Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Marcela Morelo, con La Nueva: “Trabajo muchísimo, pero es lindo disfrutar del éxito con asombro”

Marcela Morelo charló con “La Nueva.” antes del show que ofrecerá el próximo jueves, desde las 21.30, en el Teatro Gran Plaza (Alsina 170).

Marcela Morelo llega después de mucho tiempo a Bahía Blanca.

 

Franco Pignol / fpignol@lanueva.com

   Si analizamos los últimos pasos de Marcela Morelo nos damos cuenta enseguida de que no tiene ningún tipo de prejuicio a la hora de sumarse a un proyecto musical.

   Más allá de la cantidad de himnos populares que fue creando a lo largo de más de 20 años de carrera, Morelo ha colaborado recíprocamente con artistas de distintos géneros. Será por eso que en casi todos lados, desde un colectivo, un bar o en la radio del almacén, no es raro escuchar sus temas.

   “Los clásicos de los cumpleaños”, sonríe Marcela.

   Ella se presentará con su banda el próximo jueves, desde las 21.30, en el Teatro Gran Plaza (Alsina 170). Podés adquirir tus entradas desde la comodidad de tu casa a través de Ticketbahia

   “Estuve en Bahía pero hace realmente muchos años. Viste cómo se dan las cosas. Toqué por todos lados sin parar. Pero bueno, acá estamos otra vez. Estoy muy contenta de poder volver porque además tengo amigas amorosas a través de la música que siempre me mandan mensajes de aliento como Caro, entre otras. Seguro que van a estar presentes”, confió Marcela.

   —Imagino que además de los temas nuevos vas a hacer los clásicos.

   —Obvio. Lo que pasa es que los temas nuevos son los que vengo grabando y tocando todo el tiempo como “No voy a cambiarte”, que grabé con Carlos Rivera y es del disco “Los 20 de Morelo”, con los que festejé las dos décadas con la música. También grabé este año un tema con Rozalén que se llama “La salida”.

   —También tenés uno nuevito con Cacho Deicas y Los Palmeras.

    —Sí, ese también lo hacemos. Se llama “Amor” y es de Los Auténticos Decadentes, quienes lo hacen con Mon Laferte. Bueno, Los Palmeras hicieron su versión y me invitaron. Quedó una bomba.

   —Jamás tuviste problemas para compartir tu música con otros artistas. Es más, tu música pasa de un carnavalito a una balada o medio tiempo sin ningún tipo de prejuicios.

   —Es que ni yo lo puedo creer. En este momento, por ejemplo, estoy ensayando dos canciones. Una la voy a grabar en el próximo disco y la otra es para ir a cantar con Banda XXI en el Gran Rex. Se llama “Ámame”, una canción que es muy linda. Por eso a veces yo misma me pregunto ¿qué hago con todo el mundo? Jajaja.

   —Es cierto, tenés muchas colaboraciones. Recuerdo una en vivo con Hernán de  Mala Fama.

   —Voy al teatro Real y canto con Pastora Soler y después con Los Palmeras, no tengo problema. Es muy loco la cantidad de artistas que me invitan y yo invito. Todos aceptamos. Ayer grabé un video clip con un artista, pero es sorpresa no lo puedo decir (risas).

   —Nunca le aflojaste.

   —Es cierto. En el barrio se dice eso (risas).

   —Sos un poco así. Tu familia la construiste con mucha perseverancia y sin perder la fe. Por algo lograste adoptar a tres hijos hermosos.

   —Tanto yo como mi marido trabajamos muchísimo. Entonces, claro, pasan cosas. También es lindo poder disfrutarlo desde el lugar del asombro. Hoy salió un programa en donde canté y de casualidad conicidimos con Nauel Pennisi. En cualquier camarín que nos cruzamos cantamos. Se dio en la TV Pública y grabamos juntos “Jamás te olvidaré”, una canción nuestra. Lo volví a ver y dije: “qué lindo”. Se están dando esas afinidades artísticas que hoy son muy poderosas si tenemos en cuenta la malaria y la desunión que hay.

Siempre para adelante

   —¿Alguna vez te auto condicionaste artísticamente por ser mujer?

   —No, jamás. Nunca me negué a ocupar un espacio o hacer determinado género artístico. Siempre fui para adelante. 

   —Actualmente el contexto es más favorable para las mujeres que hace años, sin embargo vos venís tocando y estando al frente de tus proyectos desde hace más de 20 años. Imagino que no habrá sido fácil.

   —No lo fue ni lo es. Nunca es fácil. Las épocas van cambiando y el mundo también. Cuando grabé los primeros discos no existía escuchar la música en la compu ni en el celular. Tenías que ir a la disquería a comprarlo. Ya después mezclaron a la disquería con las librerías y finalmente la disquería con las heladeras y el aire acondicionado. Hoy ponés play en cualquier teléfono, tablet o te llevás los temas en un pen drive. Cambió tanto el mundo en ese sentido que sostenerse a lo largo de los años y las épocas lleva mucho trabajo. 

   —No suele ser casualidad que artistas que se mantienen tocando y siendo populares hace muchos años como vos hayan estudiado música clásica desde muy chicos. Vos estudiaste guitarra clásica varios años ¿creés que eso te dio solidez a la hora de ejecutar tu instrumento?

   —Ufff... muchísima. Es un cimiento que no te lo quita nadie. Camina conmigo porque lo viví. Agradezco a mi familia porque me insistía en ir y me llevaba todos los viernes. Luego en diciembre rendía los exámenes. Había que estudiar con el banquito en el pie izquierdo, teoría, solfeo... después cantaba zambas... Es seguir un camino y por suerte me fue bien. Siempre digo: menos mal que me fue bien porque llevo toda la vida caminando con la música y me dio todo y me da todo. Con mis hijos puedo compartir la música, se les abre el oído, nos afina, nos acerca, nos acompaña.

   —Hay canciones que nos desarman, que nos hace lagrimear ¿Cuál es la tuya?

   —Te voy a contar una anécdota. Hace unos días fui a tocar a Humboldt (Santa Fe) y me contaron que ese lugar era la tierra de Rosanna Falasca, una cantante increíble que la escuché muchísimo. Además, ahí nació la canción “Merceditas”, en realidad fue inspirada en alguien de ahí. Yo esa canción la canto desde los ocho años, entonces me animé a cantarla ahí aunque hacía mucho que no la cantaba. Confié en la memoria del cuerpo. Lo que no me funcionó fue la memoria de mi cerebro y me equivoqué dos palabras (risas). No me lo perdono. No me puedo equivocar en donde se creó la canción. Todo el mundo la sabía. Esa canción me emocionó tanto que me equivoqué en la letra.

   —Te tocó las fibras más íntimas.

   —Me transformé en una niña que se confundía la letra. Me sacó del profesionalismo. Fue increíble. La verdad que esa canción como “Tonada del viejo amor” o “Alfonsina y el mar”, son canciones con las que me crié y son parte de mi vida.

   —Te falta hacer una colaboración con algún grupo de folklore tradicional.

   —La voy a hacer. Ya tengo la invitación para cantar con Los Manseros Santiagueños.