Bahía Blanca | Domingo, 06 de julio

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Carola Reyna, una actriz equilibrada y sin prejuicios

"Sí, me encanta mi trabajo", sentencia Carola Reyna sobre el epílogo de una charla que marchó distendida entre tazas y café. La actriz que el año pasado participó en la versión nacional de la sit-com norteamericana La niñera y que este año dirige actores para ¿Quién es el jefe? pasó el último fin de semana por Bahía Blanca con La prueba, obra que la coloca palmo a palmo con Gabriela Toscano, Pablo Rago y Osvaldo Santoro.
Dama de fina estampa. Carola Reyna ama la actuación en todas sus vertientes.






 "Sí, me encanta mi trabajo", sentencia Carola Reyna sobre el epílogo de una charla que marchó distendida entre tazas y café.


 La actriz que el año pasado participó en la versión nacional de la sit-com norteamericana La niñera y que este año dirige actores para ¿Quién es el jefe? pasó el último fin de semana por Bahía Blanca con La prueba, obra que la coloca palmo a palmo con Gabriela Toscano, Pablo Rago y Osvaldo Santoro.


 "La realización profesional reside en poner mi arte al servicio del personaje que compongo, más allá del medio en que me desempeñe. Preguntarle a un actor si prefiere el teatro, la televisión o el cine equivale a preguntarle a un amante de los deportes si le gusta más el golf, la natación o el tenis", sostiene, pero no deja de comparar.


 Dice que así como el teatro impone una llegada más directa al espectador y goza un ceremonial que lo torna especial, la televisión resulta abarcativa.


 "Claro que por su condición mediática el actor de televisión será reconocido a donde vaya, pero por el último personaje que interpretó.


 "El teatro es la cuna del actor porque el proceso de creación se asemeja con los inicios. Afina el instrumento, y es cierto que resulta mucho más difícil ir de la televisión al teatro que del teatro a la televisión; que el teatro tiene un `algo' que intimida y que hay que poder abarcar. Pero la `tele' también tiene su vértigo y existen actores a quienes les cuesta adaptarse a la cámara, al bocadillo o al saber la letra en el momento.


 "No se trata de endiosar ni bastardear un medio. Lo importante es poder colocar el actor que uno tiene dentro al servicio del trabajo que está realizando y que esta labor lo enriquezca".


Los unitarios.







 Reyna, quien participó en uno de los próximos envíos de Botines --unitario que emite Canal 7 de nuestra ciudad en prime time, a las 23 de los martes-- celebra la proliferación de un formato reclamado durante varios años por los televidentes. También apunta sus desventajas.


 "Hay muchos unitarios, sí. Pero sería bueno que se les encontrara un punto de equilibrio. Es que tienen una calidad excelente, porque se graban como si fuera cine, pero no es cine ni cuenta con sus recursos, lo que termina por imprimir demasiada presión sobre el actor, quien debe filmar una suerte de película que va cada cinco días.


 "Todo en televisión viene siendo demasiado exigente para el actor, desde el hecho mismo de pasar 12 horas en el estudio y regresar a la casa a comer, darse una ducha y estudiar la letra para el día siguiente. De todas maneras, los unitarios son geniales y así como hoy hay estos, antes hubio otros y en el futuro habrán otros diferentes".


Las bondades del humor importado.







 Se define "desprejuiciada", especialmente, respecto de las sit-com.


 Dice que participar en La niñera como actriz le resultó más que placentero y que repitió la experiencia detrás de cámaras, cuando comenzó a dirigir, tres meses atrás, a los actores de ¿Quién es el jefe?


 "Los guiones son tan buenos y los remates de los gags tan perfectos que resulta un placer trabajar con ellos.


 "Las sit-com abrieron una buena posibilidad: el espacio de la media hora que en nuestra televisión no existía. Para los actores, técnicos, productores y demás, generó mucho trabajo.


 "Es cierto que un par de autores pudieron quedar un poco relegados, pero tampoco hubieran escrito nada para media hora porque no existía la media hora. Ahora sí y es el caso de Amor mío, que no se encuadra entre las sit-com, pero ocupa un espacio de media hora y tiene llegada con autores locales.


 "Yo, a este tipo de comedias les capto la onda... y me divierten", resume la actriz que llevara adelante el papel de la "señorita Teté" en La niñera, actuando junto a su marido Boy Olmi.