Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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“En mi club hice de todo, solo me falta ser presidente”

Jorge Emanuel Vogel aclara: “podría vivir en otro lugar que no sea Cabildo, pero no podría vivir sin Pacífico”. Se retiró tres veces de la práctica activa del fútbol, pero siempre volvió. Su amor por el “Tifón” lo llevó a cometer varias locuras, entre ellas haber escuchado un partido en una Comisaría.

Fotos: Emmanuel Briane y Archivo La Nueva.

(Nota publicada en la edición impresa de hoy)

Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com

   El regreso III.

   El título es de película. El personaje también. Y el contenido de esta nota, tranquilamente, se puede convertir en el guión de un largometraje con seguro éxito en la taquilla.

   Si el cine no lo seduce, Jorge Emanuel Vogel, a sus 36 años, puede pensar en escribir un libro. Sobre historias de vida, sobre su amado Cabildo o contando por qué no puede dejar de jugar al fútbol en el club de su pueblo: Pacífico. Se retiró tres veces, pero siempre volvió. Incluso este año, en lo que fue su tercer retorno, se vino de México para vestirse otra vez de jugador después de casi 10 meses sin entrenar.

   Así es el “Peke”, al que nadie le puede decir que no.

   “Tal vez de para hacer una película, pero no por haber tenido una carrera brillante. Yo creo que tendría más popularidad si es un filme basado en las expulsiones y en mis peleas... (risas). De ambas tengo montones, y es lo que más me recuerdan cada vez que piso una cancha”.

   Así arrancó el ida y vuelta con el futbolista emblemático del actual plantel del “Tifón” cabildense.

   —¿Por qué volviste otra vez si ni siquiera estabas en el país?

   —Tengo más despedidas que “Los Chalchaleros”, je, je. El 8 de mayo, junto con mi señora (Florencia), nos fuimos a residir a Playa del Carmen (México); era momento de apostar por un cambio grande y rotundo. Ella empezó a trabajar, pero yo, mentalmente, todavía seguía viviendo en Cabildo. Nunca me desconecté de los grupos de WhatsApp y por el celular seguía cumpliendo con mis tareas como dirigente.

   “Sabiendo esto, que estaba ansioso por volver, Esteban Angelini me propuso arrancar a entrenar con el equipo, donde estaban él y el `Flaco' Delorte, dos de mis grandes amigos. Después de tres meses, cuando ya no aguantaba más, decidimos pegar la vuelta”.

   —El “Topo” te dio el empujoncito que te faltaba...

   —Exacto. Imaginate cómo me puse, me enchufé pese a que las ganas nunca las había perdido. Siempre me sentí jugador, y el pueblo y el club tiran más que nada en el mundo. No tenía pensado seguir jugando, aunque nunca me retiré oficialmente. Lo mio es...`no juego más', pero...”

   —Ahora yo me pregunto: ¿volvés al club cuando vos querés, tan sencillo es? Por lo que veo ningún técnico te cierra la puerta.

   —Tal vez los técnicos me tienen miedo porque también soy dirigente... (risas). Mirá, antes de sumarme al equipo hablé con David (Gerbaudo, actual entrenador), quien me anticipó que estaba todo bien y que le de para adelante. Le aclaré que conmigo tenía cero compromiso, que lo hacía (el hecho de volver) para mantenerme en forma y para sentirme importante en el grupo.

   “Que pueda volver y jugar tiene que ver más con mi pasado que con mi presente. No me siento una historia viviente de Pacífico, pero si dejé una huella porque tengo más de 200 partidos en la institución. En el semestre anterior, con la campaña que hizo el equipo, no podría haber jugado, pero ahora, con un montón de bajas por estudio y trabajo la plantilla quedó diezmada y conté con chances. Siempre caigo bien parado, eso lo tengo que reconocer”.

   —Doy fe que algunos técnicos van a dirigir a Cabildo sabiendo que sos tan indiscutido como intocable. En una frase: “Vogel tiene que estar”

   —Como los Gelos, los Fidalgo, los Angelini... (risas). Obviamente los del pueblo tenemos ese plus de sentir la camiseta, de querer al club y de hacer lo que sea por el Verde, pero con todos los técnicos me tocó pelearla y con ninguno tuve la titularidad asegurada. Sí valoro que con todos jugué.

   —¿Estuviste enfrentado con algún DT?

   —Nunca llegué a pelearme con nadie. Con Alejandro Papasidero tuve diferencias, pero jamás discutimos ni terminamos distanciados. Fue con el que menos jugué, pero yo no me encontraba bien físicamente y no estaba en condiciones de pelear un puesto. Debo ser autocrítico y decir la verdad.

   —No te creo que pienses así.

   —Estaba con varios kilos de más y competía con compañeros que se encontraban afilados. Siempre quiero jugar, pero nunca le falté el respeto ni le hice la vida imposible ni a Papasidero ni a nadie. Quiero que le vaya bien a Pacífico, y no importa si yo estoy dentro o fuera de la cancha.

 

Más que jardinero, “jardinerito”

    —Me podrías repasar tu carrera...

   —Arranqué en 2005 (debutó el 26 de marzo, 1-1 ante San Francisco), cuando Pacífico vuelve a competir en la Liga del Sur después de estar 8 años desafiliado. Fue un buen año porque entramos entre los cuatro de arriba del Promocional. En 2006 pasé a Bella Vista de la mano de Julio Román, en 2007 fui a Huracán de Guatraché y en 2008 jugué el Argentino C para Alem de Coronel Pringles junto al “Topo” Angelini y Santiago Fernández. Después de 4 partidos y la eliminación en primera fase, retorné a Cabildo.

   “De 2010 en adelante, siempre en mi club. Evidentemente no he tenido una carrera fructífera como para que me llamen de algún otro lado...(risas). Ahora ya pienso en terminar acá, aunque me queda la espina de que podría haber jugado a otro nivel y no lo hice porque no quise. Podría haber hecho el sacrificio, entrenar a consciencia, pero ya es tarde. Igualmente, me deja tranquilo que en mi club siempre dejé la vida, jugué al cien por ciento y no me voy a arrepentir de nada más allá de mis limitaciones, locuras o desplantes”.

   —Mi intención era que repases la otra trayectoria, lo que hiciste por y para el club.

   —Uhhh... Menos cocinar, hice todo lo que se te puede estar pasando por la cabeza en este momento. Fui mozo, cantinero, boletero, organizador de fiestas, fletero, jardinero, utilero... ¿Qué más? Después te mando un mensajito...(risas).

   —Me quedé pensando en “jardinero”.

   —¡Las veces que habré cortado el pasto de la cancha!. Hace años que junto a Carlos Angelini nos encargamos del mantenimiento del estadio y del campo de juego. Esa función me hace chocar con mucha gente, que no se da cuenta del empeño y el amor que le ponemos a una cancha que cuidamos como si fuera nuestra casa.

   —¿Por qué chocás con esa gente?

   —Porque me pongo en policía y a algunos hay que hacerles entender que por momentos la cancha se puede usar y pisar y en otras ocasiones no. Nuestra intención es que siempre esté linda y que el diario le pueda poner un 10... (risas).

   —Dentro de la CD te falta ser presidente, ¿o no?

   —En 2015 fui tesorero, aunque un montón de veces he sido vocal titular o suplente. Siempre digo que me siento un colaborador del club.

   “Lo de presidente me lo preguntás por algo, ¿qué sabés?

   —¿Yo? Nada.

   —Sebastián Angelini, en algún momento, me quiso promocionar como presidente, pero siempre me sentí jugador. Además sentía que presidente y jugador era mucho, no era compatible. Juan Sebastián Verón hay uno solo...(risas). Dirigente y jugador sí, canchero y jugador también, pero presidente y con la 10 en la espalda era pedir demasiado. Igualmente sueño con esa posibilidad, alguna vez lo voy a cumplir. Mirá, sin querer te di el título de la nota...(risas).

   —¿Actualmente cual es tu función en el club?

   —Hago lo que haya que hacer. Hace dos domingos se organizó una travesía de cuatris y motos no competitiva y estuve de organizador, planillero, supervisor, fotógrafo y voz cantante. ¿Si corrí? No, mi locura tiene limites.

   “La vida del club se me metió muy adentro y me cuesta relajarme. Es más fuerte que yo. Mi señora (Florencia) me quiere frenar, pero no puedo, casi siempre dejo de hacer mis cosas por ocuparme del club. Estoy re loco, puede ser, pero estoy feliz con mi locura”.

   —¿Qué has hecho por Pacífico?

   —Ufff... Volverme antes de algunas vacaciones porque el club organizaba un evento y necesitaba gente para llevarlo a cabo. Por Pacífico me perdí cumpleaños, viajes y fiestas familiares. ¿Otra locura? Hacer tres viajes a Bahía en el mismo día, o recorrer los 50 kilómetros en 15 minutos.

   “Hace dos domingos, por el encuentro de motos, me levanté a las 6. No hay mayor locura que esa... (risas)”.

   —¿Es cierto que alguna vez faltaste a alguna charla técnica por estar cobrando la entrada en la garita del sector visitante?

   —No fue tan así... ja, ja. Le fui a dar una mano a uno de los dirigentes que estaba en ese sector y llegué al vestuario 15 minutos más tarde del horario establecido, cuando todos mis compañeros estaban cambiados. Aunque la charla técnica no había empezado. Ese día iba al banco de suplentes. Por ser Vogel no tengo privilegios, hay malas lenguas che...(risas). ¿Quién era el técnico? Ale Papasidero.

   —¿Qué se siente ser uno de los jugadores más “odiados” por los árbitros?

   —Ja,ja... Hace poco, en un amistoso entre Pacífico y Libertad, Facundo Tello me dijo que al primer jugador en amonestar en primera división de la Liga del Sur, fue a mi. Es un honor, porque me acuerdo que era su debut y yo le rompí las b... hasta que me pegó con la amarilla en la frente y me dijo: `es la última vez que te advierto'. Mirá donde llegó él y mirá donde estoy yo... (risas)”.

 

Una locura que salió mal

   El 4 de mayo de este año, la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal confirmó la sanción judicial a dos futbolistas locales que el 29 de julio de 2018 se habían agredido mutuamente durante un partido de la Liga del Sur: Pacífico de Cabildo-Rosario.

   Emanuel Vogel e Iván Matías Alejandro Mesa fueron condenados a la prohibición de concurrencia a encuentros oficiales de sus equipos: 8 encuentros para el “Peke” y 6 para el delantero del elenco puntaltense (hoy en Libertad de Villa Rosas).

   La Sala I de la Cámara ratificó la sanción que les había impuesto el juez en lo Correccional José Luis Ares, por infracción a los artículos 10 y 14 de la ley 11.929 (de deporte), dictada por la justicia contravencional, al margen del ámbito deportivo.

   “Antes de irme a México tuve que escuchar Pacífico-Olimpo en la comisaría de Cabildo tomando mate con el oficial a cargo”, reconoció “Ema”.

   “Con Iván nos veníamos diciendo de todo, y cuando terminó el primer tiempo se me acercó y lo empujé poniéndole las manos en el cuello y en la cara. Nos separaron y quedó todo ahí, aunque el cuarto árbitro le informó lo sucedido al juez principal (Emanuel Peralta) y los dos somos expulsados camino a los vestuarios”, recordó Vogel.

   “Después del partido me fui a mi casa, que está pegada al estadio, y ahí me estaba esperando un efectivo policial para comunicarme que existía una contravención en mi contra (basada en la ley del deporte), y que me tenía que presentar en la comisaría. Nunca supe si esa contravención fue labrada en base al informe del referí o de la policía”.

   —¿Qué pasó después de que conociste la noticia?

   —Empezó una historia de locos. Le hablé a Iván Mesa, y los dos reconocimos que era demasiado escándalo para lo que había pasado. Le pedí perdón por el empujón y con él está todo más que bien, pero la pena la conocimos recién al otro año. Me prohibieron ir a la cancha durante 8 fechas y el día que jugaba Pacífico, me debía presentar, media hora antes del comienzo del partido, en la Comisaría más cercana a mi domicilio. ¿Y a donde iba a ir?, a la seccional cabildense.

   —Si no me equivoco sólo una vez fuiste a la Comisaría.

   —Cuando salió el fallo, cumplí yendo a la delegación de mi pueblo. Escuché el partido, el 2-2 con Olimpo (justo el 4 de mayo), y me volví a mi casa. Las otras siete fechas no estaba en Cabildo, me había ido a México, por lo que tuve que presentar una nota en la justicia informando que me iba a encontrar en el exterior. Por suerte ya pasó, aunque cuando volví de Playa del Carmen, dudando si me habían contabilizado los partidos que no había estado en Cabildo, no fui a la cancha. Estaba re cagado.

 

Cabildo pudo más que Playa del Carmen

   —¿Por qué volviste de México?

   —Mi señora (Florencia) estaba bien, tenía trabajo (es profesora de Educación Física), pero yo me sentía desubicado y sin vida social, algo que en Cabildo tengo de sobra. No hacía nada, ni siquiera tenía un amigo o conocido como para salir a correr o ir a patear a la playa. Mientras mi señora trabajaba, yo estaba solo, y me daba mucha manija. Demasiado tiempo de ocio para pensar... (risas).

   “Ella se quería quedar, pero respetó mi decisión, más allá de que habíamos estado tres meses y se nos había vencido la VISA. Para seguir allá tenía que gastar unos dólares que en ese momento no tenía y eso me hizo dudar más todavía. Mi señora se dio cuenta de que a mi me faltaba algo, que estaba negado, que no iba ni para atrás ni para adelante, cedió y volvimos, aunque los dos tenemos la idea de regresar a México”.

   —¿No podrías vivir en otro lugar que no sea Cabildo?

   —¡Vos sabés que sí!. Cabildo es mi lugar en el mundo, ganás en tranquilidad y seguridad, pero me tomo muy a pecho lo del club. Podría vivir en otro lugar, pero no podría vivir sin Pacífico. Mi error fue no despegarme nunca del grupo de WhatsApp, y eso me hizo extrañar y ponerme como un nene caprichoso.

   —¿Cómo es tu día en Cabildo?

   —Me levanto a las 7 y media, hora más tarde entro a mi lugar de trabajo: la municipalidad (NdR: es jefe de guías , marcas y señales). Es un laburo tranquilo y el sueldo no es el ideal, pero en Cabildo es más fácil vivir porque, por ejemplo, no necesitás gastar en transporte.

   —¿Estás lejos del retiro?

   —Pienso en eso constantemente, pero nunca me lo tomo en serio. En 2020 hay un buen proyecto para el equipo y ya estoy ilusionado con que mi carrera se estirará un añito más.

   —Hoy en Cabildo, Vogel es más famoso que Delorte, por ejemplo.

   —No, ni ahí. Angelini está más identificado con el club, pero lo de Delorte es increíble, su carrera fue espectacular. Que haya estado 4 años en su club, bancándose todo, no lo hace cualquiera. Llegó a Cabildo, nunca se creyó más que nadie y entrenó más que todos. Un ejemplo.

   —Me imagino el plantel 2020: Vogel y 10 más.

   —No, Delorte-Angelini en ofensiva y el resto. La idea es que puedan estar los dos otra vez juntos. Aunque van a llegar otros refuerzos, esa es la primicia que te puedo adelantar.

 

El Mundial 2014

   “Fue una experiencia que volvería a repetir pese a que todos los que fuimos casi nos costó la separación. La idea de viajar surgió una semana antes del primer partido de Argentina, porque Rodrigo Palacio nos avisó que tenía cuatro entradas. Pusimos manos a la obra y fuimos con Stefanof (Juan Manuel), Angelini y un amigo: Juan José Garabán. Viajamos en auto, estuvimos 4 días (vieron Argentina 1-Bosnia 0), pero no pudimos quedarnos porque el `Topo' estaba laburando en el frigorífico de Cabildo y se tenía que venir;`Juanma' se encontraba atajando en Sansinena y no tenía más días y Pacífico había perdido a su DT (Pablo Landeiro). Por todo ese cúmulo de situaciones negativas, decidimos volver”.

 

 

Podio de anécdotas

 

1

   “Mi mamá (Silvia) se va a enterar por esta nota que hace 15 días, cuando le pedí el auto para hacer unos trámites en Cabildo, en realidad viajé a Bahía porque tenía que ir a entrenar con el equipo. Cuando regresé, lo guardé en su garage y no se dio ni cuenta que le gasté un tanque de nafta. Menos mal...”.

 

2

   “En otro partido entre Pacífico de Cabildo y Rosario, me agarré mal con García Mancini (Agustín). Nos dijimos de todo cara a cara y él me escupió, con tanta mala suerte que la saliva le quedó colgando de su boca. Me le c... de risa y lo hice calentar más. En el segundo tiempo me siguió buscando y decidí hacer lo mismo que él había intentado conmigo, pero el escupitajo no salió y me quedó pegado a la pera. Nos miramos y nos reímos juntos. Increíble pero real”.

 

3

   "En 2008 el club había puesto a disposición del equipo una combi para que viajemos a Bahía a entrenar. Un día, cuando íbamos, al `Topo' Angelini se le ocurrió hacer algo así como el juego de la silla, pero dentro de la camioneta. Cuando se cortaba la música, había que cambiarse de asiento. Eramos 8 más el que manejaba (un dirigente importante), quien también era parte del juego. En plena ruta y sin parar modificábamos los lugares y el chofer tenía que dejar el volante para no perder. Ibamos despacio, pero ahora que lo pienso fue una locura total”.

 

Sus números

 

233

   Partidos jugó con la camiseta de Pacífico de cabildo en la Liga del Sur. Marcó 48 goles. Los rivales que más lo sufrieron: La Armonía (le anotó 8), Libertad (7) y San Francisco (6).

 

12

   Expulsiones tuvo en su carrera, de 2005 hasta hoy. No es el futbolista con más tarjetas rojas en la actualidad liguista.

 

2

   Títulos ostenta con su querido “Tifón”: los ascensos a Primera de 2011 y 2013.