Caso Heit-Olivera: un psiquiatra dijo que el perfil de Sonia Molina "se asimila a las víctimas de sectas"
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Uno de los peritos psiquiátricos que analizó a Sonia Molina, dijo esta mañana en la quinta jornada del juicio oral y público seguido a la periodista Estefanía Heit y su marido Jesús Olivera, que la presunta víctima “se asimila a las víctimas de las sectas. Son carne de cañón para personas que quieran abusar de ellas”.
Enrique Grimi agregó que no encontró rasgos de fabulación en Molina y sostuvo que es una persona que no tenía capacidad para crear vínculos afectivos sanos.
Sobre Olivera contó que “es una persona egocéntrica con poca capacidad de autocrítica, tiene rasgos psicopáticos, aunque no es un psicópata”.
Al referirse a Heit dijo que “es complaciente y cooperadora. Depende emocionalmente de Olivera, pero no es una víctima”.
La periodista y el pastor están acusados de haberla mantenido retenida y maltratado en una vivienda de Coronel Suárez.
Tanto los defensores de los imputados como el fiscal señalaron la importancia que tienen los testimonios.
El debate es llevado adelante por el Tribunal en lo Criminal Nº 1, integrado por los jueces Mario Lindor Burgos, María Elena Baquedano y Hugo Adrián De Rosa.
En la víspera declaró la directora de un centro cultural y un funcionario municipal, quienes dieron cuenta de actividades que llevaron a cabo y fueron desarrolladas por Heit.
Se trató de una exposición de pinturas de un chico discapacitado y la elaboración de una revista y un almanaque para el Consejo de Adultos Mayores de Suárez.
El día anterior lo hizo Mónica Santander, madre de Sonia Molina, dijo que su hija era “manipulada” por Olivera y un trabajador rural declaró que la víctima le propuso matrimonio para poder convertirse en pastora, además de ser estafado económicamente por el supuesto pastor.
Precisamente, la víctima aseguró que “no estuve ni estoy enamorada de Olivera. Yo obedecía a mis pastores”.
Molina contó que luego de recuperarse del cautiverio que vivió durante 3 meses estuvo un tiempo sin salir de su casa: “Me sentía muy perseguida, tenía temor de que me pasara algo. Verlos a ellos en el juicio es un shock, pero no la voy a pasar peor de lo que la pasé cuando estuve encerrada”.