Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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¿Es posible el parto orgásmico?

   Como se ha expresado, ya muchas veces, la sexualidad de las mujeres ha sido entregada al poder de la sombra desde hace muchísimo tiempo. Eso dio lugar a que los conocimientos ancestrales vinculados a la sexualidad sagrada se perdieran.

   Todavía cuesta hablar de temas íntimos vinculados a la respuesta sexual femenina, al modo de mencionar nuestros genitales, hablar de masturbación, sexualidad después de la menopausia, así como hablar de parto sin dolor y parto orgásmico.

   Cuando la autora estadounidense del documental “Partos orgásmicos” presentó su trabajo, el enojo y el rechazo se vio reflejado por las grandes críticas y ataques de aquellos que consideraban inaceptable que se pudiera mezclar algo tan sagrado como el nacimiento de un niño, con algo tan mundano como el orgasmo y el placer sexual.

   Refiriéndose al útero Wilhelm Reich decía en 1956, que “Durante siglos, la mayoría de los úteros han sido espásticos, y por eso los nacimientos han sido dolorosos”, esta afirmación la hacía teniendo en cuenta el modo en que la sexualidad femenina había sido reprimida y con ella el placer.

   Porque un útero espástico es un útero rígido, contracturado, no sentimos cómo se mueve ni como late, algo que si sentían las mujeres en épocas en que la sexualidad no estaba atravesada por tantos prejuicios.

   En 1985 durante el congreso de ginecología de París, Juan Merelo Barberá presentó un informe sobre el tema, en el cual había citado a varios investigadores, entre ellos Alfred Kinsey, Masters y Johnsons y Shire Hite, cuyos trabajos registraban los testimonios de mujeres que referían haber tenido un orgasmo muy placentero durante el parto, sin embargo la comunidad científica de entonces, rechazó escucharlo por considerarlo absurdo.

   Más tarde Barberá presentará su libro “Parirás con placer” y seguirá insistiendo, en que es más frecuente de lo que se cree el hecho de que algunas mujeres alcancen un orgasmo durante el parto.

   Continuando el trabajo de Barberá, la investigadora Casilda Rodrigañez en su libro “Pariremos con placer” afirma, que si la mujer logra recuperar la capacidad de vincularse con su útero desde un lugar más amoroso y libre de tantos prejuicios, los partos además de ser menos dolorosos serian más placenteros.

   Con lo cual, podemos pensar que recuperar el valor de la sexualidad sagrada de las mujeres de la antigüedad, sería la vía más útil y posible de vincularnos nuevamente con el movimiento natural y ondulante del útero.

   Rodrigañez señala la importancia de que las mujeres conozcan la anatomía y la fisiología del útero, además del cambio en la actitud ante el placer y el orgasmo. Para lograrlo es necesario romper con la negación sociocultural del placer, puesto que se presume que aquellas mujeres que disfrutan de una vida sexual más placentera pueden lograr partos menos dolorosos y más gozosos.

   También es muy importante que la mujer se encuentre en un ambiente cálido y amoroso al momento de dar a luz, que pueda sentirse libre de miedos y sobresaltos, ya que el miedo no permite la relajación de los músculos circulares del útero, ni la liberación oxitocina que necesita para la dilatación del cuello del útero y para provocar y mantener las contracciones.

   La naturaleza es muy sabia y recuperar esa sabiduría utilizada por las mujeres en épocas más remotas nos reconecta con nosotras mismas y con nuestro cuerpo. El útero es capaz de concebir, gestar y parir desde el placer, es un proceso amoroso que si es respetado muchísimas mujeres SI podrían tener la posibilidad de tener un parto orgásmico.