Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

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Cinco condenados por comercializar drogas en Médanos

La decidida intervención de padres cuyos hijos habían caído en la adicción a las drogas y el compromiso de un policía que los escuchó y formalizó la denuncia, permitió que se investigara a cinco sujetos por vender estupefacientes en Médanos, causa que terminó con las condenas de los imputados a penas de entre 4 y 8 años de cárcel.

 La decidida intervención de padres cuyos hijos habían caído en la adicción a las drogas y el compromiso de un policía que los escuchó y formalizó la denuncia, permitió que se investigara a cinco sujetos por vender estupefacientes en Médanos, causa que terminó con las condenas de los imputados a penas de entre 4 y 8 años de cárcel.


 El fallo fue dictado por el Tribunal en lo Criminal Nº 3, integrado por los jueces Daniela Fabiana Castaño, Raúl Guillermo López Camelo y José Luis Ares (como subrogante del doctor Eduardo d'Empaire).


 Los magistrados sentenciaron a Adrián Maximiliano Resch, Gabriel Eduardo Simonella y Pedro Antonio Castro, a penas de ocho años de prisión, tenencia agravada de estupefacientes con fines de comercialización en dosis fraccionadas directamente para su consumo.


 También fijaron una sanción de 6 años de cárcel para Néstor Fabián Muñoz, y a 4 años condenaron a Domingo Camilo Wilches, hallado culpable de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización en dosis fraccionadas directamente para su consumo.


 Según informaron fuentes judiciales, todos los imputados se encuentran detenidos en unidades penales, y las defensas anticiparon que recurrirán el fallo ante el Tribunal de Casación de la Provincia.


 En la etapa de alegatos, el fiscal Emilio José Marra consideró que si bien la cantidad de estupefacientes secuestrada era escasa en orden a la magnitud de la investigación que se extendió durante varios meses, las pruebas aportadas demostraban claramente la venta de drogas por parte de los encausados.


 Destacó el doctor Marra que a excepción del policía que efectuó la denuncia y motivó la instrucción de la causa, los demás efectivos de Médanos demostraron al menos "falta de compromiso" con el tema, ya que "la droga se vendía con absoluta impunidad".


 En tanto, la defensora oficial Fabiana Vannini, en representación de Muñoz, Castro y Wilches, rechazó los cargos y aseguró que la sustancia secuestrada en su poder era para consumo personal, y el abogado Sebastián Martínez negó también las acusaciones que pendían sobre Resch y Simonella.


 Los magistrados consideraron acreditada la tenencia de estupefacientes bajo la esfera de custodia y disponibilidad, de manera organizada y con la clara finalidad de comercialización a potenciales consumidores.


 Durante los procedimientos efectuados por la policía el 26 de enero de 2012 en tres domicilios de Médanos, se incautaron diecinueve cigarrillos armados con marihuana y una pequeña cantidad de cocaína.


 En otra requisa fueron secuestrados tres porros, 39 semillas de cannabis sativa, un molinillo plástico y un teléfono celular, entre otras cosas.


 En los fundamentos de la sentencia se consideró que "la escasa incautación de droga fue una azarosa circunstancia que no puede hacer inclinar la balanza en favor de los encausados. Ello sería merituar de manera aislada las diligencias de allanamiento, desechando el resto de las pruebas reunidas y valoradas".


 La doctora Castaño, primera en votar, agregó que el conjunto de indicios es demostrativos que "los procesados, con absoluto desparpajo, tenían montado el negocio ilícito de la droga, que incluía la provisión de sustancias de distintas clases a sus consumidores, la facilidad para conseguirla en la ciudad de Bahía Blanca, y los innumerables actos de comercio que se han probado".

El origen.




 Al analizar la prueba, la jueza Castaño, con cuyas conclusiones coincidieron los restantes magistrados, destacó que "las testimoniales fueron abundantes y enriquecedoras, dando acabada dimensión de aquello que en el pueblo era un secreto a voces: la venta de droga a los jóvenes de la localidad".


 En primer término declaró el policía Pedro Cristian Enrique, quien dijo que en 2010 regresó a Médanos para cumplir funciones, y entonces varios vecinos le comentaron acerca de la venta de estupefacientes y le proporcionaron los nombres de los presuntos vendedores.


 Se decidió entonces a formular la denuncia y, según contó en su testimonio, conocía a Simonella y Resch, este último a cargo de un videoclub, al que solían concurrir muchos menores.


 El policía Carlos Arial Schill manifestó ante la justicia que efectuó tareas de investigación y confirmó que al lugar mencionado ingresaban adolescentes que luego se retiraban por una puerta lateral.


 Por su parte, Verónica Daniela Conte, también policía, coincidió con la versión de su camarada y también dijo haber realizado las desgrabaciones de intervenciones telefónicas que involucraban a Simonella, Resch, Muñoz, Castro y Wilches.


 Llamó la atención de la declarante la "claridad" de los mensajes, ya que al referirse a las drogas directamente las llamaban por sus nombres y que también aludían a "vender",, "ir a Bahía a buscar más" o "ir a fumar" cerca de una escuela.


 Roberto Salvador Toarmina, entonces jefe de Narcocriminalidad de Bahía Blanca, por su parte, declaró sobre las pruebas reunidas y consideró que el escaso secuestro de estupefacientes se debió a que habría existido una filtración sobre los inminentes allanamientos.


 Según señaló la doctora Castaño, los policías "se han referido a la concurrencia de jóvenes al videoclub, a la gomería de Simonella y a la vivienda de Castro, y el egreso de dichos lugares sin nada en sus manos, demostrativo, a criterio de los funcionarios, de venta de sustancias".

Las escuchas.




 El análisis de las escuchas telefónicas y mensajes de texto brindó a los jueces otra prueba fundamental para acreditar la responsabilidad de los encausados.


 Dijeron que de la transcripción de las comunicaciones "surge sin demasiado esfuerzo que los encartados Resch, Simonella, Muñoz y Castro, se dedicaban a comercializar los estupefacientes cuya tenencia se les imputa".


 También coincidieron en señalar que de las escuchas surgió que si bien en los allanamientos no se secuestró una gran cantidad de narcóticos, en otros momentos "han detentado cantidades considerables".


 De allí surgió "el vínculo comercial que tenían entre sí en el negocio de la droga, los pedidos que se hacían mutuamente para cubrir la necesidad de los consumidores, y también los viajes a Bahía Blanca a buscar estupefacientes según la demanda de la clientela", dijeron.


 Al momento de estimar la pena a imponer, los jueces valoraron como atenuantes la carencia de antecedentes de Resch, Simonella, Muñoz y Wilches.


 Pero en los casos de Resch y Simonella se contempló la agravante de haber iniciado en el consumo de droga a menores de edad, con total desprecio por su salud.


 Y respecto de Castro, tuvieron en cuenta un antecedente penal que registra.


 Todos ellos fueron imputados de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, fijándose las penas mencionadas.


El compromiso de los padres









 Para los jueces mereció un tratamiento aparte el caso de los padres de varios de los chicos que fueron captados por los vendedores de drogas y que decidieron contar todo al policía, motorizando la exitosa investigación.


 Uno de ellos dijo que comenzó a notar conductas extrañas en su hija de 13 años y que luego averiguó que se encontraba involucrada en el consumo de sustancias tóxicas.


 Agregó que al revisar su teléfono celular, pudo saber que era Resch quien le proporcionaba la droga, y luego así lo admitió ante él la propia víctima.


 Dijo haber realizado averiguaciones y establecido que el individuo viajaba asiduamente a Bahía Blanca para conseguir los narcóticos y distribuirlos en Médanos.


 También declaró que la droga era vendida en un videoclub y que su hija le confesó que allí la compraban e inclusive la consumían.


 Otro hombre reveló que su hijo comenzó a tener problemas con las drogas a los 14 años, y concretamente afirmó que el chico y otro amigo adolescente fueron invitados por Simonella a ingresar en su casa, donde les proporcionó una línea de cocaína para aspirar.


 Descartó que le regalaran las drogas a su hijo, e inclusive contó que en varias oportunidades notó que le había faltado dinero.


 Expresó que el menor se halla actualmente con tratamiento psicoterapéutico y que cada tres meses se le efectúan análisis de sangre para comprobar que no ha recaído en la adicción.


 Otro padre relató ante la justicia circunstancias similares con su hijo de 15 años, y manifestó que Médanos era entonces "tierra de nadie", pues vendían droga a cualquier hora y lugar.