Bahía Blanca | Miércoles, 27 de agosto

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A 50 años de la muerte de Alberto Vaccarezza, el creador del sainete

Alberto Vaccarezza incumplió el mandato familiar de ser "doctor" para transformarse en el autor más reconocido del sainete, el género teatral en el que brilló como autor y fue tan admirado que, alguna vez, el público lo llevó en andas desde el escenario hasta la calle. Vaccarezza, de cuya muerte se cumplirá hoy medio siglo, trascendió el ámbito teatral para componer tangos que fueron interpretados por Carlos Gardel o escribir guiones de películas.

 BUENOS AIRES (DyN) -- Alberto Vaccarezza incumplió el mandato familiar de ser "doctor" para transformarse en el autor más reconocido del sainete, el género teatral en el que brilló como autor y fue tan admirado que, alguna vez, el público lo llevó en andas desde el escenario hasta la calle.


 Vaccarezza, de cuya muerte se cumplirá hoy medio siglo, trascendió el ámbito teatral para componer tangos que fueron interpretados por Carlos Gardel o escribir guiones de películas.


 Sin embargo, su obra más notoria fue El conventillo de la paloma, estrenada hace 80 años y que sólo en esa temporada alcanzó las mil representaciones consecutivas.


 "Mis padres querían que yo fuese doctor, pero Dios me tomó de la mano y me llevó al teatro", escribió cierta vez a modo autobiográfico.


 Y a la sala teatral llegó por primera vez en 1903 con su obra El juzgado, que había escrito mientras trabajaba como secretario, justamente, de una oficina judicial.


 La compañía de Mario Perelli la representó en el salón "El Arte" y allí mismo comenzó a surgir el sainete, género en el que combinaba el drama a modo de caricatura de la expresión popular.

Exitos y fracasos




 Desde aquella presentación, Vaccarezza escribió 110 obras más, muchas de ellas "éxitos" y otras "fracasos" que prefirió no recordar.


 "Gané mucho dinero, quizás más del que merecí. Pero todo se me fue de las manos. Tanto mejor", comentó cuando los años habían pasado.


 Ocho temporadas después de El juzgado, Vaccarezza ganó el primer premio del Concurso de la Zarzuela, organizado en el Teatro Nacional, con Los scruchantes.


 A ella la siguieron La comparsa se despide (1932), Tu cuna fue un conventillo (1925) y El conventillo de la paloma (1929), inspirada en una vivienda que años después del estreno fue derrumbada para construir un edificio y que estaba ubicada, según diferentes publicaciones, en Serrano al 100.


 Para esa época compartía salidas y espectáculos con Carlos Gardel y José Razzano.


 Sin abandonar el teatro, Vaccarezza comenzó a escribir tangos, trece de los cuales fueron grabados por El Zorzal Criollo, en especial La copa del olvido, con música de Enrique Delfino.


 A la lista de los elegidos por Gardel se sumaron Otario que andás penando, Adiós para siempre, Adiós que te vaya bien, Araca corazón, Eche otra caña pulpero, El carrerito, El poncho del amor, Francesita, No le digas que la quiero, No me tires con la tapa de la olla, Padre nuestro y Talán talán.

Varios hitos




 El nombre de Vaccarezza está asociado al sainete, género que compartió junto a Enrique Discépolo y su hermano Armando, con quien había sido compañero de escuela.


 "Marcó un hito muy importante en el ámbito teatral y alegró a las muchas generaciones", recordó su hija Mercedes.


 Vaccarezza escribió, además, los guiones cinematográficos de Lo que le pasó a Reynoso, Viento norte, Murió el sargento Laprida (todas de 1937), Pampa y cielo (1938), El comisario de Tranco Largo y Sendas cruzadas, ambas de 1942.


 También adoptó para el cine El conventillo de la paloma, que siete años después de su estreno teatral llegó a la pantalla grande gracias al éxito que había obtenido.


 "Mi emoción más intensa la experimenté la noche del estreno de La casa de los Batallán, con Pablo Podestá", rememoró.


 Aquel día, "cuando bajó el telón, el público en masa invadió el escenario" y lo sacó "en andas".


 "De ninguna de mis obras me arrepiento. Y si algo me reconforta es que todas sean los que son: argentinas", reconoció.


 Entre sus variadas actividades participó de programas radiales, escribió tres libros y presidió la Casa del Teatro, Argentores y el Teatro Nacional Cervantes.


 El 6 de agosto de 1959, a los 73 años, falleció en Buenos Aires.