Bahía Blanca | Miércoles, 01 de mayo

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La elección del gerente general divide al Puerto y debilita a Donadío

Foto: Pablo Presti - La Nueva.

   A 24 horas de la votación en el directorio, el presidente del Consorcio de Gestión del Puerto, Miguel Donadío, parece no tener la corriente tan a favor como creía, cuando imaginó que el próximo gerente general del puerto sería un recién llegado a Bahía Blanca y, en consecuencia, alguien más permeable a sus presiones.

   Desde que el tema tomó estado público hasta hoy se han sumado voces de altísmo peso a favor de designar como comandante operativo de la terminal bahiense a uno de los candidatos con arraigo local que participan del concurso, incluso con mejores currículums que los foráenos que sostiene Donadío.

   Puertas afuera del Consorcio, el tema --que puede parecer interno, pero implica un hecho de enorme relevancia para la ciudad y la región-- terminó desatando una firme reacción en contra del presidente del ente, quien, desde que asumió el año pasado en reemplazo de Pablo Pussetto, no busca revertir la idea de que su desembarco fue una intervención sobre la autonomía, sino que la fomenta, resaltando que su legitimidad se sustenta en que tiene línea directa con el ministro de Transporte de la Nación.

   En este escenario, pusieron límites a las apetencias de Donadío de “quedarse” con la gerencia general, por ejemplo, los intendentes de Bahía Blanca y Coronel Rosales, Héctor Gay y Mariano Uset, y hace algunas horas el titular del ente Zona Franca, Lisandro Ganuza.



   Además, existió la dura comunicación que le hizo llegar al propio Donadío el Consejo Consultivo Portuario, un organismo que, aunque no tiene voto en el directorio, cuenta con la representación de las principales entidades intermedias bahienses.

   Todos opinan, de una forma u otra, que un candidato del riñón del puerto podrá interpretar mejor sus necesidades y posibilidades de cara al desarrollo de Bahía Blanca y la región. ¿Qué dice Donadío? Que alguien de afuera conoce mejor el mundo y que, en defintiva, aquí nadie tiene el vuelo suficiente.

   “Con ese argumento muy a su estilo piensa que puede contrarrestar no sólo la lógica de la importancia de tener trayectoria en el puerto local, sino también los mejores currículums que los candidatos locales presentan sobre los foráneos. Es obvio, entonces, que el interés es más personal que otra cosa, sino no se entiende”, dicen ahora ya fronteras adentro del Puerto, donde el destino de esta puja no está claro todavía.

   Porque si en “el afuera” Donadío fue apoyado casi exclusivamente por sus dos principales asesores desde la sombra: Juan Pablo Baylac y Dámaso Larraburu, dentro del directorio lejos está de contar con un sostén unánime. Ya hay de hecho fuertes disidencias definidas (como la que expresaría el representante de la Asociación de Ganaderos, por mandato de su entidad madre, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa) y otras que se definirán en las próximas horas.

   Por supuesto, Donadío también cuenta con apoyos, en general vinculados a los directores que cambió apenas asumió, cuando amenazaba con que en su mano traía algo así como la extensión del bastón del máximo círculo rojo al que, desde una suerte de realidad paralela, jura pertenecer.

   “Será una votación peleada, seguro. Es que quienes voten a favor del candidato foráneo estarán yendo en contra de los principales referentes locales y a favor de la persona de Donadío o, mejor dicho, del proyecto personal de Donadío. Tal vez algunos directores muy cercanos en lo personal o laboral puedan ir por ese camino, pero los integrantes de las cámaras a las que representan es posible que no estén tan convencido de jugar tan fuerte”, dice otra fuente muy cercana al directorio.

   ¿A qué se refiere esta fuente? Por ejemplo, el representante de la Cámara de Permisionarios, Juan Cafasso, del riñón de Donadío, llevaría el mandato de votar por el candidato radicado en Cartagena (Colombia), aunque varios integrantes de esa entidad no estarían tan seguros.

   También tendría una fuerte interna en su entidad, el representante de los cerealistas, Carlos Sosa, otro que desembarcó con Donadío a costa de un histórico que fue empujado por la borda: Abel Di Meglio.

   De todas formas, la votación que se debería realizar durante la reunión de directorio de mañana, --aunque podría suspenderse en mérito a la crisis interna--, todavía esta abierta hacia un lado o el otro.

   Lo que sí es un hecho es que Donadío viene pasando las peores horas desde que dejó de ser un agudo espectador de la cosa pública y asumió su primer cargo verdadero. Además esta semana sumó otro fuerte traspié político cuando ninguneó un proyecto de combate al narcotráfico que había sido apoyado en forma unánime en Bahía Blanca y aplaudido por figuras de la talla de Elisa Carrió y la gobernadora María Eugenia Vidal. Dos malas jugadas en unos pocos días para alguien con tantas aspiraciones, dicen.