Bahía Blanca | Sabado, 19 de julio

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Falso documental sobre policías en acción

En la mira es una producción independiente con un costo de siete millones de dólares, pero llegó a ocupar el primer lugar en la taquilla de su país, superando a los denominados "tanques". David Ayer registra en su haber, como principal crédito, el guión del filme policial Día de entrenamiento.




 En la mira es una producción independiente con un costo de siete millones de dólares, pero llegó a ocupar el primer lugar en la taquilla de su país, superando a los denominados "tanques".


 David Ayer registra en su haber, como principal crédito, el guión del filme policial Día de entrenamiento.


 El guión también le pertenece al director. La historia trata sobre Brian Taylor (Gyllenhaal) y Mike Zavala (Peña), oficiales del Departamento de Policía de Los Angeles, cuya misión es patrullar la zona sur de la ciudad, en particular el barrio de Newton, infestado de pandillas rivales que se disputan territorios y traficantes ligados al cartel mexicano de Sinaloa.


 Brian y Mike son honestos, valientes y muy amigos. Mike está casado con Gabby (Natalie Martínez) y Brian ha iniciado una relación con Janet (Anna Kendrick). En su trajín también deben afrontar crímenes brutales y el tráfico de inmigrantes indocumentados.


 David Ayer no se propuso criticar o enjuiciar a la institución policial, sino más bien homenajear a los uniformados, que diariamente se exponen a ser asesinados. Y con este criterio desarrolla la historia, que registra escenas de hiperrealismo.


 Pero lo que verdaderamente interesa de esta buddy movie es su estilo narrativo, porque Ayer se propuso revolucionar el género policial en su vertiente más realista. Para ello apela al falso documental, un recurso que en la jerga del cine se conoce como "fake", en homenaje a un filme de Orson Welles de 1974, titulado F for Fake.


 Ayer utiliza pequeñas cámaras colocadas en el automóvil de los policías e inclusive en el pecho de Brian, quien filma todo lo que puede con el pretexto de realizar un proyecto de película documental para la institución.


 El propósito es incrementar la autenticidad de las imágenes, un objetivo que el director logra plenamente. Todo parece real: las balas matan, los golpes duelen y las sorpresas surgen a la vuelta de cada esquina.


 Por momentos el resultado es una suerte de reality show, con predominio de la cámara subjetiva, que no siempre responde al punto de vista narrativo de la película. Lo que el director obtiene con esta variable estilística, que puede cansar o resultar algo molesta, es una "inmersión" del espectador en la historia y crear una sensación de peligro físico.


 Se ha dicho que Gyllenhaal y Peña se entrenaron durante tres meses en sus funciones de policías, a bordo de un automóvil policial, como en su momento lo hizo Robert De Niro para la filmación de Taxi driver.


 Al margen que esto sea o no cierto, lo que puede observarse son dos buenas actuaciones y una considerable consubstanciación de los intérpretes con sus personajes y con las tareas que deben realizar.