Esos ruidos que no existen
Para algunos es como el sonido de las chicharras en verano; otros sienten algo parecido al zumbar de una abeja; están los relativamente más afortunados quizás, el sonido del mar. O varios ruidos a la vez.
Los países de habla inglesa lo conocen con la palabra latina tinnitus, que significa "tintineo"; pero lo acúfenos pueden "sonar" de muchas formas.
Lo de sonar debe ir necesariamente entre comillas, porque no se trata de sonidos reales, sino de una sensación subjetiva, la de "escuchar" ruidos --zumbidos, golpeteos, chirridos, etcétera-- que no existen, es decir, que no pueden ser oídos por los demás ni ser registrados por los instrumentos que habitualmente se utilizan para medir los sonidos.
Así como ese "ruido" puede asumir muchas formas, también puede adquirir diferentes intensidades y tonos.
Algunos lo perciben como un sonido muy agudo. Otros, como un ruido de fondo grave.
Puede ser persistente o intermitente, pasajero o (en los casos realmente severos) cronificarse.
Hay quienes lo escuchan de vez en cuando; a otros se les transforma en una pesadilla que los acompaña todo el tiempo.
Los acúfenos --como se llama a esta sensación subjetiva de "ruido ambiente"-- suelen hacer que la persona, además, tenga dificultades para escuchar los sonidos reales.
En la práctica, es un fenómeno relativamente común.
Se estima que un 18 por ciento de las personas los habría experimentado alguna vez, según datos que manejan algunos profesionales de la otorrinolaringología, una de las especialidades médicas que se ocupa de ellos.
También es cierto que esta sensación es mucho más frecuentes en los varones que en las mujeres.
De dónde viene ese ruido
También las causas de los acúfenos puede ser muy variadas.
En principio, lo que se recomienda es indagar problemas específicos del oído: una otitis o cualquier otro tipo de infección que lo afecte, un taponamiento de cera.
Los ruidos muy fuertes y sostenidos pueden producir alteraciones auditivas que causan acúfenos.
Muchos músicos de rock, de los más famosos, figuran en la lista de quienes han sufrido acúfenos y se presume que por esta causa.
Por caso, Eric Clapton, Pete Townshend, Kart Cobain y Jeff Beck.
Otros ruidos, los de las máquinas industriales, pueden generar acúfenos en gente mucho menos famosa: los obreros de fábricas y aserraderos.
Existen enfermedades del oído muy poco frecuentes como, por ejemplo, un tumor del nervio auditivo, que pueden tener a los acúfenos como síntoma.
Hay otras causas fisiológicas de acúfenos localizadas fuera del oído.
Una muy común es el llamado "latigazo cervical", un tipo de golpe que repercute en la columna vertebral.
A las personas que sufren de hipertensión arterial o alguna disfuncionalidad en la carótida también se les puede manifestar el problema en forma de acúfenos.
Además, hay una extensa lista de drogas y medicamentos capaces de producir acúfenos: analgésicos no esteroides, antibióticos (gentamicina, tetraciclina, eritromicina, vancomicina, vibramicina), drogas antivirales y oncológicas, diuréticos y antipalúdicos (cloroquina, quinina), además de las drogas alucinógenas.
Si estos ruidos subjetivos persisten, aún cuando todas las causas orgánicas hayan sido descartadas, hay que pensar en alguna causa de orden psíquico.
El doctor Horacio Vommaro, jefe de Psiquiatría del Instituto Neurológico de Buenos Aires, (INEBA), señala que los acúfenos sin causa orgánica aparente son un fenómeno bastante común, por ejemplo, en las personas con estrés postraumático.
Las resonancias internas
Cuando no hay causa orgánica a la vista se puede indagar en un posible estado de angustia o de ansiedad que pueda estar originándolos.
"En general, la persona llega al consultorio con mucha preocupación porque le está sucediendo algo que le parece muy raro", describe el psiquiatra.
A la vez, indica que el tratamiento bajo esta especialidad se da, por lo general, cuando ya se han desechado todas las otras posibles causas.
Así como es subjetiva la sensación de ruido en las personas afectadas, también lo es el grado de afectación, ya que el "oír" ruidos les despierta toda una serie de fantasías respecto de lo que le puede estar pasando, que dependerán de sus características personales y de su estado de ánimo.
El fenómeno es muy difícil de estudiar a nivel objetivo, porque el sonido es una vibración mensurable, con parámetros bien definidos como la intensidad (fuertes o débiles) y la frecuencia (graves o agudos), pero la sensación subjetiva del paciente no puede ser registrada por instrumento alguno.
En consecuencia, el profesional sólo puede remitirse a una escala también subjetiva, donde el propio paciente tendrá a su cargo definir el sonido entre un rango que va del "muy leve" hasta "intolerable".
Por esta misma razón es tan difícil saber, además, cómo es que las emociones pueden influir de esa manera en el sistema nervioso central.
Lo cierto es que sí ocurre y de hecho, señala Vommaro, los acúfenos de origen psíquico pueden remitir con psicoterapia, o con tratamiento sintomático si es que hay un factor emocional desbordante (ansiedad, angustia, temor).
En la Argentina y en el exterior se proponen una serie de posibles líneas terapéuticas para tratarlos.
Por ejemplo, drogas vasodilatadoras y favorecedoras de la circulación interna del oído (coclear), como la trimetazidina, nimodipina o el extracto de gingko biloba, la llidocaína, ansiolíticos y antidepresivos.
También, audífonos y sistemas de amplificación sonora que neutralicen o que disminuyan el efecto de esos "ruidos" subjetivos o amplifiquen el sonido real e, incluso, técnicas de relajación (biofeedback, yoga, hidroterapia y acupuntura).
Actualmente, hay estudios en curso relevando la efectividad de cada una en relación con sus resultados, aunque todo depende de la causa.
Cada vez más jóvenes
El acúfeno ocurre, habitualmente, en personas de más de 40 años, pero se está convirtiendo en algo cada vez más frecuente entre los jóvenes.
Se debe, según los especialistas, al aumento de los niveles de ruido diarios, incluyendo los causados por el uso incontrolado de los MP3 y equipos de música individuales.
¿Cómo vivir?
Estos son algunos sencillos consejos que pueden serle útiles para sobrellevar el constante ruido que puede no existir:
* Evite la ansiedad o el estrés, ya que esto estimula a un sistema auditivo sensible de por sí.
* Descanse adecuadamente y evite fatigarse.
* Evite el uso de estimulantes del sistema nervioso, como el café (cafeína), el alcohol y el tabaco (nicotina).
* Duerma con la cabeza recostada en posición elevada. Se puede conseguir utilizando una o dos almohadas extra. Esto disminuye la congestión cervical y hace que el acúfeno sea menos perceptible.
* Sea consciente de que el acúfeno suele ser más perceptible por la noche y cuando el entorno está en calma. Cualquier ruido en la habitación, como el tic-tac del reloj o la radio a volumen bajo, ayuda a enmascarar este padecimiento, haciéndolo menos molesto.
* Evite situaciones que pueden dañar su audición aún más (como el ruido excesivo) y proteja sus oídos de lesiones y peligros ocupacionales. Utilice protectores auditivos cuando sea necesario.
* Algunas personas obtienen un gran alivio con terapias alternativas.
* El asesoramiento suele ser beneficioso, especialmente si la persona tiene miedo porque cree que tiene una enfermedad grave y progresiva, como un tumor cerebral. Algunos individuos temen padecer una enfermedad mental, porque el ruido está "dentro de su cabeza". La confianza que proporciona el especialista ayuda a calmar esos miedos y ansiedades.
Fuente: Viviendo con tinnitus.