Bahía Blanca | Martes, 01 de julio

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El pan y la evolución del hombre

En toda la Argentina se festeja el Día del Industrial Panadero, una actividad antigua cuyos primeros registros datan del tiempo de los gremios medievales. El pan es un alimento que los simboliza a todos ellos. Pocos productos existen tan vinculados a la evolución del hombre a lo largo de su historia.

La palabra “compañero” y todas sus derivadas tienen el “pan” en su interior, ya que indica a los que comen juntos, como los miembros de una misma profesión o los conjurados políticos.

San Honorato, Patrono de los Panaderos, nació en Francia, en la villa Ponthieu, Port le Grand, a comienzos del siglo VI. Tras la muerte del obispo de Amiens, los fieles lo designaron sucesor. Dice la leyenda que, cuando pensaba declinar el cargo, un rayo de luz y un óleo sagrado aparecieron sobre su cabeza. En ese instante, una mujer que se disponía a cocer el pan en la casa de Honorato se negó a creer en la aparición y dijo que solo lo aceptaría si la pala de hornear echaba raíces. Y en ese momento, una morera cubierta de follaje y flores creció en el lugar. Desde entonces, Honorato es Patrono de Floristas y de Panaderos.

En Bahía, los primeros establecimientos industriales consistieron en pequeñas panaderías que ocupaban dos o tres operarios cada una.

El proceso de elaboración era manual. Se amasaba la harina en bateas de madera, proceso que se realizaba con los pies. Luego, se cortaban los bollos de masa y cada pieza de pan se armaba a mano.

No se conocía la levadura de cerveza. Se utilizaba un trozo de masa fermentado el día anterior, que se incorporaba a la masa fresca para lograr el proceso de elevado del pan previo a su horneado.