Bahía Blanca | Viernes, 03 de mayo

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Condena por un trágico accidente

El chofer del colectivo recibió una pena de tres años y medio de prisión efectiva. Fallecieron dos mujeres.
El micro salió despedido de la carretera y tras derrapar a lo largo de varios metros quedó recostado sobre un lateral..

El chofer de un micro que a principios de 2013 protagonizó un trágico accidente en la ruta 33, en cercanías de Tornquist, en el que dos mujeres bahienses perdieron la vida y 16 personas resultaron heridas, fue condenado a tres años y medio de prisión de efectivo cumplimiento y la inhabilitación por diez para conducir vehículos.

El fallo, dictado por la jueza en lo Correccional Nº 3, Susana González La Riva, recayó en Ángel Román Osado (57).

Al momento de los alegatos el fiscal Gustavo Zorzano había reclamado una sanción de cuatro años y medio de cárcel para el conductor, mientras que el abogado defensor Juan Ignacio Vitalini entendió que el imputado no violó ninguna regla de cuidado y debía ser absuelto.

Para la magistrada se acreditó que 2 de abril de 2013, alrededor de las 20.15, el imputado circulaba, a la altura del kilómetro 45,700 de la carretera, en sentido Tornquist-Bahía Blanca, conduciendo el colectivo Nº 1760 de la empresa Plaza, con 38 pasajeros, "en forma imprudente y antirreglamentaria, a una velocidad superior a la permitida para el lugar del hecho y teniendo en cuenta las condiciones climáticas reinantes".

Se determinó que metros antes de ingresar a un sector de curva señalizada con doble línea amarilla, el micro "mordió" la banquina y se despistó hacia la derecha, derrapando por más 150 metros y terminando recostado sobre uno de sus laterales.

Producto de lo sucedido perdieron la vida las pasajeras María Cristina Iguiñiz (70) y Pilar Cristina Peralta (60).

El ómnibus, que procedía de Trenque Lauquen y había realizado escalas en Guaminí, Coronel Suárez y Pigüé, se dirigía hacia nuestra ciudad con su capacidad de pasajeros casi completa.

Durante el debate declararon varias de las personas que viajaban en el vehículo, quienes comentaron que el día del accidente se registraba una intensa lluvia, señalaron la sensación de que el micro circulaba a elevada velocidad y los inconvenientes que sufrían los limpiaparabrisas de la unidad.

También describieron la forma en que salieron o fueron auxiliados tras el siniestro, las lesiones que padecieron y los temores o secuelas que les causó lo ocurrido.

Un perito ingeniero describió el desperfecto que sufría el deteriorado mecanismo del limpiaparabrisas y la forma en que podía ser ajustado para funcionar provisoriamente .

Sostuvo que la velocidad en que se desplazaba la unidad oscilaba entre los 90 y 95 kilómetros por hora (coincide con lo registrado por un pasajero en el GPS de su celular).

Describió que teniendo en cuenta la velocidad, el limpiaparabrisas y una pequeña oscilación detectada en la carretera, "si no se corrige la marcha, facilita que una rueda baje de la ruta".

Osado dijo que no circulaba rápido y que la velocidad era menor a 85 kilómetros.

Describió que la lluvia, el agua acumulada en la cinta asfáltica y el viento propiciaron el despiste.

Admitió que ajustó el limpiaprabrisas para que no se trabe, pero afirmó que lo utilizó normalmente en velocidad lenta.

"Se advierte que la circulación no acompañó el sentido de la curva, la que estaba señalizada, lo que corrobora que no se tuvo un dominio adecuado del vehículo, en el que ineludiblemente incide la velocidad a la que se circula", indica la resolución.

Por ello, la jueza entendió que el acusado infringió el deber de cuidado "respecto a que desarrollaba una velocidad excesiva con relación a las condiciones climáticas y de visibilidad", dando lugar ello a que se produjera el vuelco.

Finalmente, se determinó que el chofer permanezca en libertad hasta tanto el fallo quede firme.