Bahía Blanca | Viernes, 25 de julio

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El tesoro de alfabetizar

En sectores periféricos de nuestra ciudad, Ingeniero White, General Cerri y Cabildo funcionan, desde hace 25 años (ya que comenzaron como plan nacional durante la presidencia del doctor Raúl Alfonsín, y continuaron bajo la órbita municipal), los centros de alfabetización. Quizás la persona que mejor pudo definir la importancia del servicio que allí se brinda fue Elida Bahía, alumna que vive en el bulevar XX de Septiembre, de Ingeniero White. Por razones familiares, no pudo estar en el acto, pero sus palabras fueron leídas por su maestra Natalia:

 En sectores periféricos de nuestra ciudad, Ingeniero White, General Cerri y Cabildo funcionan, desde hace 25 años (ya que comenzaron como plan nacional durante la presidencia del doctor Raúl Alfonsín, y continuaron bajo la órbita municipal), los centros de alfabetización.


 Quizás la persona que mejor pudo definir la importancia del servicio que allí se brinda fue Elida Bahía, alumna que vive en el bulevar XX de Septiembre, de Ingeniero White. Por razones familiares, no pudo estar en el acto, pero sus palabras fueron leídas por su maestra Natalia:


 "Mi vida fue muy difícil; sólo la persona que no sabe leer sabe lo que se siente; estás indefenso frente al mundo. No poder leer el nombre de una calle, no saber lo que esconden esas letras transformadas en palabras es terrible. Pero la vida fue pasando y yo tenía que trabajar, cuidar a mis hijos, un esposo, hasta que me quedé sin nada...


 "En uno de los momentos más difíciles de mi vida, me enteré de que existía un lugar en el bulevar donde las personas tenían la posibilidad de aprender todo aquello que la vida no les había enseñado. Me decidí y fui y puedo decir que fue una de las decisiones más importantes de mi vida. Encontré personas maravillosas, todas dispuestas a ayudarme y lo más importante de todo, sé leer y escribir... ¡Sí! ¡Aprendí! Me costó, pero lo logré... Hoy, estoy feliz, siento que valgo y que soy muy capaz. ¡Qué más le puedo pedir a la vida!".


 En el distrito, funcionan 21 centros de alfabetización, a los que concurren alrededor de 150 alumnos; en su mayoría, mujeres.


 "Celebramos con alegría que, desde 1990, nuestra ciudad cuenta con el Plan Municipal de Alfabetización y es para destacar el continuo apoyo de las autoridades en promover y asegurar una educación para todos. Desde hace 14 años, tengo el orgullo de pertenecer al plan y en este tiempo transcurrido, guardo en mi memoria muchas vivencias gratificantes, porque la tarea educativa es enriquecedora", reflexionó María Julia Dichiara, maestra alfabetizadora, el miércoles, al evocarse el Día Mundial de la Alfabetización.


 En cinco de estos centros, en coordinación con la dirección de Juventud, se dictan talleres de artesanías variadas, bordado y papel reciclado, con cuyos productos se armó una colorida muestra.


 Desde un retrato, la sonrisa de Estela Cavallero, quien, durante largos años, fuera el alma mater y coordinadora de las alfabetizadoras bahienses, parecía presidir el acto.


 "A ella le hubiera encantado estar aquí. Sobre todo, mañana, cuando, en la Municipalidad, nos van a destacar entre las 200 personas e instituciones bahienses reconocidas en el año del bicentenario", señaló la actual coordinadora, Silvia Franco de Arrúa.


 Ella asemejó sus palabras alusivas a colores: celeste por el agua, el mar y el arroyo que nos rodean y que relacionó con la tranquilidad; el verde, por las quintas, espacios verdes y el arbolado, símbolo de la esperanza; el amarillo, la luz del sol, fuente de energía; el blanco de las canas que muchas maestras y alfabetizandas cuentan, con la mansedumbre y la experiencia, y el rojo, la pasión que transmiten las alumnas y docentes jóvenes que se van incorporando al programa.


 Ejemplo del blanco, Raquel María Martínez de Sasone, quien asiste al centro de Villa Serra, tiene 94 años y está contenta con sus progresos. "Con los números, no tengo problemas. Las letras las conozco todas, pero todavía me cuesta unirlas para leer. Eso sí, soy la mejor cebadora de mate", sonríe.


 Es que los centros de alfabetización, además de procurar enseñar a leer y escribir, funcionan como centros de contención y ayuda para resolver problemas cotidianos, donde se puede superar el aislamiento y se participa activamente en la comunidad.


 Como símbolo del rojo, Delia Mirta Bentancourt, joven alfabetizadora recientemente incorporada al centro Puertas del Sur, en el 2.000 de la calle Juan Molina, manifestó: "Fue maravilloso comenzar a trabajar en esto. Es como cuando uno tiene un sueño y no sabe cómo habrá de realizarlo y de pronto encuentra su lugar. Me siento feliz. Es tanto lo que se puede lograr con mis alumnas y lo que recibo de ellas".


 Como en toda fiesta, no faltaron la música y el baile. La primera, aportada por el maestro Aníbal Vitali y su bandoneón y las actuaciones del coro de Adultos Mayores de la Municipalidad, con la conducción de Jorge Giménez, y del Coral Cerri, bajo la dirección de Oscar Acevedo.


 En danzas criollas, se lució el grupo de jóvenes del ballet Ayuma, dirigido por Luis Orellana.


 En representación del intendente municipal, asistió Diana Díaz, subsecretaria de Promoción Social.