Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Los orígenes de la petroquímica

Dimitri Mendelejeff, autor de la "Tabla periódica de los elementos", famoso quimico soviético, visitó en 1872 los yacimientos petrolíferos norteamericanos. Allí le nació una reflexión: "Este material es demasiado precioso para ser quemado. Cuando quemamos petróleo, quemamos dinero. Debería usarse cómo material químico básico".

 Dimitri Mendelejeff, autor de la "Tabla periódica de los elementos", famoso quimico soviético, visitó en 1872 los yacimientos petrolíferos norteamericanos. Allí le nació una reflexión: "Este material es demasiado precioso para ser quemado. Cuando quemamos petróleo, quemamos dinero. Debería usarse cómo material químico básico".


 El episodio no puede ser olvidado cuando se quiere hacer una relación --aunque somera-- del origen de la industria petroquímica y su evolución en el mundo.


 Alrededor de 1920 debe ubicarse la aparición de la petroquímica, cuando partiendo de gases de refinería se obtuvo alcohol isopropílico. Pero a partir de 1940 adquirió un desarrollo vertiginoso, y se fue expandiendo por todo el globo.


 Durante la Segunda Guerra Mundial quedó demostrada la conveniencia de aprovechar con mayor acierto el petróleo y, a la vez, de incrementar el estudio de las substancias que de él se desprenden.


 En la Argentina, la primera planta se levantó en 1943, por iniciativa de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, para producir alcohol isopropílico simultáneamente con la constitución de un establecimiento piloto para elaborar hidrocarburos aromáticos sintéticos (tolueno, benceno y xileno). Esta última planta perteneciente a Fabricaciones Militares.


 Con posterioridad, la ley 14780 de Inversiones y Radicaciones de Capitales Extranjeros permitió que se ampliara el espectro a partir de 1958. Koppers Internacional se radica en el país, formando IPAKO (Industrias Petroquímicas Argentinas Koppers S.A.), que levanta una planta de poliestireno en Florencio Varela y otra en Ensenada, en este caso para fabricar poiietileno de baja densidad.


 Duperial instala en 1959 cuatro plantas. En 1960 se erige un centro petroquímico cercano a la destilería de YPF de San Lorenzo, provincia de Santa Fe. Así surge Petroquímica Argentina Sociedad Anónima (PASA), con sus nueve plantas para producir hidrocarburos aromáticos, olefínicos, estireno, cauchos sintéticos y naftas de alto porcentaje.


 En el mismo año, Electroclor se radica en Capitán Bermúdez, provincia de Santa Fe, con hexaclorobenceno, cloruro de vinilo monómero, policloruro de vinilo, tricloretileno y tetracloruro de carbono.


 En 1962, Cabot Argentina produce negro de humo, mientras que Atanor, en Río Tercero, Córdoba, hacia 1964, da comienzo a su producción de elementos para el agro, y de metanol de gas natural, aunque ya desde 1949 lo fabricaba por un método no petroquímico.


 Más tarde van apareciendo otras empresas que se incorporan a la actividad: Casco S.A., en Pilar; Petrosur, en Campana y Rosario; Industrias Dow, en San Lorenzo; Ducilo, en Berazategui y Mercedes; Indupa S.A., en Cinco Saltos y Río Petroquímica General Mosconí (constituida por YPF y Fabricaciones Militares) en Ensenada.


 Hasta que en 1971 se produce la integración de Petroquímica Bahía Blanca S.A, que tardó 10 más en poder darle forma a su proyecto.


 De tal manera, la Argentina se encontraba en un instante crítico de la etapa de desarrollo petroquímico.


 Era imperioso recuperar posiciones y asegurar para esta industria una expansión acelerada, por sus implicaciones económicas y sociales. El polo Bahía Blanca adquirió, en tal situación, una posición gravitante que se fue advirtiendo a partir del tiempo con toda su elocuencia, para llegar a la cúspide de su trascendencia.