Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Milton Amadeo a días de tocar en Bahía Blanca: “El jazz y el blues fueron mi folklore"

El bahiense que vive hace dos años en Buenos Aires llega con su trío. Además, sigue rompiéndola con La Colonia.

De Carli, Amadeo y Varela, el trío que tocará en Bahía. Foto: Gentileza Milton Amadeo.

Franco Pignol / fpignol@lanueva.com

   Instalado hace dos años en Buenos Aires y con mucha actividad, Milton Amadeo regresa a nuestra ciudad con su trío integrado por Tomás de Carli (batería) y Martín Varela (bajo). El show será el próximo sábado, desde las 21.30, en Corrientes 123 y seguramente contará con muchos invitados bahienses.

   “Ya los tenía fichados porque son dos pibes que tocan hace rato y son bastante conocidos en la escena musical de Buenos Aires. La verdad que los admiro muchísimo y eso es una cosa muy importante para mí: tocar con gente que admiro. La flasheamos todo el tiempo, es muy divertido”, explica Milton acerca de sus compañeros  de trío.

   Sonarán temas de sus tres discos (“No es real”, “Como dos barcos” y “Fractales”) y algunos temas nuevos. 

   “Hay muchos lugares para tocar en Buenos Aires. Siempre tocamos en lugares distintos. Tampoco estamos tocando seguido, pero nunca repetimos escenario. A veces tratamos de salir de la capital también para cambiar el público”, agrega Milton.

   —¿Componés más o menos que cuando vivías en Bahía?

   —En Bahía era más fácil porque tenía más tiempo. Acá se complica un poco más. Tengo que estar encontrando el hueco. Además nunca dejo de estudiar, tengo mi tiempo por día para estudiar. Entonces son un montón de cosas.

   —Es sorprendente la calidad de comentarios que tienen tus videos en YouTube.

   —De vez en cuando entro a pispear y es muy lindo, te hace muy bien. De alguna manera te reconocen el esfuerzo. Algunos piensan que lo hacés porque te sale, pero en realidad hay mucho trabajo de fondo.

   —Imagino que ya te lo han dicho, pero al escucharte uno no puede dejar de recordar a músicos afroamericanos tipo Stevie Wonder.

   —(Risas) Sí, algunos me lo dicen, lo que pasa que tiene que ver con toda la música con la que me formé. Escuché muchísimo de pibe esas canciones y cuando las sacaba trataba de hacerlas igual. Empecé de muy chico a tocar jazz y blues que son estrictamente música negras.

   —Es interesante porque hay tantos kilómetros entre vos y el lugar de origen de esta música que llama la atención cómo lograste definirlo como tu identidad musical. Sobre todo porque hace más de 20 años no existían las posibilidades que hoy da Internet.

   —Eso fue gracias a la música que se escuchaba en casa con mis viejos y a mi maestro de música de cuando yo era un niño que fue Alberto “Tito” Piqué. Él nos daba ese material para escuchar, nos daba jazz tradicional de 1920. No hubiera tenido acceso de otra manera. Y ese terminó siendo mi folklore musical.

   —Digamos que cuando escuchás jazz tradicional te emocionás.

   —¡Claro! Se me eriza la piel, es irracional. Es muy loco. No me pasa con las música de Argentina porque no las escuché, simplemente por eso.

   —¿Qué bandas vas a ver en vivo?

   —Las que tienen mis amigos me encantan: Román, Huevo, Fernández 4, todas bandas que disfruto mucho. Después, formaciones de jazz de otros amigos como Hernán Jacinto o Miro Flores. También algunas cosas más modernas que por ahí no son de acá y tampoco son tan mainstream, pero que me vuelan la cabeza.

La Colonia de vacaciones

   —Entre las actividades que tenés en Buenos Aires hay una súper potente: el proyecto La Colonia, con Javier Malosetti (bajo) y Tomás Sainz (batería).

   —Sí, estoy entusiasmado, con un montón de proyectos. A eso vine, a moverme y a hacer. Si fuera para descansar elegiría otro lugar, no Buenos Aires (risas). Javier y Tomás son dos músicos que admiro hace años. Es como tocar con mis ídolos.

   —Ni bien llegaste a Buenos Aires ya tenías banda con Malosetti. Decime que te estaba esperando.

   —Eso fue una locura. Ese mismo verano ya se armó la banda. Nosotros teníamos ganas de hacer algo juntos hace mucho tiempo. Nos habíamos tentado hace años de hacer algo pero yo estaba viviendo en Bahía y era medio complicado. Cuando llegué a Buenos Aires Javier estaba terminando un proyecto anterior y se armó La Colonia para hacer un laburo de unos meses. Por eso le pusimos ese nombre, porque era sólo para unos meses, como una colonia de verano.