A los 61 años, murió la escritora Elsa Bornemann
"Como decía Borges, `morirse es una costumbre que suele tener la gente', pero lo importante es toda la obra que Elsita nos dejó y recordarla siempre con una sonrisa y mucha ternura, como la recuerdo yo", contó conmovida todavía por la noticia, la escritora y narradora bahiense Maryta Berenguer.
Elsa Isabel Bornemann, ícono de la literatura infantil y juvenil en la Argentina y un referente también en América latina, falleció ayer dejando huérfanos de sus cuentos a varias generaciones de lectores.
"Nos une mucho más que la generación a la que pertenecemos. Nos conocimos hace muchos años, quizá 20, ya no recuerdo y tuvimos en estos últimos años una amistad muy intensa", relató Berenguer, quien además agregó que Elsa estaba casada con un japonés que más de una vez le sirvió de inspiración para sus cuentos, como por ejemplo, con Mil grullas.
"Ella quería mucho a Osvaldo (NdR: Berenguer, su marido) por el humor y caricaturas que él le hacía, hasta le hizo una historieta donde Elsa era la protagonista. No le gustaba para nada cocinar, siempre que íbamos compraba empanadas o comida hecha y amaba los gatos, ellos eran dueños de su casa".
Maryta también la recuerda como una mujer con "muchos cambios de humor", a los que atribuye a su "genialidad pura".
"Al igual que María Elena Walsh, tuvo etapas brillantes de creación y en los últimos tiempos se había dedicado a escribir cuentos de terror, que a los chicos les encantan".
También recuerda que le gustaba escribir al "vesre" (al revés) poesía, sólo para jugar. O en una especie de jeringoso mezclado, como hizo con Una mañánica de primavérica, hallé una láuchica en la verédica... y la Guajira del drilococo (cocodrilo).
"Fue alumna del genial Jorge Luis Borges. Estudió Literatura Inglesa con Borges de profesor en la universidad, ¡pavada de profesor tuvo!"
Los recuerdos se agolpan y se le mezclan con emoción.
"Ella vivía en la calle Billinghurst, en el barrio de Palermo y había nacido en Parque Patricios, hincha fanática del "globito" de Huracán".
Hoy, a las 11, en la biblioteca Pajarita de Papel (Saavedra 951), Maryta Berenguer programó una "Kermesse de cuentos" para grandes y chicos con el objetivo de celebrar los 24 años de vida de la institución y allí, Elsa Bornemann recibirá su merecido homenaje.
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Bornemann había nacido el 15 de febrero de 1952. Escribió cuentos, canciones, novelas y piezas teatrales para niños y jóvenes y se graduó como Profesora en Letras en la Universidad Nacional de Buenos Aires.
Autora de Un elefante ocupa mucho espacio, este cuento infantil censurado en el 76, le valió el ingreso a Lista de Honor del Premio Hans Christian Andersen, el más importante del globo en el área infantil.
Ese mismo cuento fue galardonado con la Lista de Honor del Premio Internacional Hans Christian Andersen otorgado por IBBY (International Board on Books for Young People) por primera vez para un escritor argentino, al considerárselo un ejemplo de la literatura de importancia internacional.
Más tarde, sus libros El último Mago o Bilembambudín y Disparatario fueron seleccionados para integrar la lista The White Ravens, distinción que otorga la Internationale Jugendbibliothek de Munich, Alemania.
Participó en un libro llamado Caramelos surtidos, de la editorial Ediciones Orión con el cuento Uno más uno (cuento para chicos enamorados), uno de los más populares de su obra.
"Estamos profundamente doloridos por su fallecimiento, se trata de una de las autoras más importantes de la literatura infantil y juvenil hispanoamericana", dijo María Fernanda Maquieira, desde Alfaguara.
Maquieira subrayó que Bornemann "es una autora prolífica que escribe desde los 70, varias generaciones de lectores ya se han criado con sus libros. Escuelas, alumnos y maestros los eligen para leer en el colegio".
"Ella se destacó por su poesía y luego por sus cuentos y su narrativa; fue una gran defensora de la literatura infantil en épocas donde era un género menor, de las pioneras en llevarlo a otro plano", agregó la editora.
El compromiso de Bornemann y su incansable trabajo por la educación -maestra nacional y profesora en letras que recorrió América, Europa y Japón dictando talleres literarios- tuvo sus frutos, entre otros, con El libro de los chicos enamorados que formó parte de los Cinco Mejores Libros Escritos en Idioma Castellano, según el Banco del Libro de Caracas, Venezuela.
Entre los numerosos premios con que se distinguió su trabajo se destacan además el "San Francisco de Asís" por "toda su obra en beneficio de la infancia". (Télam y NA)
Elsa, en frases
* "Todo lo que ocurre en la realidad puede dar origen a mi escritura, siempre recreado por la imaginación que es, sin dudas, la principal inventora de mis obras".
* "En ciertos ámbitos la literatura está incentivada en los chicos y para nada en otros. Existen niveles culturales y socio-económicos muy variados a los que pertenecen niños y adultos, responsables --estos últimos-- de ser los primeros transmisores del apego por la lectura.
* En mi caso, tuve la dicha de crecer en una casa donde mis padres eran adictos a la lectura. Ellos solían narrarme y leerme literatura dedicada a la infancia cuando yo no había aprendido aún a descifrar los signos del vocabulario".
* El niño envuelto, ¡Nada de tucanes!, ¡Socorro!, A la luna en punto, Corazonadas, Cuadernos de un delfín, Cuentos a salto de canguro, Disparatario, El espejo distraído, La edad del pavo, Lisa de los paraguas, Los desmaravilladores, Los Grendelines, Mini-antología de cuentos tradicionales, No hagan olas, No somos irrompibles, Palabracalabra 1 y 2, Queridos monstruos, Sol de noche y Tinke-Tinke.
* "Sufrí bastante en la escuela primaria, me mandaban a la Dirección y me preguntaban durante los siete años seguidos y los primeros de la secundaria quién me escribía las cosas que yo hacía, hasta que se convencieron", dijo Bornemann.
* Bornemann era la menor de tres hermanas mujeres y además dijo que su papá era hermano de tres mujeres y vino de Alemania para arreglar las campanas del Concejo Deliberante y se casó con una argentina.
* En una entrevista, recordó: "Papá dijo `qué lástima' cuando le dije que quería ser escritora, porque pensaba que me iba a casar y pasaría a ser `de' mi apellido. Fue cuando yo le dije que no me lo iba a cambiar y desde entonces él a mis libros le pasaba el dedito en donde figuraba mi nombre".
* "Tengo pilones de poemas de amor escritos desde mi adultez y para adultos, pero ninguno ha ido o va a ir a parar a un libro dedicado a los `pibes'. Y, si me baso en las inolvidables y bellas repercusiones obtenidas con el dúo de volúmenes previos a Amorcitos sub-14, debo decir que está basada en las experiencias de los chicos", añadió.