Algas: cuando se puede pero no se quiere
* Una iniciativa de prestigiosos investigadores locales apuntaba a limitar el ingreso al dique de nutrientes necesarios para estos microorganismos que afectan la calidad del agua de red.
* Sin embargo, por decisión provincial, y pese a los excelentes resultados obtenidos, no pudieron desarrollarla. El trabajo, además, no representaba ningún gasto para la Gobernación.
ADRIAN LUCIANI
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Pese al progresivo deterioro que viene evidenciando la calidad del agua contenida en el dique Paso de las Piedras, sus recurrentes floraciones de algas y la existencia de estudios concretos que indican el camino a seguir para evitar mayores males, poco y nada ha hecho la Provincia en tal sentido.
Incluso, a diferencia de Córdoba, donde ante problemas similares en el dique San Roque la prestataria del servicio logra un mejor producto final para entregar a los consumidores, aquí ABSA sigue sin ofrecer respuestas a un problema que, por estas horas, no sólo requiere respuestas desde lo biológico, sino también desde la ingeniería.
Para graficar el empeoramiento de la situación vale recordar el triste récord logrado por el embalse Paso de las Piedras meses atrás, cuando por primera vez en 40 años las algas afectaron, durante casi 90 días ininterrumpidos, el servicio de agua potable.
Nunca antes se había registrado un período tan prolongado en el que estos microorganismos acuáticos fuesen capaces de conferir al líquido el típico olor a gamexane al que varias generaciones de bahienses ya parecen tan acostumbradas como resignadas.
Sobre estos temas dialogamos con una de las especialistas en algas de mayor prestigio en el país, la doctora Elisa Parodi, investigadora local del Conicet-IADO, y con el ingeniero Juan Carlos Schefer, profesor titular del área Hidráulica del Departamento de Ingeniería de la UNS y ex responsable del embalse durante un largo período.
--¿Se sorprendió por el extenso período en el que las algas amenazaron la calidad del agua este año? Le pregunto porque una situación de este tipo no registra antecedentes.
Parodi: No, no tiene antecedentes tan extensos, pero era esperable que sucediera.
--Por qué?
Parodi: Porque desde el punto de vista ecológico es sabido que cuando hay una concentración de nutrientes en un medio de cultivo, las consecuencias de eso siempre se van agravando. Si el nivel del embalse llegó a un nivel tan bajo, quiere decir que hubo una concentración de nutrientes, por lo tanto, era esperable que pasara lo que pasó. No es algo sorpresivo, puede ser que si hubiesen habido intensísimas lluvias u otra modificación podría no haber ocurrido. En las situaciones biológicas no hay nada anunciado, pero había que pensar concretamente en esa oportunidad.
--¿Le advirtió a la Autoridad del Agua o la empresa ABSA que esto iba a ocurrir?
Parodi: Sí. No a la gente de la Autoridad del Agua, pero sí a las autoridades máximas de ABSA. Esto fue en enero de 2010, cuando estuvo la cota en su nivel más bajo.
--Los bahienses parecemos resignados a tener que consumir periódicamente agua con olor a gamexane. ¿Esto seguirá siendo así o se puede hacer algo para mejorar?
Parodi: Con respecto al agua del dique opino que debería ser tratada de otra manera. No es una situación tan extraña, los cursos de agua superficiales tienen este tipo de situaciones. El problema no es dramático, cualquier laguna pampeana evidencia peores situaciones. El embalse tiene una profundidad muy importante con relación a lagunas que apenas poseen un máximo de 4,5 metros.
--Bueno, pero desde esos espejos de agua no se extrae agua para consumo humano.
Parodi: Sí, pero quiero decir que este embalse tiene muy buenas condiciones. Es cierto, posee más nitrógeno y fósforo del que desearíamos, pero tiene menos de otros elementos que sí están en lagunas pampeanas. Acá la cota del dique sigue baja, pero si ingresara agua los nutrientes existentes empezarían a diluirse, a pesar de que ingresen otros nuevos. El problema no es el dique en sí, tiene las características de un embalse a cielo abierto y, por lo tanto, las condiciones no están controladas y varían. Entonces, hay que tener en cuenta qué tratamiento debe hacerse a todo lo que sale del embalse.
--¿Está hablando de más filtros en la planta Patagonia?
Parodi: No lo sé, digo que deberá ajustarse el tratamiento al agua que entrega Paso de las Piedras.
--Con la concentración de algas que tuvo el dique en los últimos meses, ¿cree que hay mecanismos técnicos capaces de asegurarle a la población agua de buena calidad?
Parodi: Sí. Estas situaciones pueden ocurrir y hay que estar preparados. En Carlos Paz ocurre lo mismo y potabilizan el agua destinada a la ciudad de Córdoba sin olor y sin mal sabor.
Schefer: La planta cordobesa tiene decantador y esto permite un mayor margen de operación. Acá, cuando se analizaron varias plantas piloto para tratar el agua con algas, en la década del 90 se analizaron distintos tipos de decantadores, filtros israelíes y una planta de flotación. En aquel momento se decidió eliminar las algas a través de los filtros israelíes AMIAD. Pero no se previó que si bien esos filtros retienen las algas, estos microorganismos liberan las sustancias que dan olor al agua antes de la retención en filtros. Eso hace que deban utilizar una gran cantidad de carbón activado para eliminar el mal sabor y olor. Y, como no existe decantador y el agua va a los filtros, parte del carbón activado termina en la red. Si se usase mas carbón tendríamos mas carbón en las cañerías.
--¿Ese carbón es perjudicial para la salud humana?
Schefer: No, le da color mas oscuro al agua. Es inocuo.
--En definitiva, la cuestión estaría en los sistemas de potabilización?
Schefer: Mire, el humedal que propusimos (ver aparte) ayudaba a retener los nutrientes que llegaban al embalse. En un primer trabajo de la UNS se determinó que el arroyo El Divisorio, que representaba el 20% de los aportes de agua al lago, aportaba el 50% de los nutrientes. Por eso trabajaron en conjunto las áreas de Hidráulica y Biología de la UNS diseñando un humedal piloto para ver cuánto fósforo y nitrógeno se podía extraer empleando una planta de esta región, y nos llevamos una gran sorpresa por la cantidad muy elevada que podían retener estos vegetales. Por eso pasamos a diseñar un humedal mucho más grande.
Parodi: El agua del embalse es muy rica en nitrógeno y fósforo, pero quiero aclarar que lo es desde el punto de vista ecológico, y que no implica nada malo para el organismo humano. Esto es alimento para las algas y la idea del humedal es algo muy sencillo: tomamos los dos afluentes principales, por un lado el río Sauce Grande, que viene de la zona serrana, donde no hay agricultura, sino ganadería, por eso el uso de fertilizantes es muy poco. Por otro lado consideramos al arroyo El Divisorio, que llega al lago de una zona más baja, con sedimentos pampásicos, es decir, que traen nutrientes y con más actividad agrícola y más uso de fertilizantes.
Apuntamos a utilizar alguna técnica que impidiese la llegada de tanta cantidad de nutrientes, por eso quiero aclarar que la biorremediación del embalse no tenía por objeto sacar los nutrientes existentes en Paso de las Piedras, pero por lo menos íbamos a ponerle un freno al ingreso tan marcado y mediante un mecanismo super natural, sin introducir ninguna especie. No íbamos a poner totoras, por ejemplo, porque corremos el riesgo de que vayan invadiendo el curso de agua.
--Todo este humedal, que de manera progresiva iba a ir extendiéndose hasta ocupar una hectárea junto al arroyo El Divisorio, ¿representaba un proyecto muy costoso para el Estado bonaerense?
Parodi: No, no tenía costos, porque todo lo cubría el aporte del proyecto de la Universidad Nacional del Sur.
--¿Y qué sienten cuando por motivos que se desconocen este tipo de iniciativas no pudieron continuar?
Parodi: Tristeza y decepción. Teníamos todo listo, esto se iba a hacer dentro del marco de los proyectos de interés regional que tiene la UNS, nos habían seleccionado para aportarle algo a la comunidad y habíamos asumido una gran responsabilidad. Incluso al elegir nuestro proyecto, que no se hizo, quedaron otros sin posibilidades de concreción.
Schefer: En un congreso hace tres meses los participantes se quedaron asombrados por los resultados que habíamos obtenido y nos preguntaron por qué lo pararon. No pudimos ingresar más al embalse. La Autoridad del Agua nos lo prohibió en el marco del cierre del embalse al público.
--¿Esto obedeció a una cuestión de celos profesionales?
Parodi: No lo sabemos. La decisión de ADA de no permitir el acceso al embalse fue coincidente con el largo período de sequía que padecimos en la región, pero después, cuando las lluvias recuperaron el nivel del dique, ADA no revirtió su decisión. Esto nos hizo perder la oportunidad de realizarlo, pues después no contamos con las condiciones apropiadas para desarrollar el proyecto TIR (Temas de Interés Regional) de la UNS, de ahí mi decepción.
--Con las crisis del agua más fuertes, producto de las algas, en 1999 y 2000, se coincidió en la necesidad de realizar estudios extendidos en el tiempo para conocer exactamente qué estaba pasando en el dique. ¿Se avanzó en tal sentido?
Parodi: Sí, se estudió toda la bioecología del embalse. Se hicieron estudios a conciencia, analizando todas las variables. Ahora sabemos lo que pasa en el embalse y con los datos obtenidos se hizo el modelado de cómo pueden ir modificándose las variables, qué puede ocurrir si llueven tantos milímetros y cuáles pueden ser las correcciones para que el agua no siga enriqueciéndose con nutrientes.
--¿La situación es grave desde el punto de vista biológico?
Parodi: No, y es algo manejable biológicamente. Esto ocurre en todos los lagos del mundo, la situación de acá no es grave, pero sí es grave si uno carece de un sistema de potabilización adecuado.
Schefer: Ahora se habla de una planta de flotabilización, que es un decantador a la inversa, pero no sé realmente si se va a poder eliminar el mal sabor y olor.
--¿Los han llamado autoridades de ABSA para volver a analizar el tema de las algas en el dique?
Parodi: No, desde el año 2010 no tuve ninguna comunicación.
Trabajos que indican el rumbo a seguir
"El control de eutrofización del embalse Paso de las Piedras requiere la limitación de nutrientes desde el arroyo El Divisorio", sostiene un trabajo presentado en un congreso realizado en Azul, hace dos años, por Parodi y Schefer, junto a la magíster Natalia Cecilia López.
El informe señala que se construyó un humedal artificial a flujo superficial colonizado con una planta llamada senecio bonariensis. Se registraron instantánea y mensualmente: caudal afluente y efluente, altura de inundación y concentración de fósforo disuelto total, fósforo reactivo soluble, N-nitratos y N-nitritos. Se evaluó el balance de masa en el sistema en 2006-2007 bajo diversas densidades de vegetación.
"Estudios efectuados en el embalse indican que se halla eutrofizado ocurriendo en él proliferaciones masivas de carácter cíclico de algas cianofíceas, entre ellas, microcystis aeruginosa y anabaena circinalis, que son especies potencialmente tóxicas para el ser humano y que ocasionan considerables inconvenientes en el proceso de potabilización del agua cruda del lago debido al olor y al color que le imprimen a la misma.
"La tendencia mundial en la remediación de lagos de agua dulce para consumo humano es limitar la contaminación difusa mediante la construcción de humedales en la transición entre la fuente y el reservorio. Estos sistemas, en los que se cultivan plantas macrófitas palustres, tienen un mínimo impacto sobre el ecosistema y son de sencilla y económica explotación y control, creando además un hábitat natural para el desarrollo de la vida silvestre".
Los autores señalaron que los humedales artificiales son estanques aerobios de profundidad inferior a 45 cm y resultan ideales para la eliminación de nutrientes ya que favorecen el crecimiento de algas debido a la disponibilidad de luz en toda la columna de agua, así como el crecimiento de vegetación acuática capaz de generar biomasa.
"La presencia en el humedal de vegetación distribuye más uniformemente la velocidad del escurrimiento a la vez que lo ralentiza, fomentando la sedimentación de sólidos suspendidos y aumentando el tiempo de retención hidráulica al contar el flujo con mayor superficie de contacto".
El trabajo concluyó que la remoción de nitratos resultó altamente dependiente de la temperatura y que el desempeño del humedal y las ecuaciones obtenidas permiten realizar estimaciones preliminares de la capacidad de remoción de nutrientes bajo diferentes condiciones hidráulicas de operación, variaciones en la calidad del agua afluente y evolución de S. bonariensis.
"Por ello, resulta altamente viable la extrapolación hacia proyectos similares de mayor escala para el arroyo El Divisorio pudiéndose también efectuar el dimensionado de los humedales de acuerdo a los parámetros esperados de remoción".
Otro trabajo realizado por la hoy doctora Amira Siniscalchi, junto con López y Parodi, concluyó que el senecio bonariensis resultó ser un efectivo agente removedor de fósforo de las aguas del arroyo El Divisorio, en un humedal artificial. La mayor incorporación de fósforo se evidenció en las hojas.
En tanto, otra especie, la cladophora surera también cumplió un rol preponderante en la retención del mencionado mineral.