Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

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El rugby, símbolo de unión en las Malvinas

Amigo de toda la vida de Bautista Segons, presidente de la Fundación "Rugby sin fronteras", Diego Bedouret aún se emociona hasta las lágrimas al recordar cada minuto vivido en suelo malvinense. Seguramente, el suarense no podrá olvidar el honor sentido al recorrer el cementerio de Darwin y el escalofrío que le corrió por todo su cuerpo al homenajear a los caídos en la guerra de Malvinas, un minuto antes del puntapié inicial que marcó el inicio del primer partido histórico de rugby en las islas, aquel 13 de diciembre.
El rugby, símbolo de unión en las Malvinas. Sociedad. La Nueva. Bahía Blanca

  CORONEL SUAREZ (A) -- Amigo de toda la vida de Bautista Segons, presidente de la Fundación "Rugby sin fronteras", Diego Bedouret aún se emociona hasta las lágrimas al recordar cada minuto vivido en suelo malvinense.


 Seguramente, el suarense no podrá olvidar el honor sentido al recorrer el cementerio de Darwin y el escalofrío que le corrió por todo su cuerpo al homenajear a los caídos en la guerra de Malvinas, un minuto antes del puntapié inicial que marcó el inicio del primer partido histórico de rugby en las islas, aquel 13 de diciembre.


 Con mucho sacrificio, ya que no contaba con el dinero suficiente para poder ir --el costo era de 2.500 dólares-- Bedouret inició un viaje que marcará un ícono para futuras generaciones; un viaje basado en los principios básicos del mismo deporte: "respeto, esfuerzo, sacrificio y trabajo en equipo".


 De la delegación participaron 34 jugadores de todo el país, algunos nombres reconocidos como Eliseo "Chapa" Branca, Martín Sansot, Pablo Garretón, Roberto Cobelo y Diego Gómez Coll, todos ex Pumas y unidos por la pasión del rugby.


 "Fue una experiencia única e impresionante, que superó todas las expectativas", relató Diego Bedouret a su regreso.


 "Durante más de dos meses estuve recorriendo Suárez en busca de un sponsor sin conseguir respuesta alguna y unos días antes del viaje un amigo (Santiago) me consiguió la plata que me posibilitó viajar", recordó.


 En el grupo también estaba el rugbier Santiago Martella, hijo del teniente primero Luis Carlos Martella, quien murió en combate en el monte "Dos Hermanas" y está enterrado en Darwin.


 También fue el padre Cristian Cabrini, capellán de San Isidro que trabaja en el Movimiento Jornada de Rugby llamado "Scraun".


 "Cabrini celebró misa en el cementerio de Darwin sobre la tumba del padre de Santiago Martella. Fue un momento inolvidable y muy movilizador que al recordarlo todavía me produce profunda emoción".


 Bedouret comentó que recorrió el cementerio y se detuvo en la cantidad de tumbas de soldados en donde sólo figura la leyenda, "soldado argentino sólo conocido por Dios".


 "En las islas nos encontramos con tres ex combatientes que se unieron a nuestro viaje y uno de ellos dio el puntapié inicial del primer partido el 13 de diciembre. Fue emocionante poder reconocerlos como lo que son, héroes de guerra y ni hablar que te cuenten sus experiencias en el campo de combate y que te digan "en esa trinchera luché yo".


 Los argentinos se ocuparon de llevar todo lo que hacía falta; camisetas negras y naranjas (sin ningún distintivo, sólo la imagen de las islas Malvinas en la espalda), pelotas, banderines y cada jugador utilizó las medias de su club.


 Así, Diego Bedouret vistió las medias a rayas rojas y azules del Coronel Suárez Rugby & Hockey Club.


 También trasladaron los palos de rugby y banderas, ya que el deporte no es popular en Puerto Stanley (Argentino) y debieron alquilar la cancha donde realizarían las clínicas.

Un inicio complicado




 La bienvenida no fue la esperada para la delegación argentina.


 Si bien el presidente de la fundación Rugby sin Fronteras (Bautista Segons) realizó en septiembre un viaje a las islas para tramitar los permisos para realizar las clínicas deportivas, dejando bien en claro que no existía ideología política alguna sino el ánimo de unir dos culturas a través del deporte; quince días antes del viaje cambiaron las autoridades de la Asamblea Legislativa y quedaron sin efecto varias de las actividades que antes estaban permitidas.


 Entre ellas, que los alumnos de la escuela de Puerto Stanley tuvieran una hora y media a la mañana y a la tarde destinada a la enseñanza de la disciplina deportiva.


 "La bienvenida no fue buena, pero principalmente porque pensaban que veníamos con la intención de hacer del encuentro de rugby algo político o de marcar fuerzas; cuando se dieron cuenta que nuestro objetivo era otro se unieron, participaron y terminamos compartiendo un `tercer tiempo' en confraternidad en el hotel".


 Los viajeros llegaron a las Islas Malvinas el domingo 13 de diciembre, ese día jugaron un partido que quedará en el corazón de todos.


 Tras el minuto de silencio en memoria de los caídos por la guerra, un ex combatiente, Marcelo Barteri, dio el puntapié inicial del partido que marcó el comienzo del intercambio cultural en Malvinas.


 En ese primer partido sólo jugó un inglés, luego, a lo largo de la semana, se sumaron hasta 40 jóvenes, incluidas tres mujeres.


 "Con el correr de los días se fueron sumando chicos con mucho entusiasmo, venían a entrenar todos los días y les enseñamos desde pasar la pelota hasta jugar a hacer tocatas, tacleatas. La verdad que nos fue muy bien".


 "El rugby no se practicaba en las islas, pero espero que desde ahora sí".


 Finalizando el viaje, los argentinos se sumaron a una cruzada solidaria organizada por los isleños que les ratificó cuál había sido el objetivo de la visita.


 "No recuerdo bien, pero era una competencia que realizaban los isleños a cambio de un subsidio que les otorgaría el gobierno si lograban unir a nado Malvinas con Punta Arenas; competencia medida en kilómetros que se realizó en la pileta de la escuela".


 "Debían realizar 36 mil piletas, es así que los chicos nos invitaron y fuimos todos a nadar y les sumamos varios kilómetros. Ahí los isleños comenzaron a entender el objetivo del viaje".


 "Una de las autoridades de la isla no entendía lo que nosotros queríamos hacer y se opuso a nuestra presencia y el ultimo día nos confesó que estaba equivocado".


 Los 34 rugbiers lograron el objetivo propuesto: unir a dos pueblos a través del deporte, más allá de las diferencias políticas y del dolor de la guerra.


 "Creo que lo que sembramos fue muy importante, sería bueno poder invitarlos a jugar al rugby. Quizás en Ushuaia o Tierra del Fuego, porque para ellos ir a jugar a Inglaterra les representa 14 mil kilómetros".


 "La idea de los argentinos que quedó plasmada en los casi 40 chicos que compartieron esta experiencia con nosotros fue bárbara, ellos se dieron cuenta que íbamos con el ánimo de sumar, de `trabajar en equipo' como es el rugby", finalizó Bedouret.

Los 34 que hicieron historia




 Los 34 rugbiers que viajaron a las Islas Malvinas fueron: Eliseo Branca (52 años, ex CASI y Los Pumas), Fernando Allemandi (42, Marabunta de Cipolletti, Río Negro), Lucas María Bäeck (48, Pueyrredón), Diego Bedouret (40, Coronel Suárez Rugby), Christian Bertona (38, Peumayén de Mendoza), Mauro Bibel (37, Carpinchos de Gualeguaychú, Entre Ríos), Juan Martín Bidonde (35, Liceo Naval), Braian Broto (25, Coronel Suárez Rugby), Cristian Cabrini (41, Pueyrredón), Sergio Calderón (45, Liceo de Mendoza), Pablo Candisano (38, Argentino de Bahía Blanca), Alejandro Caniza (35, Alumni), Gerardo Carro (42, Belgrano Day School), Roberto Cobelo (47, CASI y Los Pumas), Federico Cresta (27, Pueyrredón), Hugo José D'Amico (40, Taragüy de Corrientes), Pablo Garretón (42, Universitario de Tucumán y Belgrano) y Alfredo Girelli (44, Delta Rugby).


 También integraron el grupo: Diego Gómez Coll (38, Taragüy y Los Pumas), Santiago Martella (28, Manuel Belgrano), Gerardo Merello (44, Pueyrredón), Martín Augusto Monte (43, Ushuaia Rugby, Tierra del Fuego), Félix Gabriel Olivera (39, Peumayén), José Luis Ramón (45, Club Provincial Banco Mendoza Chacras, Mendoza), Gerardo Rascovan (43, Hindú), Hernán Rojas (44, SIC), Tomás Russo (28, San Carlos), Martín Sansot (53, Pueyrredón y Los Pumas), Julián Santella (33, San Carlos), Mario Saucedo (38, Orcas de Ushuaia), Juan Bautista Segonds (40, Pueyrredón), Ricardo Sorrón (50, San Ignacio de Mar del Plata), Omar Turcuman (43, Liceo Rugby de Mendoza) y Fernando Octavio Vela (38, Carpinchos).