoderancia la calidad de vida que les quiere dar, el tiempo que quiere estar en casa con ellos y el orden que quiere para su familia, es ahí donde muchas de las actividades corporativas se hacen cuesta arriba”, analizó.

   Haciendo referencia a su propio caso, con su hija pequeña, Iacovino comentó: “Hace poco estábamos en una mesa de directores y de los 22 solo 2 éramos mujeres. Colegas se preguntaban por qué era tal la diferencia, y yo les expliqué que para estar ahí, mi compañera y yo estábamos dejando un día de semana a las 10 de la noche a nuestros hijitos, que cuando llegáramos a casa ya iban a estar dormidos. Y así siempre, con viajes, reuniones, cenas... es algo difícil de hacer”.

   “Hoy las mujeres pueden llegar mucho más alto porque trabajan a la par de los hombres, pero hay algo que siempre les va a pesar y es el tiempo que le quieren dedicar a la familia. Ahí es donde la política y las leyes tienen que allanar el terreno, flexibilizando licencias, horarios, incluso dándoles más derechos a los hombres en épocas de paternidad”, analizó Iacovino.

   Con respecto a la brecha salarial ante mismos cargos y mismas tareas que según cifras oficiales aún hoy perdura a favor del hombre en comparación con la mujer, la experta en recursos humanos sostuvo que “yo nunca la viví ni la observé”, y consultada por las diferencias entre el ámbito laboral estatal y el privado, Iacovino comentó que “estadísticamente te puedo decir que lo privado le da muchas más posibilidades a la mujer que lo estatal, pero lo estatal le da mucha más flexibilidad horaria y calidad de vida que lo privado”.

   “Algo que vi este último semestre bien de cerca en mi empresa, es que muchas mujeres que tienen a alguien que pueda sostener económicamente a la familia están optando por no volver a trabajar después de la licencia por maternidad. Un bebé a los tres meses es muy, muy chiquito, están optando por quedarse con sus hijos como mínimo hasta el año de vida”, contó.

Inclusión en el trabajo

   Los tiempos cambian, las familias hoy se componen de manera diferente que hace 50 o incluso 20 años, y las nuevas necesidades requieren de nuevas respuestas, nuevas soluciones.

   “En la empresa tengo a un hombre que está en pareja con otro hombre y hace poco adoptaron un nene de tres años. Le dije que se tomara todo el tiempo que necesitara, como si fuera una licencia por maternidad, y para el día a día acordamos juntos un horario para que pueda buscar a su hijo al jardín. Pero ese beneficio hoy solo se consigue si surge de la sensibilidad de la persona responsable, porque las leyes todavía no contemplan esto. Ya es hora de una flexibilización importante”.

   De algo tan trascendental como el nacimiento de un hijo y el tiempo necesario para adaptarse a ello, a lo que puede parecer un detalle pero hace al bienestar emocional de una persona, la inclusión y la apertura mental marcan el camino del progreso.

   “Ensayando una entrevista laboral ficticia con una alumna, esta me preguntó si estaba casada, a lo que le dije que sí, y luego me preguntó cuál era el nombre de mi marido. '¿Por qué marido? Puede ser mi mujer', le respondí y cayó en ese error que en el 2019 ya no se puede cometer. Puede parecer un detalle pero del otro lado hay una persona que no tiene por qué sentirse incómoda. Desde la docencia se debe corregir esto, pero muchas veces los docentes no se animan a hacerlo”.