Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

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Se inició el juicio contra un maestro

Los dos alumnos de educación especial que habrían sido víctimas del delito y una asistente social de la rama, ratificaron ayer los cargos contra el maestro Carlos Alberto Mandolesi (60), acusado de haber abusado sexualmente de los escolares, que entonces eran menores y hoy tienen 21 y 23 años de edad.
Se inició el juicio contra un maestro. La ciudad. La Nueva. Bahía Blanca

 Los dos alumnos de educación especial que habrían sido víctimas del delito y una asistente social de la rama, ratificaron ayer los cargos contra el maestro Carlos Alberto Mandolesi (60), acusado de haber abusado sexualmente de los escolares, que entonces eran menores y hoy tienen 21 y 23 años de edad.


 Las declaraciones testimoniales fueron las más importantes de la primera jornada del juicio oral y público que se sigue contra el ex profesor de la Escuela Especial Nº 512 (de Necochea 889), que lleva adelante el Tribunal en lo Criminal Nº 2, integrado por los jueces María Eloísa Errea de Watkins, Alejandro Salvador Cantaro y Hugo Adrián De Rosa.


 Los hechos investigados se remontan a mediados de 2000 y el acusado llegó al debate en libertad, ya que la justicia de Garantías, en su momento, resolvió que no había mérito para mantenerlo detenido.


 Los alumnos involucrados --cuyas identidades se mantienen en reserva por la índole del delito-- confirmaron ante los jueces que, en distintas circunstancias, fueron víctimas de lo que denominaban como "la operación".


 Sindicaron a Mandolesi como quien, en medio de la clase y ante sus compañeros, los obligaba a tomar parte del "juego" --como supuesta penitencia por mala conducta--, que consistía en recibir golpes, bajarse los pantalones y ser blanco del tocamiento de los genitales.


 El caso se conoció el 11 de mayo de 2000, cuando, al parecer, salió a la luz el segundo hecho, ya que el primero trascendió a partir de ese momento.


 La supuesta víctima del primer episodio --quien evidenció más vergüenza al producir su relato-- aseguró, incluso, que en su oportunidad denunció el suceso a la entonces directora del establecimiento, pero agregó que ésta no le dio importancia.

Entrevistas




 La asistente social Mabel Di Sanzo sería quien detectó el primer hecho, al entrevistarse con los alumnos, una vez que tomó conocimiento, por medio de una docente, del segundo caso.


 Mencionó a María Delia Rojo --quien actualmente estaría fuera del país--, como la maestra que le dijo haber observado el "juego" que presuntamente organizó Mandolesi y comentó que al menos seis de los once alumnos consultados dieron detalles de esa situación irregular.


 Di Sanzo afirmó ante el tribunal que los directivos de la escuela no se comprometieron con la causa y que el resto de sus compañeras de gabinete (asistentes sociales y educativas y fonoaudiólogas), luego de apoyarla, "se rectificaron" porque, al parecer, iban a sufrir "complicaciones laborales", a partir del inicio de un sumario que les cabía por haber tomado las declaraciones de los menores sin el consentimiento de sus padres.


 Manifestó en el debate que, en medio de la investigación, interrogó a otro escolar, quien habría informado a su madre que vio a Mandolesi cuando mantenía relaciones sexuales con una alumna, en instalaciones de la escuela.


 La licenciada María Eugenia Pintos, entonces perito psicóloga del Tribunal de Menores, confirmó en la víspera que entrevistó a los dos estudiantes especiales que movilizaron esta causa.


 Dijo que ambos plantearon que la situación se daba en el establecimiento, con el "profesor o maestro Carlos" y que ella no encontró indicadores para pensar que fabulaban en sus manifestaciones.


 Los dos, según explicó, hicieron referencia a golpes y tocamientos íntimos a los que fueron sometidos, en medio de una maniobra que tomaban casi como "natural".


 Hoy la actividad comenzará a las 9.30 y consistirá en la recepción de más prueba testimonial.


 "Si no se desiste de ninguno, serían alrededor de quince los testimonios, mayoritariamente ofrecidos por la defensa", dijo una fuente judicial, quien no pudo precisar si el imputado prestará declaración.


 Para mañana, en tanto, están previstos los alegatos.

"Basamento inexistente"




 Al iniciarse el debate, el tribunal rechazó un pedido de nulidad planteado por el abogado Maximiliano De Mira, al cual se había opuesto el fiscal Eduardo Quirós, quien estuvo acompañado en la audiencia por su par, María Marta Corrado.


 De Mira, quien adelantó que pedirá la absolución de su defendido, afirmó ayer públicamente que "el basamento probatorio es inexistente; eso le da tranquilidad (a Mandolesi".


 Sostuvo que el encausado está "bien" de ánimo y que los elementos de cargo "son mínimos" y que no son suficientes "para dictar una condena".


 En ese sentido, detalló que sólo existen las declaraciones de los dos estudiantes, entonces menores, y la asistente social Di Sanzo.


 Preguntado respecto del móvil que pudo haber tenido la denuncia, en su opinión, sin asidero, De Mira aclaró que "no lo sé, pero tampoco me interesa juzgarlo, simplemente hago un análisis de las pruebas de la causa".


 De todas maneras, no descartó que, tal como opinarían otros docentes, pudieron haber existido diferencias entre el denunciado y algún compañero, que llevaron a esta situación.


 "Estimo que puede ser así, por lo menos así se puede traslucir de la innumerable cantidad de actas que se han incorporado a la IPP (investigación penal preparatoria)", dijo.


 Por último, el abogado confirmó que Mandolesi actualmente "está trabajando, estimo, en tareas administrativas" y anunció que analizará, en caso de que se dicte la absolución de su pupilo, la posibilidad de iniciar alguna acción por el lucro cesante.


 "Igualmente, la responsabilidad mayor no pasa por la justicia, sino por los que hicieron la denuncia", concluyó.

"La denuncia vino por envidia"




 Varios docentes, algunos de los cuales no integran la nómina de más de treinta testigos previstos para el debate, se congregaron ayer en el Palacio de Tribunales, para apoyar a Carlos Mandolesi.


 Entre ellos se encontraba Marta Pissinis, representante del Centro de Educadores Bahienses, quien calificó de "completamente injusta" la causa que se inició contra el maestro.


 "Conozco su trayectoria, he participado en algunas reuniones con él y conozco su vida profesional. Aparentemente la denuncia vino por envidia de presentaciones de proyectos, una cosa así. No lo puedo afirmar, pero puede ser", dijo.


 Pissinis agregó que el supuesto encono contra Mandolesi habría surgido de otros docentes, aunque advirtió: "no lo puedo asegurar".


 "El trabajaba en un lugar completamente con vidrios, de arriba a abajo, donde cualquiera que pasaba por el patio podía mirar para adentro y ver cómo estaban trabajando los profesores y alumnos", manifestó la mujer, para descartar la posibilidad de pudiera haberse producido un abuso en esas circunstancias.


 Alberto Peralta, profesor de Educación Física y ex compañero de Mandolesi, admitió que la situación es "difícil e incómoda".


 "Yo compartía el espacio de trabajo con el maestro, porque trabajaba en el patio, en el área de Educación Física y nunca vi absolutamente nada. Es más, creo que todo lo que ha trascendido es una falacia, creo que se va a resolver de la forma más justa y a favor de Mandolesi", destacó.

"Estoy tranquilo". Acompañado por su familia, el profesor acusado adelantó, antes de la audiencia, que no iba a formular declaraciones públicas, tal como lo hizo hasta ahora. "Estoy tranquilo, voy a demostrar mi inocencia", se limitó a responder ante una pregunta.