Pádel: “Estar con la familia me da energía y mucha vida”, dijo Miguel Lamperti
El actual N°9 del World Padel Tour estuvo por unas horas en la ciudad, tiempo más que suficiente --de acuerdo con sus dichos-- para encontrar el siempre necesario afecto y calor humano.
Por Nicolás Batista / [email protected]
(Nota publicada en la edición impresa)
El blanco dominaba la escena. Estaba en su ropa, en su particular cabellera y en sus ojos brillantes y llamativos, que denotan armonía, felicidad y sentimientos; por caso, cuando se está cómodo y a gusto en un lugar. Sí, Miguel Lamperti estuvo de paso por su ciudad. Puntualmente, por su casa...
Bahía Blanca lo volvió a recibir con un frío otoñal que fue opacado absolutamente por el siempre necesario calor hogareño.
El jugador bahiense de pádel (Nº 9 en el ranking del World Padel Tour, el mejor circuito del mundo) realizó un viaje extremadamente fugaz, de horas (literal), pero con una justificación eterna: la familia.
Su sonrisa infinita se hace notar entre cada palabra cuando habla de sus sobrinos (Juampi, Lucy, Cin, Giuliana e Isabella) y hermanos (Stella y Alejandro). Se olvida del grabador y deja volar sus sentimientos, entre mate y mate.
“Amo vivir en España, me siento espectacular. Es más, no creo que vaya a volver. Pero la familia es la familia. Siempre fui muy familiero”, se autodescribe Miguel; y las conductas de sus seres queridos así lo demuestran: una casa con un alborotado orden, en el que realmente se respira felicidad y tranquilidad.
“Lo sigo en todos los partidos y torneos. Como tío es de diez”, comentó Cin, mientras es testigo de la entrevista.
“Juampi también me sigue -refuerza Lamperti-. Es más, le pega a la pelota casi mejor que yo (risas). Mi hermana no se mete tanto en el pádel. Ella está en todo el detrás de escena”, confesó Miguel.
“No me meto porque me dicen que soy mala onda”, justificó su hermana.
Claro, la familia Lamperti, como en muchos casos del mundo, respeta cábalas ante cada presentación del canoso jugador.
“Cada uno aporta su granito de arena. Por ejemplo, Juampi no me escribe porque sabe que cuando pierdo no le contesto, entonces, por cábala tampoco lo hace cuando gano”, contó el actual campeón del mundo con Argentina.
—¿Se extraña a la familia?
—Estamos mucho tiempo separados y por eso es más sencillo que cuando nos veamos salga todo más a flor de piel. Siempre fuimos muy unidos. Ella (su hermana) me saca algunos años y es como mi segunda mamá. Siempre que vengo, estoy acá. Es como mi segunda casa. Bah, en realidad es mi casa.
Para él, todo vale la pena
“Viajar con este poco tiempo, por ellos, sí”, esbozó Lamperti. Luego de un breve silencio de emoción, siguió: “Estar con la familia me da energía y mucha vida. No importa que sea por unas horas. Verlos es como el mejor entreno del mundo”.
—¿Qué resumen podés hacer en lo que va de la temporada?
—Empezó complicada porque a su regreso de Argentina, en la previa de la temporada, Juani (Mieres --su compañero--) tuvo que hacerse una pequeña infiltración en una de sus rodillas, la cual causó que su pretemporada no sea tan buena.
Además, el nivel del WPT es muy alto. Los chicos vienen jugando realmente impresionante. Los pibes, con 20 años, quieren comerte los tobillos. Eso de ganar con el nombre o la camiseta ya no existe. Y estoy siendo totalmente sincero ¡eh!.
“En este escenario, si no estás perfecto, perdés. Nos pasó en el primer torneo. Igual, de a poco vamos a vernos mejor. Ahora mismo creo que estamos en un punto más alto, rezando siempre que la rodilla de Juani esté bien. Si él lo está, es un fenómeno”.
La sonrisa del pádel
Así lo reconocen a Lamperti en el mundo, en un circuito que agiganta su crecimiento año tras año.
“Siempre fue carismático, un payaso, buena onda. Su forma de ser es muy auténtica”, afirmó su hermana.
“Tuve mucha suerte con el público. Es una auténtica locura lo que sucede en España con el pádel”, describe Miguel. Y una prueba de ello es su agenda: de acá a diciembre tiene todos los fines de semana ocupados, entre torneos y eventos.
“Mi carisma es natural, no lo sé, todo se fue dando así. Nunca me imaginé nada de nada. ¿Cuál es el secreto? Siempre hice lo que me gustó. Eso no lo cambio por nada, volvería a elegirlo toda mi vida otra vez”, cerró.
"Llegué a Bahía y que nadie me diga nada es raro"
"En España el pádel es una locura, pero llegué a Bahía y que nadie me diga nada es raro. Los medios españoles me preguntan, '¿cuándo llegás a tu ciudad te esperan las personas?' Con suerte lo hacen mis sobrinos, si les traigo un regalo (risas)", reconoció.
“Muchas veces mis compañeros me dicen: 'Migue, ¿cómo podés firmar 100 autógrafos uno atrás del otro?'. El otro día, en el Máster de Barcelona, estuve 55 minutos. Para mí es un orgullo que quieran sacarse una foto conmigo”, cerró el jugador local.