Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

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“Nafta súper”, con nuestros héroes

Una nueva serie reúne a los superhéroes bonaerenses de Kryptonita. Serán ocho capítulos vertiginosos.
Capusotto, Rago y muchos colegas más son quienes vuelven a la pantalla.

La serie televisiva Nafta Súper está inspirada en la película argentina Kryptonita, una fantasía suburbana de superhéroes bonaerenses que el cineasta Nicanor Loreti -el mismo director de aquel filme- acaba de rodar en base a la novela homónima de Leonardo Oyola y que será estrenada en septiembre, tanto en Argentina como en otros países de América Latina, por el canal de cable Space.

Esta miniserie de ocho capítulos continúa la historia de Kryptonita durante 12 horas “muy vertiginosas”, que toman como base algunos capítulos de la novela de Oyola que no aparecían en la película y que aquí funcionan como una suerte de flash backs que narran, entre otras cosas, el origen de El Federico, el personaje de Pablo Rago, y de Juan Raro, otro extraño “héroe” encarnado por el músico y cantante Carca.

Llega herido

La historia de Kryptonita se desarrollaba en un hospital bonaerense donde un doctor y su enfermera, que trabajan por la noche, reciben a un grupo de delincuentes que traen a su líder -conocido por todos como Nafta Súper- herido e inconsciente, mientras que la policía rodea el lugar y amenaza con entrar para matarlos.

“Varios de los capítulos siguen la actualidad de cada personaje en su vida solitaria, después de la gran dispersión de los miembros de la banda de Nafta Súper que se producía al final de la película”, afirmó Loreti en una pausa del rodaje de esta producción protagonizada además de Rago y Carca por Juan Palomino, Jazmín Stuart, Lautaro Delgado, Diego Cremonesi y Diego Capusotto, entre otros.

Escenas sangrientas

Acodado frente a un monitor, Loreti repasa algunas tomas de la sangrienta escena de torturas que acaba de filmar en una pequeña sala fría, húmeda y oscura de la Cooperativa Alcoyana, la vieja fábrica de tejidos ubicada en la localidad bonaerense de Munro, que hoy se encuentra abandonada y en ruinas, y sólo funciona como set cinematográfico después de haber quebrado durante la oleada neoliberal de los años '90.

Allí, El Federico logra zafar de sus ataduras y reducir a golpes a uno de los desquiciados que componen un grupo contrario al de Nafta Súper, una organización delictiva con nexos con el narcotráfico y policías corruptos, que actúa de manera despiadada y sádica, al peor estilo de las “maras” centroamericanas y que tiene como integrantes a seres perversos como El vidrio, un violador de niños encarnado por Peto Menahem.

En otro sector Loreti y su equipo ambientaron una comisaría con el rostro de Carca y recortes periodísticos.