Tiene "chapa" de líder
En 1953, Renato Ilari tocó suelo bahiense, proveniente de su Italia natal luego de la guerra.
Enseguida, en un taller de compatriotas ubicado en la primera cuadra de Roca, aprendió los secretos del oficio y en 1959, con apenas tres empleados, se lanzó a la aventura de un establecimiento de chapa y pintura propio.
Esa es la historia, resumida, de los orígenes de la empresa Renato Ilari e Hijo, que ya cumplió 50 años de labor, en los que logró posicionarse como referente ineludible del sector, merced al sacrificio familiar, que aún se mantiene inalterable.
Daniel tomó la posta que inició Renato a fines de la década del '50 y hoy se encuentra al frente del establecimiento ubicado en Zelarrayán 1051, donde también se desempeña su hijo, Leonardo, de 24 años.
"En el taller de Fernández y Petracci Hermanos, mi padre, con sólo 18 años, adquirió el oficio, le gustó y comenzó a imaginar la apertura de un lugar propio. En aquella época era todo artesanal, todos los trabajos se hacían a mano y era una obligación reciclar las piezas, porque no existían los repuestos", rememoró Daniel.
Con mucho esfuerzo, en 1959 adquirió una quinta en Zelarrayán al 1000 para inaugurar su propio taller.
"Empezó con un pintor y un ayudante en un espacio de 15x15. Lo demás es historia reciente", señaló el hijo mayor de Renato y abrió las puertas para conocer este presente de la firma.
"Yo nací dentro del taller y por eso no me costó mucho aprender el oficio y amarlo. A los 13 años, cuando volvía de la escuela, ya lo ayudaba con los trabajos", recordó.
"Mi hermano menor es el encargado de la sección repuestos del taller y mi hijo Leonardo me da una mano en la administración. O sea que llevamos tres generaciones dentro del taller".
--¿Cuál fue el momento bisagra para pasar de una empresa de neto corte familiar a ésta, líder en el sector?
--En un momento entendimos que era necesario sumar tecnología. En la década del '80 comenzaron a ingresar al país autos con otras características. Entonces, mientras yo hice algunos viajes a Estados Unidos para conocer formas de trabajo, mi padre se fue a Italia para observar lo que se utilizaba.
"Decidimos hacer una inversión importante para incorporar equipamiento y métodos de primer nivel. Allí se inició este proceso de crecimiento, porque ganamos en rapidez, eficiencia y seguridad".
Además de tecnología de vanguardia (actualmente cuenta con cabina termopresurizada, laboratorio de colorimetría computarizada, soldadora de punto de última generación, equipamiento completo para preparar carrocerías con partes de aluminio y bancada de enderezado, entre otras), la firma también apuesta a la capacitación del personal.
"Entendemos que con la tecnología sola no alcanza. Hoy en día es crucial la capacitación, porque ya no sólo hacemos chapa y pintura, sino que los automóviles cada vez vienen con más electrónica, que se ven afectadas por el choque".
"Entonces, el objetivo es que el auto salga del taller con el mismo funcionamiento que tenía antes de producirse el siniestro. Y para ello tenemos que capacitar personal en electrónica y en sistemas de seguridad automovilísticas".
"Precisamente, la tecnología en equipamientos y la capacitación del personal nos posibilitó pasar de la atención de 10-15 autos por mes a alrededor de 150".
--¿Cómo analiza tu padre este crecimiento?
--Creo que él imaginó este presente, porque siempre apoyó la idea de sumar tecnología y capacitar constantemente al empleado.
Actualmente, en Renato Ilari e Hijo desarrollan labores 30 personas.
"Tenemos 24 empleados en taller, 3 en administración y 3 en la sección repuestos".
Precisamente, la firma se encuentra próxima a inaugurar un local en Vieytes 1408 para el expendio de repuestos.
"La verdad que aquí nos quedamos sin lugar. Incluso, abrimos una cochera enfrente para guardar autos, porque se nos hacía imposible tenerlos dentro del taller".
El prestigio del taller sobrepasó las fronteras bahienses, a tal punto que atiende automóviles de distintas ciudades sureñas.
"Hay gente que trae su auto desde Viedma, San Antonio Oeste, Comodoro Rivadavia y, por supuesto, también de la zona. Eso nos llena de orgullo, porque significa que la propaganda boca a boca de la clientela funcionó muy bien".
150
autos por mes es el promedio de autos que pasan por Renato Ilari e Hijos para reparaciones generales.