Fiel a su estilo
Los enamorados, el último disco de Jairo, es una belleza.
Las letras escritas por Daniel Salzano (su amigo y periodista) son tan directas como poéticas. A eso le agrega su voz, su sensibilidad y su profesionalismo.
Nada de eso sería viable si no contara con música y arreglos justos (hay desde un vals hasta canciones folk) que aumentan la belleza de los textos o, mejor dicho, se retroalimentan.
Un ejemplo de ello es el tema que le da nombre al disco: nació de una poesía archivada por Salzano y se transformó en uno de los valses más lindos de la música nacional gracias a la intuición de todo el equipo. ¿Quién dijo que se habían acabado las canciones bellas de amor?
Esta noche, desde las 21.30, el hombre nacido en Cruz del Eje (Córdoba) volverá a pisar el Teatro Municipal. Claro que hará los temas "infaltables" como el Ave María, Indio Toba o La balacera.
Pero ésta será una buena oportunidad para analizar las canciones de Los enamorados, disco que seguramente no pasará inadvertido.
"Cuando grabo un disco nuevo intento introducir algunas canciones en el repertorio del show en vivo. En este caso hay bastantes canciones de Los enamorados porque muchas se prestaban para tocarlas en vivo. Por suerte son recibidas por la gente como si las conociera", dice Jairo.
Con lo justo.
-- Imagino que al estar siempre la misma gente con vos (tu hijo Yaco, tus músicos y las letras de Daniel Salzano), las canciones nuevas tienen ese sabor a lo que ya se conoce.
-- Sí, claro. Hay una identidad bastante clara en cuanto al estilo. Es muy posible que sea por eso.
-- Acostumbraste a la gente a sacar discos bastante seguido. Parece que te pasás las horas componiendo.
-- Con Salzano siempre componemos lo justo como para sacar un disco. Realmente lo hacemos para cumplir con la necesidad de sacar un disco. Le digo: "bueno Daniel, vamos a hacer unas canciones". Terminamos haciendo lo justito, es decir unas 14 o 15 canciones para poder tener sólo un poquito de resto.
-- Para el disco "Los enamorados" da la impresión de que en realidad tenían 100 y eligieron 13.
-- (risas) En realidad las pocas canciones que sobran nunca se quedan en un cajón para siempre, se rescatan para los siguientes.
-- ¿Salzano escribe sobre lo que vos querés o hay libertad?
-- Sí. Tenemos un acuerdo de confianza mutua.
-- Como el tercer tema del disco: "El acuerdo".
-- Claro, hay canciones en este disco que si uno las escucha parece que están escritas por mí, porque hablan sobre mis historias o circunstancias (NdR: Lucía se va, es sobre su hija). Son cosas mías, muy personales, pero escritas por él.
-- "Marido y mujer" habla sobre como influye tu vida como artista en tu relación con tu señora.
-- Cuenta un poco de esa situación injusta de estar viajando por ahí, trabajando y que ella esté en casa esperando, ocupándose de sus cosas o hablando por teléfono conmigo. Es una situación común para muchos artistas.
-- "Romance del Chulo viejo y Pepé Bombón" es un tema muy emotivo, pero es raro escucharte cantar una historia sobre un travesti.
-- Qué se yo. Es una historia en donde el protagonista es un travesti que tiene una vida trágica. Es una canción muy francesa, hasta en la parte musical. Hemos hecho muchos temas que tienen historias tremendas como La balacera en donde al tipo desesperado lo único que le queda es robar un banco y lo hacen "pelota" al entrar.
-- Vas de un lado al otro sin perder la identidad, tu concepto.
-- Por supuesto. Está claro que la historia de Pepé Bombón no tiene nada que ver con el Ave María, pero mi repertorio es muy amplio. Entonces de repente puede surgir un escenario como éste, en el que Pepé sufre una crónica de una muerte anunciada.
-- El vals que le da nombre al disco demuestra que Jairo sigue creyendo en las canciones de amor y en el momento cumbre de dos personas cuando se enamoran.
-- Sí. Sobre todo cuando llega la parte final, en donde las palabras suenan como cohetes: "se doblan, se triplican, se afloran, se abejan..." También es muy francés ese tema.
-- ¿Y por qué decidieron que lleve ritmo de vals?
-- Porque creía que ésa era la musicalidad que ofrecían las palabras. Esa canción es la única que tiene como base un poema porque nosotros siempre diferenciamos a los poemas de las canciones. Son distintas especialidades de la escritura y de la rima y todo ese tipo de cosas.
-- Es decir que la música se decidió en función de la letra.
-- Un poema debe tener un espacio de libertad total. Los enamorados era un poema de Daniel y un día se me ocurrió hacer un trabajo sobre él. Pensé en esa letra, en sus imágenes, pero todo en formato de canción. Así salió. Fue el último tema que hicimos y logramos ese plus que los demás no tenían.
Yaco, el "alma mater".
-- Otra vez se nota la mano de Yaco (González, su hijo), participó con arreglos, teclados, percusión y coros en casi todos los temas.
-- Siempre fue el "alma mater" del disco. Nosotros componemos las canciones y el resto corre por cuenta de él.
-- ¿Qué se da cuenta él que quizás vos no por la diferencia generacional?
-- Me sorprende mucho con los arreglos musicales. Es un trabajo en conjunto que hacemos con los músicos que me acompañan. De ahí nos van surgiendo ideas y propuestas para ver cómo se pueden encarar y qué tipo de instrumentos utilizaremos. Luego, ese todo convertido en algo coherente se llama "CD". Es un trabajo en equipo pero la palabra final la tiene Yaco.
"El es quien graba todo, pasamos horas ensayando y grabando hasta que conseguimos lo que queremos. Le va dando a la teatralidad del trabajo, una cierta coloratura, algo en común", aseguró.
Dani Ferrón en bajo, Gustavo Horche en batería y Osvaldo Figueras en guitarras son tres de los músicos que siempre acompañan a Jairo y a Yaco, abajo y arriba del escenario.
No se perdona un error.
-- Nadie puede discutir tu profesionalismo y tu popularidad. Sin embargo sos un artista que llena teatros pero no estadios. ¿Creés que tanta seriedad tiene sus pro y sus contra?
-- Para mí son todos pro porque no sé trabajar de otra manera. Entonces ponerme a hacer otra cosa sería un imposible. Puedo ser mejor o peor, pero es eso, no sé hacerlo de otra manera.
"Trato de conseguir en el escenario algo suficientemente atractivo para que la gente pueda por momentos conmoverse, por momentos sonreír y por momentos emocionarse".
-- ¿Podés encontrar alguna clave?
-- Se trata de un trabajo previo muy fuerte y a partir de un repertorio que te ayude. Si cantás 25 canciones parecidas la gente se aburre. El nivel de exigencia es muy elevado, te puedo asegurar que no me perdono ningún error, desde la manera de caminar, mirar a la gente y moverme hasta la de cantar. Todo eso me viene de Francia, de haber vivido tantos años ahí. Cuido hasta el mínimo detalle de todas las cosas.
-- Nunca le respondés a las mujeres que te gritan piropos desde la platea. Eso marca tu seriedad.
-- La gente quiere escucharme cantar y si puedo dejarle buenas canciones, mejor. Creo que ése es mi trabajo.
"No fui Marito Cafrune".
-- Aún siguen diciendo, sobre todo en el interior, que eras Marito Cafrune. ¿Qué hay de cierto?
-- De cierto está ese especie de leyenda urbana. Muchos lo siguen pensando, curiosamente muchos del interior. He dejado de desmentirlo, he tomado la decisión de que cada uno crea o no.
-- ¿Por qué creed que se solidificó el rumor en la conciencia popular?
-- Una vez, junto a Cacho Buenaventura, hicimos una broma con respecto a este tema durante un espectáculo. El hacía como si estuviera borracho y me preguntaba si yo era Marito, el que cantaba con Cafrune. Entonces me decía: "yo pensé que era vos, cómo me vas a decir que no sos vos, que desagradecido".
Después aparecía otra vez y le decía que sí, que era yo. Me contestaba: "qué vas a ser vos negro agrandado". Nos burlábamos un poco de eso. Puedo asegurar categóricamente que no fui aquel niño.