¿Por qué no se allanó la casa donde estaba el arma homicida?
El único indicio que tenía la policía para allanar la vivienda donde anoche se encontró el arma usada en el asalto a Ramiro Barragán era una llamada telefónica anónima.
Así se desprende de la causa que tramita la fiscal Olga Herro y a la cual tuvo acceso La Nueva.
La polémica tomó más cuerpo en los últimos minutos, luego de conocerse el fallecimiento del comerciante baleado en el negocio de Líbano y Patricios, poco después de las 20 de ayer.
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La pistola Bersa Mini Thunder había sido robada el 30 de junio de la casa de una agente de la Bonaerense, Stella Maris Rocha, y desde entonces existía una causa buscando recuperarla.
La jefa de la DDI, Liliana Pineda, sostuvo esta mañana que Herro no pidió el allanamiento a la vivienda de Juan Molina al 1.900 para secuestrar la pistola 9mm. reglamentaria, pese a que la dependencia a su cargo había pedido que la fiscalía reclamara la orden judicial.
Es que el 4 de julio Rocha recibió un llamado anónimo a su celular, mediante el cual una voz le advertía: "Fijate en la casa del 'gordo' Mauro, que el Tomasito F...(aporta el apellido de un menor) dejó su arma ahí".
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Al ampliar su declaración, Rocha dijo que no pudo identificar a quien la llamó y que tampoco conocía a "Mauro" ni a "Tomasito".
Casi una semana después, el teniente Javier Arroyo, de la DDI, dijo que habían podido identificar a "Mauro" como Mauro Costa y aportó su domicilio y que también sabían quién es "Tomasito". Mediante un acta, hizo el pedido formal ante la Fiscalía Nº 8.
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Agregó que ambos ocupan un barrio "donde habitan ciudadanos con frondosos antecedentes delictivos en la modalidad robos y hurtos de propiedades privadas, arrebatos en la vía pública y alto consumo de estupefacientes" y que la persona identificada (no se sabe si alude a Costa o al menor) "posee antecedentes policiales y penales de reciente data".
Al día siguiente, sin embargo, Herro se negó a elevar el pedido a la Justicia de Garantías, al resultar "insuficientes" los elementos obrantes. De hecho, le pidió a la DDI "que se arbitren los medios necesarios para la realización urgente de tareas investigativas que permitan corroborar información aportada por el damnificado".
Sin embargo, desde ese día y en las siguientes tres semanas nada se incorporó a la causa, hasta que se produjo el asalto a Barragán, con el trágico desenlace.