Bahía Blanca | Sabado, 19 de julio

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Un amigo de Giuliano dijo que la policía tiroteó la vivienda

Uno de los amigos de Giuliano Sebastián Gallo (14), que no estaba dentro de la casa Nº 25 del barrio Mi Casita, durante la madrugada de la tragedia, aunque dijo haber presenciado el operativo, aseguró ayer que la policía disparó "como quince minutos" contra la vivienda y que empleó armas largas y pistolas.
Un amigo de Giuliano dijo que la policía tiroteó la vivienda. Sociedad. La Nueva. Bahía Blanca

 Uno de los amigos de Giuliano Sebastián Gallo (14), que no estaba dentro de la casa Nº 25 del barrio Mi Casita, durante la madrugada de la tragedia, aunque dijo haber presenciado el operativo, aseguró ayer que la policía disparó "como quince minutos" contra la vivienda y que empleó armas largas y pistolas.


 Mauro Calabrano, quien en la actualidad tiene 19 años y fue el primero en declarar ante el Tribunal en lo Criminal Nº 1, en el marco de la séptima jornada del juicio oral seguido al teniente Rodolfo Guidobono, afirmó, por otra parte, que el incidente previo con la familia Russo, que precipitó la llegada de patrulleros y desembocó en la muerte del chico, no lo originaron la víctima ni ninguno de los ocupantes de la finca en cuestión.


 En la víspera, los jueces del Tribunal en lo Criminal Nº 1, Hugo Adrián De Rosa, Mario Lindor Burgos y Enrique José Montironi, también escucharon los relatos de algunos ex compañeros del procesado, quienes aludieron al grado de conflictividad del vecindario, mientras que otra policía hizo referencia al testimonio de un sujeto con antecedentes que, por manifestaciones de terceros, ubicó armas dentro de la casa y a Giuliano disparando.


 El debate tendrá continuidad hoy, con más prueba testimonial y se especula que la reconstrucción del hecho podría realizarse a fines de esta semana, sin descartarse que se concrete durante la madrugada, a la hora en que se produjo el fatal incidente.

El origen




 Calabrano, quien declaró por espacio de 50 minutos, relató que aquella noche se encontraba con Kevin Vaquero y las hermanas de éste, entre otros jóvenes.


 "Eran como las tres de la mañana, llega un vecino de a la vuelta de la casa 25 (por Daniel Russo) y uno de los pibes que estaba conmigo (por Kevin) le tira una piedra al auto. Sale el hijo del señor y empezó a gritar cosas y después el hombre, de bigote, desde arriba, tiraba tiros, decían que con un aire comprimido, hacia donde estábamos nosotros", expresó el joven, que dijo ser albañil y admitió estar imputado en una causa por robo.


 "Ahí se acerca Giuliano y otros, llega un patrullero, le apuntan a Martín (Varela, acompañante de Gallo) con el arma, Martín le pega una piña (al policía), se bajó el otro, tiró un tiro y se fueron. Después viene Gastón (Berta), los llama a los pibes para que se vayan para adentro (de la casa Nº 25) y en ese momento viene otro patrullero y se lo llevaron a Gastón", amplió.


 Calabrano declaró que, casi de inmediato, llegaron más móviles y la situación empeoró.


 "Se bajaron y empezaron a tirar para adentro. En ese momento, estuvieron como quince minutos tirando tiros y de adentro gritaron que le habían pegado un tiro, le pegaron un tiro a 'Yuli', y agarraron, se subieron a los patrulleros y se fueron", indicó.


 Dijo el testigo que él estaba a unos 25 metros de la finca cuando comenzaron los disparos y que luego se cruzó, para tener una mejor visión.


 Desmintió Calabrano que hayan salido fogonazos desde el interior, aseguró que las ventanas estaban cerradas --motivo por el cual tampoco pudieron haberse lanzado objetos contundentes-- y que la puerta, si bien no la alcanzaba a observar, tampoco estaba abierta porque, de lo contrario, hubiese advertido la luz interior.


 Sobre los tiros, dijo que "se veía que tiraban con 9 (milímetros); uno o dos me parece que eran, desde la vereda y en dirección a la casa y, con escopeta, tres o cuatro".


 Una vez que los efectivos se retiraron, Calabrano ingresó en la casa y encontró a Giuliano "tirado en el piso, boca arriba, medio de costado, mirando hacia la puerta del baño. Se movía en el piso, se quejaba, había un charco de sangre grandísimo. El papá de Kevin le preguntaba y él se tocaba donde le pegaron el tiro".


 Afirmó Calabrano que "la ambulancia llegó como a los 45 minutos o 50; dicen que a la altura del tanque de Zelarrayán, no lo dejó pasar un patrullero".


 Tras marcar en el croquis su posición y la ubicación de los patrulleros y los policías (a quienes no pudo identificar), declaró que juntaron cartuchos de escopeta y plomos (los primeros, afuera y los restantes, adentro) que fueron entregados a la madre de la víctima.


 Consultado por el juez Burgos si, en medio de la acción, observó el paso por la calle de algún civil (en alusión a los testigos Jorge Belmúdez y Guillermo Martínez, quienes declararon haber pasado por el lugar y observado fogonazos desde adentro), Calabrano respondió que no.


 El doctor Montironi, por su parte, le preguntó si sabía cuántas veces había acudido la policía entre esa noche y la madrugada al barrio Mi Casita y el testigo respondió que "una o dos veces, pero pasaba de largo".


 En cuanto al tiempo de duración del supuesto ataque a balazos contra la casa por parte de la policía, el mismo magistrado, evidentemente sorprendido, le consultó si ninguna otra persona había sufrido heridas y si cuando él entró en la casa lo hizo "pateando cartuchos", pero el joven también respondió de manera negativa.

"Me mostraban un arma desde adentro"




 El policía Héctor Eduardo Castillo, quien trabajó durante 20 años en la comisaría Segunda y compartió gran parte de ese tiempo con el acusado, aseguró ayer que el sector del barrio donde se produjo la muerte era muy problemático y que en más de una ocasión le exhibieron armas desde el interior de la vivienda Nº 25.


 "A veces recorría solo y, cuando pasaba, me mostraban un arma desde adentro de la casa, pero no sabía si era en serio o de juguete", dijo, para agregar que solía encontrar frente a la finca botellas de cerveza vacías y algunos "porros".


 Admitió Castillo, además, tener conocimiento de distintos hechos violentos en perjuicio de vecinos del barrio Mi Casita.


 "Siempre hubo denuncias de que los amenazaban y peleaban, que andaban con armas... Cuando llegábamos, se metían adentro", relató.


 De todas maneras, a preguntas del fiscal Gustavo Zorzano, admitió que nunca trasladó desde Mi Casita a ningún sospechoso por la portación de armas o drogas.

De acusado a testigo




 La policía Gilda Riquelme Muñoz, quien se desempeña en la seccional Segunda, declaró que el 15 de agosto del año pasado, un individuo de apellido Berth (sería Omar Oscar), fue aprehendido por trasladarse en una moto hurtada y, al momento de estar en la dependencia, realizó algunas confesiones respecto de la muerte de Giuliano Gallo.


 Dijo Berth --según la testigo-- que conoció al adolescente fallecido y, por medio de él, a un sujeto de apellido Chacón, a quien le encomendó la sustracción del rodado en el cual circulaba al ser detenido.


 Señaló que un día, luego de la muerte del menor, un amigo de la víctima le contó detalles de lo sucedido aquella trágica madrugada, indicándole que los Varela habían usurpado la casa Nº 25, "que ellos tenían armas y que, cuando llegó la policía, Giuliano había disparado y que él también había disparado, pero que se había asustado y salió corriendo".


 Sobre nombres que Berth le habría aportado a la policía sobre quienes estaban dentro de la casa, figuraban "Nicolás, Emanuel y Gabriel", aunque ninguna de esas identidades coincidiría con los presentes.


 El fiscal le preguntó a Riquelme Muñoz si le parecía creíble el testimonio de Berth y la mujer respondió que no, teniendo en cuenta algunas imprecisiones que advirtió cuando se refería, en particular, a la obtención de la moto.


 Por otra parte, el policía Segundo Demetrio declaró que aquella madrugada oficiaba de ayudante de guardia en el destacamento Palihue (dependiente de la comisaría Segunda) y que escuchó el incidente por radio.


 "Tipo 3, desde emergencias se decía que los móviles vayan con precaución, porque aparentemente se escuchaban detonaciones de arma de fuego", dijo, para aclarar, a preguntas del juez Montironi, que ese tipo de información la reciben por medio de las denuncias de vecinos.


 Por último, el policía Eduardo Vique, propuesto por la defensa, no pudo declarar --pese a que prestó juramento--, ya que no figuraba en el ofrecimiento de prueba previo.

B>Por la fuerza pública. Al no comparecer en la víspera, la justicia solicitó que se traslade, por la fuerza pública, a Nélida Victoria Remogna, quien vivía en la casa lindera al lugar del hecho y sería clave en el caso. De todas maneras, la mujer no había sido localizada hasta las últimas horas. También se aguarda la presencia de Miguel Angel Varela y su hijo Alejandro, quienes para esa época ocupaban la casa Nº 25. Algunos peritos de Mar del Plata y policías de la DDI, que estaban propuestos como testigos, fueron desistidos por las partes.