Se excedió en la legítima defensa
Los integrantes del Tribunal en lo Criminal Nº 2 consideraron que Juan Marcelo Schefelt (23) actuó justificadamente al reaccionar para ayudar a su pareja, que era agredida por su ex familia política, pero consideraron innecesario que haya disparado un arma de fuego, quitando la vida a su ex suegro, Ignacio Ríos (52).
Por tal motivo, los jueces María Eloísa Errea de Watkins, Alejandro Salvador Cantaro y Claudia Cecilia Fortunatti, sentenciaron al procesado a tres años y seis meses de prisión (el fiscal Christian Long había pedido catorce años), por homicidio con exceso en la legítima defensa.
Según las constancias del fallo, en el debate se acreditó que, minutos antes de las 14 del 10 de octubre de 2009, en Granada al 2900, del barrio Spurr, Natalia Lorena Carrasco Bernal estaba siendo agredida por Laura Mabel Ríos y otros familiares.
En esas circunstancias, su padre, Ignacio Ríos, recibió un balazo en la región lateral izquierda del abdomen, que determinó su fallecimiento diez días más tarde.
Ello se corroboró por las declaraciones de los médicos Gabriela Alejandra Scoppa y Miguel Angel Páez, y la diligencia de autopsia a cargo del doctor Mario Raúl Adrián Vignati.
Schefelt declaró en el debate y admitió su autoría, aunque afirmó que sólo tuvo la intención de interceder para evitar que siguieran agrediendo a su concubina.
Sostuvo que ese día se encontraba en su casa, con el hijo de Natalia Carrasco, cuando repentinamente se presentó su ex mujer, presuntamente ebria y cubierta de barro, para decirle que se había caído de la moto y pidiéndole que cuidara a la hija de ambos, ya que estaba con su familia en una fiesta.
Schefelt dijo haber accedido al requerimiento, aunque le contó a su ex mujer que también estaba el otro niño, por lo que Laura Ríos comenzó a insultarlo y trató de irrumpir en la casa para provocar daños.
Fue así que comenzaron a forcejear y en determinado momento la mujer le mordió un dedo, lo amenazó con prenderle fuego a la vivienda y se fue.
El encausado agregó que después pasaron frente a la casa los padres de su ex pareja, insultándolo, por lo que temió que pudieran provocar un incendio, y se dirigió a la casa de su progenitor, de donde tomó un arma de fuego --propiedad de un amigo-- y volvió.
Expresó Schefelt que volvía a su domicilio cuando la vio a Natalia Carrasco encaminarse hacia la casa de la familia Ríos, por lo que se apuró para evitar que se cruzaran.
Indicó que al doblar la esquina de Granada y La Pinta, observó cuando Laura Ríos, su madre y otras personas estaban agrediendo a su compañera, a la que tenían tomada del pelo.
Manifestó que entonces efectuó algunos disparos al aire, para que la dejaran.
En esas circunstancias --dijo el detenido--, Ignacio Ríos se interpuso en su camino, tomando con sus manos un palo, y no lo dejó pasar.
Fue entonces, aseguró, que disparó dos veces más al aire y que su ex suegro se le abalanzó, circunstancia en la que efectuó otro balazo de costado y sin apuntar.
Sostuvo que después golpeó a Laura y a su madre, que pretendían agredirlo con piedras, con el fin de que soltaran a su mujer.
Finalmente, se fue del lugar y arrojó el arma en un descampado, escondiéndose él en la casa de un amigo.
Otras versiones.
Laura Ríos, por su parte, contó una versión distinta.
Dijo haber discutido con Schefelt, quien se había negado a cuidar a su hija y que al retornar a su casa, se encontró con Natalia Carrasco, comenzando a pelear.
En medio del incidente, agregó, salió a la calle su padre y el acusado le disparó, para después agredirla con la culata del arma.
En similares términos se manifestaron Dora González y Gabriela Ríos, esposa e hija de la víctima, respectivamente.
En tanto, Natalia Carrasco dio detalles de la agresión sufrida por parte de las mujeres de la familia Ríos.
Indicó que poco después advirtió la presencia de Schefelt intentando rescatarla y la aparición de la víctima fatal, que esgrimía un "fierro" y se interpuso en el camino de su pareja.
Señaló que luego no pudo observar nada más, que Schefelt la sacó de ahí y su hermana la llevó a un hospital.
Fundamento.
El voto de la doctora Errea de Watkins, quien se pronunció por un exceso en la legítima defensa, fue acompañado por sus pares.
"Entiendo que, no obstante las diferencias apuntadas, quedó debidamente acreditado con los testimonios valorados en la cuestión anterior, que Ignacio Ríos salió de su domicilio al escuchar los disparos intimidatorios que efectuaba Schefelt, y con al menos un palo en sus manos, trató de impedir que el imputado se acercara para prestarle ayuda a Natalia Carrasco", señaló.
Coincidió en consecuencia con el planteo efectuado por el abogado defensor, doctor Juan Ignacio Vitalini, quien había propuesto la absolución de su pupilo, aunque, subsidiariamente, también aludió a la posibilidad de un exceso en la legítima defensa de un tercero.
"Schefelt comenzó a desplegar una acción justificada en principio, pero empleando medios que si bien son racionales, superan los que hubieran sido necesarios para defender a su concubina de la agresión ilegítima de la que estaba siendo objeto", expresó la jueza.
Finalmente, al momento de establecer la pena, los magistrados consideraron como agravante, la actitud de haberse descartado del arma de fuego empleada en el hecho y que estuvo tres meses prófugo de la justicia.