Brasil: campaña de desarme tras masacre en escuela
El gobierno brasileño lanzó hoy una nueva campaña por el desarme de la población, a casi un mes de la masacre de 12 niños y adolescentes en una escuela de Río de Janeiro por un ex alumno, informaron hoy fuentes oficiales locales.
La persona que entregue un arma recibirá a cambio entre 100 y 300 reales (entre 62,50 y 187,50 dólares), y el artefacto será destruido de inmediato. El Ministerio de Justicia precisó que el objetivo de la tercera edición anual de la campaña, cuyo costo está calculado en unos 6,25 millones de dólares, es recaudar más armas que las 550.000 devueltas en los últimos dos años.
La campaña se realiza en momentos que el Congreso brasileño debate la propuesta del presidente del Senado, José Sarney, de realizar un nuevo plebiscito sobre la prohibición total de la venta de armas de fuego en el país.
En octubre de 2005, una consulta popular similar fue rechazada por el 63,94% de los electores.
La sugerencia de Sarney encuentra resistencias dentro del Congreso y también por parte de juristas, como el presidente de la Orden de Abogados de Brasil (OAB), Ophir Cavalcanti, quien sostiene que el principal problema no son las armas legales en poder de los ciudadanos, sino las que ingresan ilegalmente en el país.
"El gran problema es combatir el comercio ilegal", dijo Cavalcanti, quien agregó que el resultado del referéndum de 2005 "debe ser respetado", según consignó la agencia de noticias DPA.
La polémica sobre el control de armas en Brasil se reavivó a partir del 7 de abril pasado, cuando Wellington Menezes de Oliveira ingresó armado a la escuela Tasso da Silveira, en el barrio carioca de Realengo, donde había estudiado de niño, y dio muerte a 12 niños y adolescentes antes de suicidarse al ser acorralado por la policía.
En un video, el asesino dejó un mensaje en el que reveló haber sufrido "humillaciones" durante el tiempo que pasó en la escuela: "No soy yo el responsable de las muertes de todos".
La masacre causó conmoción en Brasil y reavivó el debate sobre el control de armas, que se desarrolla en el país sudamericano desde el inicio del siglo, cuando el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) creó un sistema nacional de registro de armas y elaboró el proyecto del Estatuto del Desarme, aprobado por el Congreso en 2003. (NA)