Bahía Blanca | Domingo, 07 de septiembre

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Los excesos de los chicos en "las previas": alcohol, drogas y peleas

En lo que va del año, el Municipal atendió 38 casos por alcoholismo agudo. Las técnicas que usan los menores para entrar al boliche.
Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

   En la mesa hay vasos con fernet, gancia, cerveza, campari, jugo de naranja con vodka, algo de frizze y champagne con speed.

   —Yo nunca chapé, dice Luli (14).

   Todos toman un trago. Chaparon.

   Le toca el turno al amigo de al lado, y dice que nunca tuvo sexo en el Parque. Solo 2 toman.   

   El juego arrancó a medianoche, pero algunos competidores ya llevaban una ventaja de 2 o 3 vasos, con los que acompañaron las hamburguesas que tiraron a la plancha.

   "No comemos mucho, porque así el escabio te pega mejor. Más vale que nos sobre algo para el after que hacemos tipo 8 cuando volvemos a casa", confiesa Agostina (15).

   Según calcularon, gastaron cerca de $ 800 en bebidas alcohólicas, que compraron esa misma tarde en los chinos porque es más barato y están seguros de que ahí no les van a pedir el DNI para saber si son mayores.

   Las previas duran como máximo hasta las 4 de la madrugada. "Son más divertidas que salir y por eso pasamos más tiempo ahí. Hablamos sobre quién se agarró un amigo, hacemos chistes, escuchamos música más buena", dice Martina (15).

   "Mis viejos no saben adónde voy a ir, les miento. Les digo que voy a ir a lo de un amigo o que me quedo a dormir en lo de una abuela y después capaz que termino en Chocolate o El Reino. Por suerte no me descubrieron", cuenta Tomás (15).

   Se juntan un jueves cada tanto, pero casi todos los viernes o casi todos los sábados.  "Yo a mi papá le digo la verdad aunque se ponga pesado con que no tome mucho, con que tenga cuidado con los que me junto y con que vuelva temprano", dice Flor (16).

   No saben bien si van a salir o, mejor dicho, si los van a dejar entrar a los boliches, pero igual se tiran a pasar.

   Y para eso usan distintas técnicas: "Le insistimos mucho al patovica más piola, buscamos promotores que conocemos o de última le pedimos el DNI a nuestros hermanos o a alguien parecido que ya tenga 18", cuenta Manuel (16).

   "Yo llegué a hacer un documento trucho editado con paint porque es muy difícil encontrar a alguien que se parezca a vos", cuenta Jesica (15).

Alguien que lo ve todo

   Guillermo, que lleva más de 20 años como patovica de distintos boliches de Bahía, cuenta que se ve muchísimo como los chicos intentan pasar con documentos adulterados.

   "El que está en la puerta se da cuenta enseguida porque le hacés dos preguntas y empiezan a tartamudear", dice.

   Sin embargo, Guillermo asegura que muchas veces recibió órdenes de los bolicheros para que los menores entren sin control.

   "Los pibes hoy no tienen lugares para salir, ya no existen los matiné. Entonces se tiran a los boliches y si rebotan los ves dando vueltas por la calle hasta las 5 o 6 de la mañana", cuenta.

   Guillermo dice que algunos chicos toman hasta el punto de quedarse tirados en el piso esperando el colectivo. Y el colectivo pasa 10 veces y ni se mueven.

   También asegura que corre muchas drogas sintéticas como la cocaína, éxtasis, metanfetamina. No marihuana porque no pueden fumar.

   "Muchos tienden a pelearse, y son todos pibes que tomaron o se redrogaron. He visto como se parten las botellas en la cabeza, chicos que pierden los dientes, se sacan el cinto y se pegan con la hebilla", cuenta.

   Incluso él los sufre cada tanto: "Una vez un menor al que no dejé entrar aprovechó una distracción mía y me rompió la cara con una botella".

   Guillermo nota que en los últimos años aumentó la agresividad en los chicos. "No les importa nada. No tienen sentido de lo que es la autoridad. Se pelean, rompen vidrieras. Eso antes no lo veía".

   "Uno trata de hablar con los pibes antes de que se manden una cagada, pero están tan borrachos o drogados que no te dan bola", dice.

Casi 40 chicos con alcoholismo agudo

   "El uso recreativo de alcohol junto con psicofármacos existe y es un riesgo muy importante porque son sustancias que se potencian y muchas veces nos encontramos con chicos que están con pérdida de conciencia o en estados de coma", afirmó el jefe de la Unidad de Salud Mental y Adicciones del Hospital Municipal, Hugo Kern.

   De acuerdo con estadísticas brindadas por el área de Salud Mental municipal, las cifras más alarmantes en Bahía se registran a raíz de cuadros de alcoholismo agudo: mientras que el año pasado hubo 96 internaciones, en lo que va de 2017 se contabilizaron 38.

   "Lo complicado es lo que acompaña a ese cuadro: un accidente o una pelea y eso incrementa el tiempo de internación."

   "En un porcentaje menor llegan chicos por inhalación de sustancias industriales con fines industriales como el hidrocarburo".

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Peleas callejeras

   En otro sentido, el jefe del servicio de emergencias SIEMPRE, Nicolás Muñoz Cruzado, habló de las peleas callejeras que ocurren a la salida de los boliches y dijo que "los asistidos en accidentes o peleas, tienen una intoxicación alcohólica pero también hay mucho consumo de marihuana".

   "Por lo general, las heridas son con cuchillos tramontina, golpes, botellazos, palazos o piedrazos", aclaró Muñoz Cruzado.

   "Los peleas entre menores suelen ser con ataques en lugares como las piernas, no son con intención de matar si no de herir", concluyó.

"Hay muchos menores en los boliches"

   "Los menores que encontramos los fines de semana son muchos. El fin de semana pasado encontramos 10 chicos en El Reino, por eso lo clausuramos", sentenció el subsecretario comunal de Seguridad, Federico Tucat.

   Tucat explicó además que la regulación indica que se pueden ingresar a los locales bailables hasta las 2, que el expendio de alcohol debe terminar a las 4:30 y que el local debe finalizar su actividad a las 5:30.

   El funcionario aclaró además que las inspecciones también se hacen en pubs, los bowling o los bares.

   El año pasado el Concejo Deliberante aprobó la creación de la Oficina de Nocturnidad para regular las actividades relacionadas con la actividad nocturna. El subsecretario dijo que se puso en marcha, pero que "resta nombrar al responsable".

El rol de los padres, según una profesional

   "Un hijo adolescente es un ser que atraviesa una serie de ciclos y cambios que concluyen alrededor de los veinte años, tiempo en el que cierra procesos de orden físico, cognitivo, intelectual, aunque siguen necesitando límites, afecto y pautas para transitar ese tiempo”, explica la doctora en Psicología, Guillermina Rizzo.

  "Deslindar responsabilidades, pretendiendo que la escuela sea quien eduque, que los boliches pongan los límites, o que la policía ejerza la autoridad pone en evidencia la incapacidad de una función que solo les cabe a los padres, adultos inmaduros que evidencian ineptitud para su rol", indicó Rizzo.

   "Ser padres responsables, que cumplen el rol de mentores, que orientan y contienen no es una acción intermitente, sino que es una función que implica presencia y perseverancia", aclaró Rizzo.

   La psicóloga concluye, en este sentido, con que "un hijo se traduce en una incógnita amplia, abierta, que interpela, y son los padres los que deben responder, conducir, guiar y orientar de forma tal que no quede librado a la muerte física y simbólica".