"Pecho hundido" y "Pecho de paloma"
Con éxito se realizaron, últimamente, en Bahía Blanca, dos intervenciones destinadas a superar el hundimiento de tórax (pectus excavatum).
La técnica, que también permite superar el llamado "pecho de paloma" (pectus carinatum) no es nueva, pero se aplicó por primera vez en nuestro medio, a dos jóvenes de 14 y 17 años.
Es diferente a la convencional, que se viene utilizando desde hace años en Bahía Blanca.
Se caracteriza por ser mínimamente invasiva, poco cruenta y que no genera ningún tipo de disección de los tejidos, con resultados cosmetológicos muy buenos, según se explicó.
Responsable de la intervención fue el doctor Carlos Fraire, especialista en cirugía infantil, quien se desempeña como cirujano principal del servicio de Cirugía del hospital Garrahan.
Lo secundaron la doctora Aixa Reusmann, cirujana pediatra del Garraham, y el doctor Juan Martorelli, especialista en cirugía infantil del hospital municipal "Dr. Leónidas Lucero".
Este fue el diálogo mantenido con el doctor Fraire:
1
--¿Lleva mucho tiempo, este tipo de operación?
--Esta es una de las ventajas. Con un equipo entrenado y coordinado, en 20 minutos o media hora se puede realizar.
2
--¿Necesita un largo postoperatorio? ¿Es muy complicado?
--El postoperatorio no es para nada especial, pero requiere de algunos cuidados. Por ejemplo, se necesita gente que maneje muy bien la problemática del dolor. Si hay un abordaje anestésico, también requiere de cuidados, pero no se necesita de terapia. La recuperación es muy rápida y exige que los médicos y las enfermeras están muy cerca del paciente, para estimularlo a que camine de inmediato, que se mueva.
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--Tras la operación, ¿puede, el chico, emprender actividades para las que antes se hallaba limitado?
--En general, hay dos clases de chicos. Están los que se hallan fisiológicamente muy afectados por esto y quienes, sin estarlo, ven resentida su actividad física y eso es, más que nada, por un estado anímico. Se aíslan de las prácticas deportivas. Con la cirugía, se ven diferentes. Se muestran más predispuestos a participar de trabajos colectivos, se sienten mejor y, por lo tanto, emprenden más deportes.
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--En el caso del pecho hundido, ¿hay movimientos que se hallan impedidos?
--En principio, no. Salvo que todos tienen una menor tolerancia al ejercicio. ¿Qué significa? Que se cansan rápido en cualquier actividad que hagan. Tras la cirugía, se recuperan. Entonces, uno ve que hay una causa-efecto. Sin embargo, todos los exámenes complementarios que se hacen dan dentro de los límites normales.
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--¿Existen riesgos de que el hundimiento se repita por un movimiento extraño?
--Las recidivas que se dieron con esta u otra técnica son bajas, en general, y si hay complicaciones, están en el orden del 1 por ciento.
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--¿Cuál de las dos problemáticas es más frecuente, la de "pecho de paloma" o "pecho hundido"?
--Internacionalmente, la más común es el "pecho hundido", respecto del "pecho de paloma". No obstante, el hospital Garrahan, donde estamos, es un centro de derivación tanto del interior como de países limítrofes y las estadísticas dan, más o menos, mitad y mitad. Quizás, una leve supremacía (del 55 al 60 por ciento) de la excavatum, respeto de la carinatum.
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--Los chicos, ¿nacen con esta problemática o les aparece después?
--El "pecho de paloma", en general, aparece en la pubertad. El "pecho hundido" se da en la primera infancia, con la posibilidad de agravarse (o no) con el crecimiento.
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--¿Por qué se acude a la consulta?
--Muchos de estos chicos son buenos nadadores o deportistas, cuando hacen caso a la indicación médica de tratar de curarlo con el deporte. Pero vienen porque no mejoraron, porque se cansan o porque quieren estar mejor. Es decir, el deporte es algo que pueden y deben hacer. Puede corregir estados posturales, aunque no el mandato genético que tienen, de un crecimiento anómalo de los cartílagos ubicados entre las costillas y el esternón.
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--¿Son problemáticas que se transmiten de padres a hijos?
--Esta es una deformidad ligada a un gen, aunque todavía no se determinó cuál es. Se han visto familias que tienen este tipo de patología. Se sabe, sí, que no es un gen dominante, sino recesivo. Saltea generaciones. Muchos pacientes tienen abuelos o tatarabuelos que pasaron por esta problemática, pero no sus padres.
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--¿Por qué se cansan? ¿Por la misma malformación?
--Convengamos que el corazón tiene dos cavidades, el ventrículo izquierdo y el derecho. Los estudios hechos, corroborados con radiografías, permiten ver que, tras el desplazamiento, el ventrículo derecho, que es el que envía la sangre a los pulmones, se ve más o menos comprimido. Eso hace que se produzca un mayor trabajo, provocando el cansancio.
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--Algunos chicos nacen con la problemática y a otros se les desarrolla después. ¿Cuál es el momento ideal para operarlos? ¿O es necesario que crezcan para, luego, intervenirlos?
--Todo depende. Lo ideal es una corrección entre los 9 y los 11 años, antes de la pubertad. Esto tiene sus razones. No todos los pectus que uno ve a los 5 o 6 años van a ser quirúrgicos. En algunos chicos, a medida que crecen, el pecho no se hunde más, sino que se ensancha y da la impresión de emparejarse y no les afecta tanto en sus movimientos o en su estética. En ese caso, desechamos la cirugía, aunque la pidan. En otros, a medida que esperamos la intervención, la malformación se acentúa. No debemos llegar a este extremo. Cuando el chico va a tomar la forma de crecimiento, sí aconsejamos operarlo.
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--En función de que, según usted expresó, a veces se ocultan y no comparten actividades con sus pares, ¿es necesario algún tipo de consulta psicológica?
--En nuestro hospital --Garrahan--, como rutina, todos van a un test de autoestima, de imagen corporal, de cómo se ven. Este es uno de los parámetros que tomamos para la indicación quirúrgica. En muchos, parece que ese fuera el origen de su personalidad extraña y, sin embargo, se descubre que hay otros problemas familiares mucho más graves y severos. Por eso tratamos de solucionar primero esto y los sacamos de la lista de cirugía. De ahí, la idea de un trabajo multidisciplinario.
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--¿En qué medida cambia la actitud de los chicos, una vez operados?
--En la práctica, en un cien por ciento. Son otra persona. Algunos chicos de 9 a 10 años que, antes, al ser testeados, marcan en su pecho un punto oscuro, después se dibujan como soldados o granaderos, sacando pecho. Evidentemente, ahí estaba el problema. Asimismo, cambia la actitud con sus amigos, con los demás y con los deportes.
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--Uno imagina a los padres muy preocupados, al ver el pecho de sus hijos con esos formatos extraños. ¿Qué rol juega la familia en todo esto?
--Siempre los familiares llegan a la consulta asustados y, en general, desinformados. Esto se da cada vez menos, gracias a Internet. Así y todo, las interpretaciones que hacen conllevan conductas difíciles de manejar. Hay madres, sobre todo, que manejan mucho a sus hijos y son quienes casi los obligan a la cirugía, cuando esto no debiera ser así. El padre, en cambio, es reacio a la cirugía. Huyen, por miedo a lo que han leído o escuchado. Ambos padres tienen que participar, sí o sí, de la decisión de la cirugía. Por eso es bueno que el chico ya tenga entre 10 o 12 años y también pueda opinar, aunque, como decía, todo forma parte de un manejo multidisciplinario.
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--¿Hay casos de adultos que recurren a la consulta después de haber pasado gran parte de su vida sufriendo las consecuencias de esta problemática?
--Algunos se arrepienten de no haberse operado antes. "No sabe la vida que llevé", suelen decir. Es que vivieron mal y se autoaislaron. Otros llegan solos a la consulta.
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--¿Son iguales los resultados que en los adolescentes?
--La cirugía suele ser más problemática. Lleva más tiempo. La fijación es diferente. El postoperatorio es más doloroso y puede complicarse también. No es lo ideal la intervención de grande, pero si quieren llevar una vida activa, los apoyamos en la decisión de operarse.
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--¿El "pecho de paloma" se da más en la mujer que en el hombre o es a la inversa?
--Es más común en el hombre. Todas estas alteraciones están en una relación de 3 o 4 a 1, a favor del hombre.
3-4
contra uno es la relación, a favor del hombre, de la presencia de "pecho hundido" o "pecho de paloma", respecto de la mujer.
A
Pectus excavatum
También suele denominarse "embudo de pecho" o "pecho hundido", en el que se presiona el esternón hacia adentro, por lo que el pecho se ve hueco.
B
Pectus carinatum
También denominado "pecho de paloma", en el que el esternón se eleva y, así, el pecho se expulsa hacia afuera.
C
Pectus arcuatum
Es un tercer tipo de anomalía, poco frecuente. Hay un alto risco en la parte superior del esternón, mientras que el resto del pecho presenta una forma más plana. Se produce en aproximadamente 4 de cada 1.000 personas y es más común en los hombres.