Preocupación de los vecinos de una exfábrica de helados
Sergio Prieta
Un grupo de vecinos de Villa Soldati y aledaños junta firmas por temor a la presencia de amoníaco dentro del edificio donde funcionara la exfábrica de Vito.
Desde el municipio aseguran que realizan inspecciones en el entorno a la empresa ubicada en Castelar al 2200, a la vuelta del local de atención al público, que funcionaba en Necochea al 500.
Tras dos meses de permanecer con sus puertas cerradas, vecinos de la Heladería Vito comenzaron a juntar firmas porque están preocupados por una posible existencia de amoníaco dentro las máquinas donde se fabricaba el helado.
La novedad fue confirmada por la concejal Mercedes Insausti (Integración Ciudadana), quien contó que la preocupación por la presencia de ese químico existe desde antes que la empresa bajara las persianas y se produjeran los despidos de los empleados.
“Cuando la firma se cerró, varios vecinos recordaron que algunas vez hubo una fuga de amoníaco desde la empresa y se generó un problema para todo el barrio: hubo corridas y miedo”, relató Insausti.
Luego dijo que ante ese episodio, los obreros que cerraron la fábrica les dijeron que tuvieran cuidado porque la maquinaria que quedó en el interior es vieja y que los dueños aseguraron que no había restos de ese gas ni motivos para preocuparse.
“Lo cierto es que no hay nada más que la palabra de las personas que cerraron la empresa”, agregó la concejal.
“El petitorio-que ya reúne las firmas de varios residentes del sector- será entregado a la Agencia Ambiental, a fin de que quede como un precedente para dar a conocer la preocupación”, dijo.
También reconoció que otra empresa podría reabrir el lugar y opinó que se deberían modernizar las máquinas para que no haya lugar a dudas ni eventuales problemas a futuro.
Tras el cierre de la firma y el despido de unos 20 empleados, en mayo pasado, los trabajadores tomaron la fábrica y permanecieron en las instalaciones hasta mediados de junio.
En aquel entonces aceptaron el pago del 80% de la indemnización y recién luego los titulares de la firma pudieron cerrar definitivamente las puertas. Y desde ese momento no se volvieron a abrir.
Hoy el amplio local al público luce virtualmente tapiado con carteles publicitarios.
Adriana Chanampa, titular de la secretaría de Gestión Ambiental, confirmó que “se hacen inspecciones en los alrededores de la empresa”.
La funcionaria sostuvo que desde el cierre de la fábrica el municipio realiza “inspecciones periódicas, aunque solamente en el entorno”.
Además confirmó Chanampa que hubo una sanción a la empresa porque, tras el cierre —que no fue notificado-, no se habían presentado certificados de aptitud ambiental.
Dicho expediente tramita ante el Tribunal de Faltas.
Chanampa, por último, informó que un tiempo antes del cierre se realizó una inspección, que estuvo a cargo de Saneamiento Ambiental, y no se detectaron irregularidades.