Bahía Blanca | Lunes, 21 de julio

Bahía Blanca | Lunes, 21 de julio

Bahía Blanca | Lunes, 21 de julio

Primitivo Ferrández

Hace 50 años, el 19 de mayo de 1954, falleció don Primitivo Ferrández, uno de los farmacéuticos más reconocidos de la ciudad. Nativo de Zaragoza, España, llegó a nuestro país a poco de terminados sus estudios secundarios. Ingresó en la Universidad de Córdoba para seguir estudios de farmacia, de acuerdo con una tradición familiar que se extendía a varias generaciones anteriores. Luego de vivir en Saladillo, donde contrajo enlace con doña Luisa Emparanza, llegó a Bahía en 1902 y estableció de inmediato su farmacia Española y un adelantado laboratorio de análisis clínicos.


 Hace 50 años, el 19 de mayo de 1954, falleció don Primitivo Ferrández, uno de los farmacéuticos más reconocidos de la ciudad.


 Nativo de Zaragoza, España, llegó a nuestro país a poco de terminados sus estudios secundarios. Ingresó en la Universidad de Córdoba para seguir estudios de farmacia, de acuerdo con una tradición familiar que se extendía a varias generaciones anteriores. Luego de vivir en Saladillo, donde contrajo enlace con doña Luisa Emparanza, llegó a Bahía en 1902 y estableció de inmediato su farmacia Española y un adelantado laboratorio de análisis clínicos.


 El 11 de abril de 1929 --se cumplieron 75 años-- adhirió al aniversario bahiense inaugurando un atractivo edificio comercial en San Martín y Las Heras, cuya arquitectura exterior evoca las formas de su tierra, mientras que su diseño exterior recrea los patios y plazas de Sevilla que tan bien conoció.


 Ferrández no participó durante su vida de funciones públicas que lo vincularan con el acontecer bahiense desde la esfera oficial. Su reconocimiento nace exclusivamente de su acción profesional, "una figura espectable que pudo señalarse como ejemplo elevado de dedicación a su labor estable", según señaló este diario en ocasión de su fallecimiento.


 Socio fundador y presidente de la Federación de Farmacéuticos de la provincia de Buenos Aires, se retiró de la actividad poco después de la desaparición de su compañera de toda la vida. La muerte lo sorprendió a sus 83 años de vida. Fue velado en su domicilio de Las Heras 95, donde aún hoy continúa funcionando un laboratorio químico en manos de los miembros de la familia que tan sabiamente supo conformar.