Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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De la mano del GPS

La aplicación del GPS en los celulares ha pasado a ser uno de los mejores aliados que tienen quienes emprenden un viaje.

Debo confesar que la primera vez que vi un GPS en acción fue en Hannover, Alemania, en 1999, durante la realización de la Feria Internacional de Turismo.

El grupo de periodistas que cubríamos este evento estábamos invitados a una cena en la ciudad, pero debíamos movilizarnos desde el centro de convenciones, que estaba a unos 20 kilómetros.

Obvio que no estábamos al tanto de la forma de llegar hasta el restaurante epicentro del agasajo a la prensa.

Fue cuestión de que uno de los organizadores se encargase de llamar a servicio de combis.

Por razones de estatura, me tocó el asiento del acompañante y la sorpresa fue observar un aparatito rectangular que el conductor tenía enfrente suyo. Era un GPS.

No era sencillo el recorrido pero terminó siendo muy simple, de la mano de una guía electrónica que nos asombró.

Hoy el GPS está en cualquier teléfono y, por supuesto, que resulta de una practicidad notable.

¿Cómo un bahiense podría conducir en la ciudad hermana de Jacksonville sin ese sistema? Imposible.

Máxime que estamos ante la ciudad más extensa de los Estados Unidos, donde las rutas modernas y los enlaces de cemento son moneda corriente.

Y donde, pese a esa infraestructura, el tránsito por momentos se transforma en una verdadera telaraña de vehículos.

Sólo se necesita activar la aplicación del GPS en nuestro celular. Después cualquier lugar desconocido dejará de serlo.