Al rescate de los valores de Manuel Belgrano
Al conmemorar ayer el 190º aniversario de la muerte de Manuel Belgrano, las instituciones educativas públicas y privadas de la ciudad resaltaron sus valores como militar, político y patriota, y destacaron la necesidad de priorizar el sentimiento hacia el país, más allá de apetencias personales o partidarias.
Los alumnos de las escuelas bahienses recordaron al estadista con representaciones de época y el pedido de que los ciudadanos retomen el cariño y la fidelidad a la bandera, tal como fue el deseo del prócer.
El acto oficial por el Día de la Bandera fue organizado por el Colegio San Cayetano y se llevó a cabo en el Centro San Roque.
Contó con la presencia del titular del Instituto Cultural, Federico Weyland; la presidenta y vice del Consejo Escolar, María Gabriela Costa y Fabiola Buosi, respectivamente; la inspectora jefe regional de la Dirección Provincial de Educación de Gestión Privada (Dipregep), María del Carmen Parizia; el inspector jefe distrital de Educación, Miguel Angel Romero; ediles de diversos bloques y referentes de instituciones civiles y militares.
Una frase de belgrano perpetuada para la posteridad ("No busco la gloria, sino la unión de los americanos y la prosperidad de la patria") fue destacada como parte de la escenografía, y como resumen del ánimo institucional sobre el recordatorio del prócer.
Al momento de las alocuciones, el director del nivel medio del establecimiento anfitrión, Juan Pessini, remarcó las características humanas del general e hizo una reseña de su vida y de los hechos históricos en los que intervino, entre ellos, la creación de la bandera.
"Es justo y necesario reconocer la personalidad y capacidad de este prócer, quien ostentaba los títulos de licenciado en filosofía y de abogado, además de secretario del consulado. Dirigió el éxodo jujeño, impulsó la educación, promovió la fundación de escuelas, donó dinero para ese efecto, armó el reglamento de las escuelas, fue estadista, como militar triunfó en las batallas de Tucumán y Salta, y formó parte del congreso de Tucumán.
"Lo más importante de destacar de este prócer fue el legado moral y patriótico que nos dejara en el reglamento de escuelas, que aconseja a los maestros diciendo: 'Procurará con su conducta en todas sus expresiones a sus alumnos el amor al orden, respeto por la religión, moderación y dulzura en el trato, sentimientos de honor, amor a la verdad y a las ciencias, horror al vicio, inclinación al trabajo, despego del interés, desprecio de todo lo que tienda a el comer, vestir y demás necesidades de la profusión y al lujo en la vida y un espíritu nacional que les haga preferir el bien público al privado y estimar en más la calidad de americano que de extranjero'".
"Asimismo es justo mencionar, en este mundo globalizado, la experiencia de ser espectadores de un mundial de fútbol, que nos permite no sólo conocer otras idiosincrasias, otras culturas, sino sentirnos identificados como argentinos en el sentimiento del ser nacional", culminó.
Por su parte, Parizia realizó uno de los mejores discursos de actos oficiales de los últimos tiempos en la ciudad, porque cuestionó qué rol cumplieron los adultos que olvidaron educar a las generaciones en los valores belgranianos.
"Ese tránsito, de enseñar a las nuevas generaciones, estaba antes más claro, pero esa desaparición de los roles ha creado confusión. Y la confusión no es un buen lugar para quedarse a vivir... Lo que está en juego es la escritura de nuestra independencia y es ahí donde la escuela tiene mucho que hacer.
"La violencia social que nos atraviesa es el resultado de la pobreza de visión, de amplitud de mente. Hay que volver al rol de cada uno: padres, maestros, niños. Y hay que hacerlo ya", indicó.
Luego, 66 alumnos de 4º año realizaron la promesa de lealtad a la bandera, tal como se realiza históricamente cada 20 de junio.
Los números artísticos fueron varios y estuvieron a cargo de familiares y alumnos de 4º año, por un lado, y del colorido con reflexión sobre la patria de Belgrano, en el que tomaron parte los pequeños del jardín de infantes y la primaria, como así también los adolescentes del secundario.