Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

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El Papa instó a recuperar la confianza en la Iglesia

Más de un millón de jóvenes participaron ayer en el Vía Crucis de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, el primero presidido por el Papa Francisco, quien en un fuerte discurso dijo que Jesús se une a los muchos jóvenes que han perdido su confianza en los políticos y en los cristianos incoherentes.

 RIO DE JANEIRO (EFE) -- Más de un millón de jóvenes participaron ayer en el Vía Crucis de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, el primero presidido por el Papa Francisco, quien en un fuerte discurso dijo que Jesús se une a los muchos jóvenes que han perdido su confianza en los políticos y en los cristianos incoherentes.


 "Con la cruz, Jesús se une a los muchos jóvenes que han perdido su confianza en las instituciones políticas porque ven egoísmo y corrupción, o que han perdido su fe en la Iglesia, e incluso en Dios, por la incoherencia de los cristianos y de los ministros del Evangelio", afirmó el Papa.


 Francisco invitó a los muchachos a ser valientes y a ir contracorriente y recordó que al contrario que Pilato, que se lavó las manos, la cruz enseña a ser como el Cireneo, que ayudó a Jesús a llevar aquel madero pesado, como María y las otras mujeres, que no tuvieron miedo de acompañar a Jesús hasta el final, con amor, con ternura.


 "Y tú, ¿como quién eres? ¿Como Pilato, como el Cireneo, como María?", preguntó el Papa, que insistió en que tienen que ser valientes como Jesús.


 Francisco subrayó que Jesús, con su cruz, recorre nuestras calles "para cargar con nuestros miedos, nuestros problemas, nuestros sufrimientos, también los más profundos y se une al silencio de las víctimas de la violencia, que no pueden ya gritar, sobre todo los inocentes y los indefensos".


 "Con la cruz, Jesús se une a las familias que se encuentran en dificultad, que lloran la pérdida de sus hijos, o que sufren al verlos víctimas de paraísos artificiales como la droga; con ella, Jesús se une a todas las personas que sufren hambre en un mundo que se permite el lujo de tirar cada día toneladas de alimentos".


 El obispo de Roma añadió que con la cruz Jesús se une a quien es perseguido por su religión, por sus ideas, o simplemente por el color de su piel.


 Francisco manifestó que en la Cruz de Cristo está el sufrimiento, el pecado del hombre, pero que él acoge a todos con los brazos y abiertos "y nos dice: ¡ánimo!, no la llevas tú solo, yo la llevo contigo, he vencido a la muerte y he venido a darte esperanza, a darte vida".

Del odio al amor




 Bergoglio preguntó ¿qué ha dejado la cruz en cada uno de los hombres? y respondió que deja un bien que "nadie más nos puede dar: la certeza del amor indefectible de Dios por nosotros".


 Y aseguró que en la Cruz está todo el amor de Dios, su inmensa misericordia, "un amor del que podemos fiarnos, en el que podemos creer".


 "Queridos jóvenes, fiémonos de Jesús, confiemos totalmente en él. Solo en Cristo muerto y resucitado encontramos salvación y redención. Con él, el mal, el sufrimiento y la muerte no tienen la última palabra, porque él nos da esperanza y vida: ha transformado la Cruz de instrumento de odio, de derrota, de muerte, en signo de amor, de victoria y de vida", afirmó con vehemencia.


 Francisco dijo a los jóvenes que la Cruz enseña a mirar siempre al otro con misericordia y amor, sobre todo a quien sufre, a quien tiene necesidad de ayuda, a quien espera una palabra, un gesto, y a salir de nosotros mismos.


 El Vía Crucis, uno de los momentos más sugestivos de las JMJ discurrió por el paseo marítimo de la playa de Copacabana. Los jóvenes, procedentes de 190 países, acogieron al Papa como una estrella del pop, entre cánticos, vivas y palmas.


 El pontífice recorrió en el papamóvil todo el paseo marítimo de Copacabana, de cuatro kilómetros de largo, seguido por decenas de miles de jóvenes, muchos de ellos corriendo por la arena, mientras que varios helicópteros sobrevolaban la zona y varios barcos de guerra recorren la aguas de Copacabana.


 La "Cruz de los Jóvenes", como se conoce a la cruz de madera que Juan Pablo II entregó a los muchachos del mundo en 1984 para que la llevaran por todo el planeta, abrió el Vía Crucis y fue llevada a hombros por una veintena de muchachos y escoltada por una guardia de honor a cada una de las 14 estaciones, la última en el palco desde el que el Papa presidió el rito.


 Unos 700 entre artistas y jóvenes voluntarios de Brasil, Puerto Rico, México, Argentina, Alemania y Estados Unidos evocaron a través de las 14 estaciones los sufrimientos de Cristo y los males que afligen a la sociedad moderna.


 El amor, la vida, las enfermedades, la cárcel, las drogas, los medios de comunicación modernos y la religiosidad son algunos de los temas presentes en la representación, en la que los 280 jóvenes hicieron referencia a las misiones, la conversión, las madres jóvenes, la defensa de la vida, la vida de las parejas, las mujeres que sufren, los estudiantes y las enfermedades.

Cartoneros argentinos




 Treinta y cinco cartoneros argentinos estuvieron en el palco junto al Papa, durante el Vía Crucis, que discurrió por la playa de Copacabana.


 El portavoz vaticano, Federico Lombardi, dijo que Francisco pidió que buscaran recolectores de cartones argentinos, conocidos como cartoneros, y que fueran invitados a subir al palco, desde donde el Papa presidió el rito del Vía Crucis y con capacidad para 1.500 personas. Al llegar al palco, fueron saludados por el Pontífice.


 El 19 de marzo, otro cartonero, Sergio Sánchez, junto a dos trabajadores argentinos vestidos con ropas de trabajo, asistieron en la plaza de San Pedro del Vaticano a la misa de inicio de pontificado de Francisco.


 En esa oportunidad, los tres se sentaron junto a los altos delegados de todo el mundo.

"El diálogo intergeneracional es un tesoro"




 "Los niños y los ancianos construyen el futuro de los pueblos. Los niños, porque llevarán adelante la historia, los ancianos, porque transmiten la experiencia y la sabiduría de su vida. Esta relación, este diálogo entre las generaciones, es un tesoro que tenemos que preservar y alimentar", dijo el Papa durante el rezo del Angelus cumplido ayer.


 En un día soleado, tras las intensas lluvias de los pasados, y siempre seguido por miles de personas que no dejaron de vitorearlo y expresarle cariño, el Papa ocupó uno de los 50 confesionarios instalados en el parque Quinta da Boa Vista y confesó a tres muchachos y dos chicas en el acto más íntimo y reservado de los programados durante la Jornada.


 Para respetar la privacidad del encuentro con los cinco jóvenes, el confesionario elegido estaba en un lugar reservado del parque.


 Los jóvenes, tres brasileños, un venezolano y una italiana, dijeron haber sentido una gran emoción por ese privilegio y subrayaron que la sencillez y la franqueza del Papa facilitaron la confesión.


 Con este gesto, Francisco sigue el ejemplo de Benedicto XVI, que en la Jornada de Madrid de 2011 también confesó a cuatro chicos, dos hombres y dos mujeres, en el Parque del Retiro.


 Tras las confesiones, Francisco se trasladó en el papamóvil descubierto al palacio arzobispal de Río de Janeiro, donde mantuvo un encuentro privado con cinco jóvenes que cumplen prisión.


 La reunión se celebró en una sala de la planta baja, ante la presencia de educadores de detenidos. Debido a que se trató de un acto muy reservado, no se informó de más.


 Después, rodeado de vivas, aplausos y eslóganes como "Esta es la juventud del Papa" por decenas de miles de personas, se asomó al balcón central del palacio arzobispal para el rezo del Angelus.


 El Papa Bergoglio recordó que la Iglesia festeja a San Joaquín y Santa Ana, los padres de María y abuelos de Jesús y subrayó que los dos santos forman parte de esa larga cadena que ha transmitido el amor de Dios, en el calor de la familia.


 "¡Qué precioso es el valor de la familia, como lugar privilegiado para transmitir la fe!", señaló.


 Francisco recordó que en muchos países del mundo se celebra la fiesta de los abuelos, tras lo que afirmó: "¡Qué importantes son los abuelos en la vida de la familia para comunicar ese patrimonio de humanidad y de fe que es esencial para toda sociedad!".


 El obispo de Roma dijo también que es clave el encuentro y el diálogo intergeneracional, sobre todo dentro de la familia.


 En esa línea indicó que el documento final de la V Conferencia del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (Celam) señala que niños y ancianos construyen el futuro de los pueblos, los niños porque llevarán adelante la historia, los ancianos porque transmiten la experiencia y la sabiduría de su vida.


 Francisco agregó que esa relación, ese diálogo entre las generaciones, "es un tesoro que tenemos que preservar y alimentar".


 Francisco aseguró que en estas Jornadas de la Juventud, los jóvenes saludan a los abuelos "con todo cariño y les agradecen el testimonio de sabiduría que nos ofrecen continuamente".


 El Papa argentino invocó a María para que proteja a las familias, las haga hogares de fe y de amor, en los que se sienta la presencia de su hijo, Jesús.


 Tras el Angelus, Francisco se reunió con los miembros del comité local de la Jornada y almorzó en el palacio arzobispal con 12 jóvenes, dos por cada continente, más otros dos brasileños.

Sabiduría y dignidad




 En la misa privada que celebró a primeras horas de la mañana de ayer, el Papa expresó el deseo de "envejecer con sabiduría y dignidad".


 "¡Que sea como el buen vino, que cuando envejece mejora!.¡Que Dios nos done la gracia de envejecer con sabiduría, de envejecer con dignidad", dijo Francisco ante numerosos jesuitas --la congregación a la que pertenece-- que asistieron a la ceremonia.

Casi un cero para la organización




 El alcalde de Río de Janeiro se atribuyó ayer una nota cercana al cero por la organización de la Jornada Mundial de la Juventud, luego que fuera necesario transferir dos grandes acontecimientos por la lluvia torrencial que azotó la ciudad durante cuatro días.


 "Si me preguntan la nota de la organización, diría que estamos más cerca de cero que de 10", admitió Eduardo Paes en una entrevista con la radio CBN.


 "Trabajo para alcanzar la perfección, pero cuando eso no llega, no le echo la culpa a nadie y no huyo de mis responsabilidades. Pongan esto en mi cuenta, pero no destruyan la imagen de nuestra ciudad. La organización no es buena pero le pongo 10 a la Jornada, al Papa y a la población", agregó el Paes.


 Las Jornadas son consideradas como el gran test para la ciudad que tendrá partidos de la Copa del Mundo de fútbol en 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016.


 El lunes, cuando llegaba al centro de Río proveniente del aeropuerto, el pequeño automóvil Fiat Idea en que viajaba el Papa quedó bloqueado en varias oportunidades entre autobuses y una multitud entusiasta. Su entorno tuvo miedo, aunque el Papa bajó la ventanilla y estrechó manos.


 El martes, un problema de electricidad paralizó durante mas de dos horas el metro de Río, sembrando el caos en la ciudad justo antes de la misa de apertura de la Jornada en la playa de Copacabana, donde se reunían peregrinos de 170 países.


 El jueves, tras la acogida de los jóvenes por parte de Francisco en Copacabana, 1.500.000 fieles enfrentaron interminables colas para tomar el metro (AFP-NA).

Lo que queda de la agenda

Hoy

-- A las 9 oficiará una misa en la catedral de San Sebastián de Río de Janeiro y a las 11.30 se reunirá con dirigentes de Brasil en el teatro Municipal de Río de Janeiro.
-- A las 19.30 presidirá la tradicional Vigilia, considerado el momento más emotivo y sugestivo de las Jornadas, en el Campus Fidei, en Guaratiba.

Mañana

-- A las 10 oficiará la misa de las Jornadas en el Campus Fide. Tras la misma recitará el Angelus y anunciará la ciudad que acogerá el próximo encuentro mundial de los jóvenes católicos.
-- A las 16 se reunirá con el comité de coordinación del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), que agrupa a los obispos de América Latina y el Caribe.
-- A las 17.30 se reunirá con los voluntarios de las Jornadas.
-- A las 19 emprenderá viaje de regreso a Roma, a donde llegará el lunes a las 11.30.