Cuentos y cuentas de colores: herramientas de Román Vitali
"Corazón, no temas... esto es sólo producto de tu imaginación".
No es título de película kitch de los '90. Tampoco las primeras líneas de un folletín de terror. Pero logra el efecto de intrigar al visitante sobre una experiencia tan sensorial y lúdica como lógica.
Objetos, esculturas e instalaciones componen la obra realizada por el plástico Román Vitali y expuesta en el Museo de Arte Contemporáneo de Bahía Blanca hasta el 20 de octubre venidero.
Desde su taller en la ciudad de Rosario, el autor contó que dedicó el conjunto para el espacio de la calle Sarmiento 450. Precisó que su vínculo con el medio se produjo desde que la conducción del organismo estaba en manos de Andrés Duprat, cuando obtuvo el premio en la Bienal Nacional y ofició de jurado para tres posteriores.
"Fue precisamente en mi última visita, el año pasado, cuando surgió la idea de concretar este material para el MAC. Ya tenía una noción previa, pero surgida la oportunidad, trabajé directamente con la idea de ese espacio", señaló.
"Corazón..." se destaca, según Vitali, por un carácter narrativo y un matiz siniestro.
"Es una suerte de cuento ilustrado", definió el hombre de 40 años, psicólogo además de licenciado en Bellas Artes.
"Tiene dos sectores: una intervención en el espacio, que trabaja con color y con luz; y una segunda, la narrativa, que relata la historia de dos personajes transformados en trofeo de caza, que pasan a formar parte de un mundo de fantasmas. La manera de narrarlo remite a esa visión lúdica que los niños tienen sobre las tragedias o lo maligno", describió y mencionó que a ese mundo imaginario se introduce desde el propio título, una proposición que contiene referencias kitch.
Algo de los '70.
Para la construcción de sus esculturas, Vitali utilizó cuentas de acrílico facetadas, ensambladas y engarzadas con tanza, para un resultado que, paradógicamente al concepto, tiende a la simetría.
"Es un material de la década del '70, que venía en las cajas de juegos de Rasti y con las que yo jugaba de chico. Mucho de lo que aquí se ve es autorreferencial, aunque no exactamente privado, porque se trata de una alusión que puede ser compartida con quienes vivieron esas mismas experiencias.
"Debo decir que la historia tiene bastante de personal. A ver: parte de la sala está pintada del mismo color de la casa donde viví mi infancia y coloqué un trozo de machimbre que también rescaté de esa vivienda", compartió sobre los elementos que, sólo para la intervención, suman unos 15. Siete más completan la historia.
En tres dimensiones, pero también en fotografías y video, son los trabajos que Vitali expone actualmente en Chile; en el Fondo Nacional de las Artes de Buenos Aires, hasta el último fin de semana; y próximamente, en la Bienal de Corea, además de Bahía Blanca.
Referencias personales
Román Vitali fue alumno del artista Jorge Gumier Maier. A fines de los '90 participó del programa de Becas para jóvenes artistas "Guillermo Kuitca" en el Centro Cultural Borges y obtuvo el subsidio a la creación artística de Fundación Antorchas, la beca a las artes plásticas del Fondo Nacional de las Artes y el premio Leonardo "Joven generación" otorgado por el Museo Nacional de Bellas Artes.
En la última década recibió el premio en el Salón Nacional de Rosario, Museo Castagnino; el premio Bienal nacional de Bahía Blanca (MAC), y menciones en Cultural Chandón y Premio Banco Nación.
Ha expuesto sus trabajos en Casa de América y Galería Fernando Pradilla de Madrid; en el Malba, Centro Cultural Ricardo Rojas, Centro Cultural Recoleta y Galería Ruth Benzacar de Buenos Aires, el Museo J. B. Castagnino de Rosario, MAC de Bahía Blanca, entre otros.
En Bellas Artes
Fotografías de Vicente Morales
Una exposición de fotografías de Vicente Morales se puede apreciar en la casona del Museo de Bellas Artes, hasta el 17 de septiembre.
Bahiense, Morales acusa un extenso currículum de muestras individuales en el país, desde Chubut hasta Capital Federal, pasando por Río Colorado, Monte Hermoso, Olavarría, Villalonga.
Realizó otras, fronteras afuera, en Chiloé y Valdivia (Chile) y en Los Angeles (Estados Unidos); y varias colectivas en Ciudad de Coyhaique (Chile), Madrid, Ayuntamiento de Leganés y Ayuntamiento de Ardoz (España), y en nuestro país, en Córdoba, Chubut y ciudades de la provincia de Buenos Aires.
Participó en la publicación Bahía Blanca, fin del milenio, presentada en el Museo de Bellas Artes de Bahía en 2000 y 2003.
Obras suyas se pueden encontrar en la Dirección de Cultura de la Provincia del Chubut (Rawson), la Corporación Municipal de Castro (Chile), el Centro Raúl Wallemberg (Bahía Blanca)
Cooperativa Obrera de Bahía Blanca, la Casa Pastoral (Chiloé) y la Base Naval Puerto Belgrano, entre otros.
En la Rivadavia
Mitos y vínculos, los temas de Elida Honoré
Tras su paso, en abril último, por la Alianza Francesa con una serie sobre Emilio Sola, Elida Honoré vuelve a la escena de exposiciones presentando "De míticos y vínculos", un trabajo previo, contemporáneo a "Memoria de libertad" y que la artista confeccionó entre 2004 y 2005.
Lo hace en la Biblioteca Rivadavia, donde se la podrá visitar hasta 7 de septiembre próximo.
Producida como respuesta a una invitación de la Asociación Argentina de Artistas Plásticos para exponer en el Palais de Glace, la plástica confeccionó inicialmente nueve cuadros seriados bajo el título de "Los míticos", que evocan los mitos de personas y pueblos.
"Son rectángulos, racionales, responden a una civilización y a una cultura. En ellos, a partir de formas, colores y reflejos, interpreto todos los mitos que puede tener el mundo", describió la autora.
Como contrapuntos a esa idea, una año más tarde dio a luz a "Los vínculos", planos redondos, texturados en papel con terminaciones en óleos, que simbolizan "lo ilimitado".
"Uní este material en 2007 para presentarlo en Villa Merlo, en San Luis, y desde entonces había quedado guardado, porque tomó prioridad `Memoria de libertad'. Pero lo redescubrí, advertí que era inédito para el público de Bahía Blanca y decidí buscarle espacio en la Biblioteca Rivadavia.
"En lo personal, volver a detenerme en estos cuadros es como revolver en las fotos antiguas. Se resignifican --comentó--. Cuando los pinté era mi momento de fuego, con naranjas predominado en mi paleta, antes del cambio que se produjo con `...Sola', que absorbió el marrón y el negro, los lados más oscuros de la vida", profundizó la pintora que en estos días se aboca a la búsqueda.
Mientras tanto, de lunes a sábados, se puede apreciar su trabajo en Colón 31, en horario de atención.