Más desigualdad en Latinoamérica
La brecha entre pobres y ricos aumenta en muchos países de la región, donde un 80% de la población vive en ciudades y más de un cuarto de ella en tugurios o villas miseria.
RIO DE JANEIRO (AFP-NA) -- Pese a los progresos logrados por América Latina y el Caribe en los últimos años, entre 1990 y 2009 la desigualdad creció en la Argentina, Colombia, Paraguay, Costa Rica, Ecuador, Bolivia, República Dominicana y Guatemala, según un informe de ONU-Habitat, el Programa de Naciones Unidas para Asentamientos Humanos.
En la región, considerada desde los años 1970 como la más desigual del mundo, el 20% de la población más rica tiene en promedio un ingreso per cápita casi 20 veces superior al ingreso del 20% más pobre.
"El principal desafío es cómo combatir las desigualdades tan enormes que existen en las ciudades. Es una contradicción bien grande del modelo económico de América Latina en general", dijo Erik Vittrup, experto de ONU-Habitat.
Los países más desiguales en base a la distribución de la renta son, en este orden, Guatemala, Honduras, Colombia, Brasil, República Dominicana y Bolivia, mientras los menos desiguales son Venezuela, Uruguay, Perú y El Salvador.
"La desigualdad de renta es extremadamente elevada. Hay un déficit considerable de empleo y una abundante informalidad laboral, que se concentra en los jóvenes y las mujeres", indica el informe de la ONU.
El número de ciudades en la región aumentó 6 veces en 50 años. La mitad de la población urbana, unas 222 millones de personas, viven en ciudades con menos de 500.000 habitantes y un 14% (65 millones de personas) reside en megaciudades.
El informe destaca con preocupación que las ciudades latinoamericanas siguen expandiéndose físicamente pese a la desaceleración demográfica, de una manera que no es sostenible.
"Es ridículo seguir proponiendo modelos urbanos (...) con grandes programas habitacionales en enormes áreas alejadas cuando la ventaja de las ciudades es la concentración de gente, infraestructura y servicios. La densidad urbana se va reduciendo cuando debería ir subiendo. No necesitamos más tierra", dijo Vittrup, que llamó a los gobiernos a "orientar a los mercados inmobiliarios".
El experto de ONU-Habitat mencionó el ejemplo de México, donde se construyeron 5 millones de casas en zonas alejadas que daban a inversores el mejor retorno pero que terminaron quedando vacías porque nadie quería mudarse allí.
"Es dramático que los gobiernos hagan viviendas para los pobres que nadie va a utilizar. Estamos reproduciendo modelos que sabemos que no funcionan", afirmó.
En toda la región, que tiene una población de 588,6 millones de personas, la tasa de población viviendo en ciudades llegará a 89% en 2050, estima la ONU. Pero anticipa que Brasil y el resto del Cono Sur, la zona más urbanizada, llegará al 90% dentro de tan sólo 8 años.
El informe destaca que el crecimiento demográfico y la migración del campo a la ciudad han perdido fuerza, y que la evolución demográfica de las ciudades tiende a limitarse a un crecimiento natural.
Las migraciones son ahora más complejas, y ocurren principalmente entre ciudades, a veces a través de fronteras internacionales, de una ciudad a otra o entre el centro y la periferia.
Cantidad
124 millones
de personas viven en la pobreza en las ciudades, más de la mitad en Brasil (37 millones) y México (25 millones).
111 millones
de latinoamericanos residen en tugurios o villas miserias, una cifra mayor que hace 20 años.
El despilfarro americano
WASHINGTON (EFE) -- Los estadounidenses tiran hasta un 40 por ciento de sus alimentos cada año, lo que supone unos 165.000 millones de dólares en desperdicios, según un análisis publicado por el Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales.
Esa compilación de diversos estudios y estadísticas, evaluó todos los tipos de residuos que se crean desde la producción de la materia prima hasta que el alimento llega a la mesa.
La mayoría de los desperdicios se producen en el hogar.
Las familias estadounidenses tiran aproximadamente el 25 por ciento de los alimentos y bebidas que compran, sobre todo por la cultura de la comida abundante y barata desarrollada en el país durante décadas.
Debido a que la comida representa una parte muy pequeña de los presupuestos de las familias, éstas no son conscientes de la cantidad de lo que llegan a desperdiciar.
Una familia estadounidense promedio de 4 miembros desperdicia hasta 2.275 dólares en alimentos cada año y las tendencias despilfarradoras han ido empeorado con el tiempo, según apunta el estudio.
El gobierno estadounidense de Barack Obama estima que los supermercados pierden alrededor de 15.000 millones de dólares cada año en frutas y verduras que no se venden.
En los restaurantes y otros establecimientos de servicios de alimentos también sufren grandes pérdidas relacionadas con los desperdicios porque los platos que proporcionan son mucho más grandes que los recomendados por el gobierno.
El informe reclama que el gobierno estadounidense no ha dedicado suficientes recursos a identificar dónde existen las ineficiencias en el sistema y lo acusa de no combatir el problema en comparación con los esfuerzos puestos en marcha en Europa.