Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

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Alicia Zanca dirige "Solas", una historia de desamparo

BUENOS AIRES (Télam) - "Para hacer una obra tiene que contener un cuento que yo quiera contar y también necesito definir para quién es este cuento", señaló Alicia Zanca, directora de Solas, una historia de desarraigo y desamparo que se presenta en el Teatro Metropolitan 2, de Capital Federal.




 BUENOS AIRES (Télam) - "Para hacer una obra tiene que contener un cuento que yo quiera contar y también necesito definir para quién es este cuento", señaló Alicia Zanca, directora de Solas, una historia de desarraigo y desamparo que se presenta en el Teatro Metropolitan 2, de Capital Federal.


 Con Leonor Manso, Julieta Díaz y Juan Manuel Tenuta en los roles protagónicos, la pieza está basada en la película de Benito Zambrano, con adaptación teatral de Antonio Onetti, relata la historia de una madre de provincia que debe trasladarse a la ciudad cuando su marido debe ser internado de urgencia.


 Ya en la Capital se reencuentra con su hija que había emigrado tiempo atrás, enfrentada con su padre que es un hombre golpeador. Lamentablemente, en su pareja repite el modelo de su padre y duda si llegar a buen término con su embarazo o no.


 "La hija padece todo lo que le ocurre a quienes llegan del interior a la ciudad: la adaptación, la falta de trabajo y la tremenda soledad en medio de un mundo de gente", señaló Alicia Zanca.


 El encuentro de madre e hija desata un conflicto donde no faltan los reproches de la joven por haber tolerado la tensa situación familiar.


 "Es interesante, porque si bien aparecen los maltratadores, también está el hombre bueno --sostuvo la directora--. No plantea la visión de que todos los hombres son maltratadores, sino que resalta la soledad de la ciudad y la falta de solidaridad".


 "Y lo bueno es que la madre, con su amor, repara el vínculo de la hija y posibilita que la hija tenga otro modelo".


Realista y cinematográfica. A la hora de definir la estética de la obra, Zanca no titubeó en decir que se trata de un drama pero la presencia del actor José Manuel Tenuta garantiza una dosis de humor que permite reflejar la ironía de la vida.





 "Es una especie de realismo --detalló-- pero está todo en el pensamiento de la madre; ella es la que recuerda todo antes de morir. Por eso hay un tratamiento especial del tiempo y un tono onírico, no es tan naturalista".


 Respondiendo al carácter casi cinematográfico del libro, el pasaje de una escena a otra se da sin rupturas, sin puertas ni timbres, las situaciones se van conectando sin solución de continuidad.


 El espacio escénico plantea diversos ámbitos: la casa del vecino, la de la hija, el descampado, el hospital, el bar donde trabaja la hija. Salvo las casas, todos los espacios son definidos por el diseño de luces.


Vínculos, la base de la acción. En cuanto al trabajo con los actores el primer paso estuvo orientado a la creación de vínculos.





 "Con los actores sentados en círculo iban disparando preguntas y los demás debían adaptarse y responder a las preguntas que le hacían. De esa manera tenían que interactuar todo el tiempo", explicó Zanca.


 Ante un texto de autor, la primera tarea del director consiste en definir cuál va ser su lectura personal y por qué carriles va a orientar su cuota de creación.


 "Yo dejo que me impresione la obra --reveló la directora-- y, en general, no me gusta hacer una copia exacta de lo que está. Me pregunto por qué elijo ese texto y cómo me gustaría contar la historia y a través de qué recursos estéticos".


 "Cuando tomé Romeo y Julieta quería hablar de la muerte de los jóvenes en este país, porque en la obra mueren todos los jóvenes producto del odio de los padres --abundó--. En Sueño de una noche de verano quería contar que si no está el 50 por ciento de lo femenino y el 50 por ciento de lo masculino no hay boda. Siempre trato de encontrarle un sentido que a mí me estimule", afirmó.


 Acerca de Solas confesó que quiso hablar de la soledad, de la solidaridad: de que no se es madre y padre por vínculo de sangre solamente y que en un mundo tan caótico y consumista puede aparecer la voluntad de ayuda hacia el otro.


 "Además --agregó Zanca-- que dos personas grandes encuentren el amor a esa edad es algo maravilloso y habitualmente no se muestra porque parece que una persona de más de 40 años se tiene que suicidar. Acá hay un amor maduro, capaz de transformar lo que lo rodea", prometió.