Bahía Blanca | Jueves, 17 de julio

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En estos tiempos, ¿qué es ser peronista?

En 1974, más precisamente el 1 de mayo, en el día de la Fiesta del Trabajo de la Unidad Nacional, Juan Domingo Perón, presidente de la Nación por tercera vez y a 60 días de su fallecimiento, dijo en su discurso ante el Congreso Nacional: "Se percibe ya con firmeza que la sociedad mundial se orienta hacia un universalismo que, a pocas décadas del presente, nos puede conducir a formas integradas, tanto en el orden económico como en el político".




 En 1974, más precisamente el 1 de mayo, en el día de la Fiesta del Trabajo de la Unidad Nacional, Juan Domingo Perón, presidente de la Nación por tercera vez y a 60 días de su fallecimiento, dijo en su discurso ante el Congreso Nacional: "Se percibe ya con firmeza que la sociedad mundial se orienta hacia un universalismo que, a pocas décadas del presente, nos puede conducir a formas integradas, tanto en el orden económico como en el político".




 Pocas horas después, en la tarde de ese primer día de mayo, ante una multitud extraordinaria frente a la Casa Rosada, expresó: "Anhelamos que nuestro movimiento sepa ponerse a tono con el momento que vivimos. Queremos un pueblo sano, satisfecho, alegre, sin odios, sin divisiones inútiles, inoperantes e intrascendentes. Queremos partidos políticos que discutan entre sí las grandes decisiones."




 Tal vez para la gente joven, es decir todos aquellos que acababan de nacer cuando el peronismo era gobierno por los años 50, y más aún para quienes nacieron por los años 70, en el momento de otro etapa de gobierno peronista y con el aditamento de la desaparición física de su creador, el general Perón, no debe de ser fácil responder a nuestra pregunta original.




 Pero quienes tenemos muchos más años y hemos recorrido desde muy jóvenes la historia del devenir político de esos años, poseemos un concepto muy claro del tema, incluso porque, en el camino, muchos hemos pagado un alto precio por seguir ese criterio político, pasando por conocer las comisarías, la cárcel, la persecución física y moral y, en muchos casos, pagar con la vida el seguimiento de los conceptos que nos inculcaran Perón y Evita sobre el devenir de la Patria.

Y es, precisamente, ese pensamiento que hoy me lleva con más determinación que nunca a repensar seriamente el ser o no ser peronista; habida cuenta los tiempos que corren para los responsables de gobernar la Nación y cada una de aquellas provincias cuyos gobernadores dicen provenir del peronismo y también los de otros signos políticos que, en forma especial en el interior, han adoptado algunos de los criterios prácticos de las ideas que nos legara Perón.






 Necesariamente debemos mirar un poco hacia atrás, pero nada más que en la búsqueda de la palabra escrita del fundador, y darnos cuenta de que más de una de las frases dichas por él tienen una actualidad incontrastable. Y aquí les doy un claro ejemplo de esa actualidad. Decía Perón en su escrito La hora de los pueblos que, "en el mundo de hoy, la política puramente nacional es una cosa casi de provincias. Todo es política internacional, que se juega adentro o afuera de los estados". Con los resultados a favor o en contra, según uno se posicione en el contexto hoy más que nunca de un mundo globalizado.




 Y reafirmaba Perón ese 1 de mayo de 1974, refiriéndose a la doctrina peronista: "Puede ser aplicada como solución humana a la mayor parte de los problemas del mundo como tercera posición filosófica, social, económica y política".
Ultimamente, algunos de los principales responsables del gobierno de los países líderes vienen sosteniendo la necesidad de aplicar el concepto de la búsqueda de un razonable equilibrio entre los sectores sociales y económicos de la humanidad. El de más resonancia fue el que levantara el actual primer ministro británico, Tony Blair, con su concepto de "la tercera vía", justamente en el marco de esa globalidad o "universalismo", como lo definiera el creador del peronismo.





 Pienso que nuestros jóvenes, y algunos no tanto, no se detienen hoy en día en el análisis de estos conceptos. Precisamente, en ese equilibrio que debiéramos encontrar, tenemos algunos pensadores y analistas de estos tiempos que nos ayudan con sus aseveraciones. Por ejemplo, algunos conceptos vertidos en distintas conferencias por Jorge Castro, Pascual Albanese y Jorge Raventos, que nos explican que "el sistema económico mundial se asemeja hoy a una tijera con sus dos filos. Uno es la economía norteamericana, crecientemente volcada a los servicios de alta tecnología. El otro filo es China comunista, especializada en la producción masiva de manufacturas industriales en base a su gran disponibilidad de mano de obra barata y relativamente educada y calificada". "Cada país tiene entonces que posicionarse en función de esa realidad mundial", ratificada, y esto es importante para nosotros, porque "la demanda china de alimentos crecerá hasta 2010 a un ritmo no menor al 15% anual", pues "debe alimentar al 23% de la población mundial con sólo el 7% del agua y las tierras agrícolas del planeta."; lógicamente, cada uno de esos dos países con sus respectivas realidades sociales, económicas y filosóficas desde el punto de vista de sus sistemas políticos imperantes.




 No hace mucho tiempo, Francois Bourguignon, economista jefe del Banco Mundial, se expresó no en forma muy alentadora sobre nuestro país, en el marco de perspectivas mundiales para los próximos 20 años: "La Argentina muestra que, aun con pobres instituciones destinadas a la inclusión política y el gerenciamiento de conflictos, es posible crecer si las élites tienen buenas oportunidades de inversión y forjan ciertos compromisos. Pero estos crecimientos repentinos eventualmente se desarman". "Aun cuando las élites, como los agricultores de las pampas argentinas, afrontan muy buenas oportunidades de inversión, el crecimiento no puede ser sostenido eternamente por el auge de las exportaciones agrícolas. Más aún, las rentas creadas por malas instituciones causan conflictos sin que surjan equilibrios de poder esenciales en la sociedad". "Los factores que parecen bloquear el crecimiento sustentable que beneficie a la mayoría de la población están más en la estructura política y social que en la económica".




 Mientras tanto, pareciera que los argentinos, en lo que a los peronistas respecta, no tenemos idea a qué corriente interna pertenecemos o debemos seguir en búsqueda de la Patria soñada. Por el lado de los opositores del peronismo, porque no puedo decir del gobierno (no se vislumbra una oposición filosófica o política seria), tampoco encuentran su verdadero destino dentro de este contexto político en que estamos inmersos los argentinos en el principio del siglo XXI.




 Si seguimos con posiciones autistas, sólo mirando hacia adentro y hacia atrás, no lograremos avanzar en este mundo tan complejo y cada vez más globalizado o universalista.






 Víctor Manuel Tomaselli fue director de Ceremonial y Prensa de la Municipalidad de Bahía Blanca (1973/76); diputado provincial (1985/89); asesor del Comfer (1991/1995) y director nacional de Fomento Cinematográfico del INCAA (1995/99).