Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

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Es muy alto el temor a rendir un examen oral

"Hay alumnos académicamente muy capaces que, sin embargo, no pueden expresar lo que saben ante un docente y eso les impide terminar una carrera e incluso desarrollarse profesionalmente". La frase corresponde a Francisco Piña, especialista en oratoria, quien analizó el temor a los exámenes orales que suelen demostrar estudiantes del nivel medio e incluso del superior.

 "Hay alumnos académicamente muy capaces que, sin embargo, no pueden expresar lo que saben ante un docente y eso les impide terminar una carrera e incluso desarrollarse profesionalmente".


 La frase corresponde a Francisco Piña, especialista en oratoria, quien analizó el temor a los exámenes orales que suelen demostrar estudiantes del nivel medio e incluso del superior.


 Piña, quien integra el grupo de la Cámara Junior que funciona en Alsina 19 (entrepiso) y acaba de dictar un curso para estudiantes de la UNS, afirmó que "la incapacidad de explicarse, es un gran inconveniente a la hora de rendir y llega a convertirse en un problema mayúsculo, que es determinante para seguir estudiando, recibirse e incluso, trabajar.


 "Son muchos los jóvenes que consideran que es un inconveniente propio, sufren de un estrés tan grande en cada evaluación oral que, aún habiendo hecho gran parte de la carrera, pueden abandonarla por ese impedimento", destacó.


 Si bien no existen estadísticas locales, aclaró que, en realidad, es más común de lo que se cree y habría entre el 8% y el 15% de universitarios que lo padecen.


 "El tema comienza en el secundario, cuando deben enfrentarse a evaluaciones orales. Y si no se resolvió, con técnicas y prácticas, suelen condicionar las elecciones de seguir una disciplina de nivel superior o un trabajo, por el miedo a hablar delante de otros", aseveró.


 "La incapacidad de comunicarse afecta el potencial y el conocimiento queda relegado a un segundo plano. Además, cada examen, si no se revierte la sensación interna y no se trabaja en ello, desmotiva, en vez de fortalecer", sostuvo Piña.


 Consideró que para superar la dificultad, hay que tener "deseo, determinación y disciplina".


 "Deseo de aprobar, determinación pensando en que se va a aprobar y disciplina es el trabajo, la práctica, el ensayo", amplió.


 El profesional destacó que "muchos" sufren esta afectación en su vidal laboral y que no pueden desarrollar lo que estudiaron, incluso teniendo vocación.


 "No saben relacionarse con otros y ni siquiera se animan a una entrevista personal", advirtió.


 Indicó que, ante una prueba frente a un tribunal docente, los jóvenes suelen tener pánico escénico, voz temblorosa y movimiento de pies.


 Entre las razones del miedo a rendir examenes, Piña aseveró que existen varias, como el miedo al ridículo, a la exposición, a la al fracaso, a las críticas y también el desconocimiento del tema a abordar.


 Además, indicó que la tecnología es muy positiva para muchos aspectos, pero ha despersonalizado el encuentro.


 "Se ha perdido el contacto directo, no es lo mismo el contacto por Facebook o chat que escuchar a otro, mirarlo. La computadora es como una zona de confort, que no queremos dejar, por temor. Entonces, creemos que, porque tenemos muchos amigos virtuales, somos capaces de relacionarnos y no es así.


 "Salir al mundo implica tener contacto con otros, encontrarse, hablar. Cuanto más nos escondemos en una zona confortable, con palabras recortadas, resumidas y códigos, dejamos de articular otras disciplinas, como el vocabulario común, el habla, los sinónimos", dijo.


 Como se procura economizar tiempo, se resumen palabras y se hace cada vez más recurrente el uso de muletillas.


 "Luego, cuando deben rendir, están muy limitadas las palabras que usan", agregó.

Recomendaciones.




 A modo de consejos para rendir un examen oral o una exposición pública, Piña señaló que uno debe instruirse en todos los temas posibles, no solo los propios de la carrera.


 "Cuanta más información uno tenga, más palabras, sinónimos y recursos encontrará para sentirse seguro en el momento. Hay que ampliar el vocabulario diario, escuchar, hablar con otros", opinó.


 Además, para controlar el exceso de adrenalina, recomendó saltar antes de salir al escenario o de rendir y respirar con el diafragma para controlar la ansiedad.


 "Hay que practicar, frente a un espejo, con otros. Cuanto más practiquemos, mejor nos saldrá", mencionó.


 Y también recalcó dejar de lado el poder que influyen los demás en nosotros: si estudiamos, hay que demostrarlo, más allá de quién esté enfrente.


 En ese sentido, consideró "muy importantes" los gestos, las miradas y la empatía que se logre con el interlocutor.


 Aconsejó, por último, leer en voz alta el texto que se debe exponer, hablar claro y ensayar el volumen de la voz.



Dato.

"De un mensaje, el 98% se basa en la mirada, los gestos, la voz y en cómo lo decimos. El 2% restante, en el contenido", dijo Francisco Piña.