Gran festejo en Villa Muñiz
La comunidad educativa de la Escuela Primaria Nº 50 "Miguel Cané" celebró ayer sus 25 años con un acto sencillo y colorido. El establecimiento, que tiene 400 alumnos, funcionó durante diez años en otro edificio, pero desde 1997 tiene sede en Newton y Pilcaniyén, de Villa Muñiz, entre los barrios Bahía Blanca y Rosendo López.
Al momento de los discursos, la inspectora del Nivel Primario, Lilian Seewal, revalorizó el trabajo del establecimiento, basado en la inclusión.
La directora Andrea Mouro resumió la historia institucional y los objetivos.
"La escuela ha pasado por períodos muy satisfactorios y otros de dificultades. No hay más que recordar el tiempo y las marchas y contramarchas que tuvo la gestión y la construcción del primer edificio que albergó a la escuela. Todo el barrio Rosendo López aunó esfuerzos para reclamar que sus niños pudieran asistir a un establecimiento cercano a sus hogares y que no se perdiera la identidad del sector.
"Sin comunidad, la escuela es una entidad sin norte: puede tener objetivos, pero si no se nutre de las personas que la pueblan y la apoyan, sólo es una obligación que hay que cumplir, por eso nosotros siempre hablamos en plural", dijo.
Mouro agregó "que la elección ha sido, desde hace mucho, entrecruzar manos y enfrentar las batallas diarias unidos y fortaleciéndonos desde la función que nos toca cumplir como padres, docentes o auxiliares formando un cuerpo donde ninguna pieza puede faltar. No todas son victorias. Pero sabemos que siempre tenemos a nuestro lado personas dispuestas a tendernos un puente. Y esta es una de las cosas que pretendemos dejar a nuestros niños".
Y concluyó: "Se trabaja para mejorar. Sobre todo porque para nosotros la Escuela Nº 50 es mucho más que un edificio lleno de niños. Cada uno de los que nos encontramos aquí todos los días llevamos este pedacito de Bahía Blanca prendido en el alma".
El espacio coreográfico estuvo a cargo de los alumnos de 5º y 6º año y el acto, que contó con la presencia de autoridades políticas y educativas, cerró con la lectura de un poema de un colaborador de la institución, interpretado por la docente Mirta Salvatierra.